El maestro de dibujantes habló sobre la actualidad del periodismo, contó anécdotas de su pasado profesional durante la dictadura y relató su rutina cotidiana a la hora de trabajar. Retrospectiva de su trayectoria en el Museo Castagnino.
Por Natalia Prieto
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El presidente de la Academia Nacional de Periodismo, Hermenegildo “Menchi” Sábat, opinó que “el periodismo va a sobrevivir, no se de qué manera, pero va a sobrevivir” y describió que “lo que se ve en televisión es prácticamente un reservorio de crónica policial”. “Es muy violento todo lo que está pasando”, aseguró.
Antes de la charla que brindó la semana pasada en el Museo Municipal Juan Carlos Castagnino, en el marco de su muestra retrospectiva (ver recuadro), el maestro de caricaturistas dialogó con LA CAPITAL y observó que en el oficio periodístico “hay una transición muy importante de la gráfica, diarios y revistas, al periodismo de la televisión. La televisión ha pasado por encima de todo. Creo que el periodismo de diario, al que pertencezco todavía, ha pasado por etapas muy peculiares”.
En ese sentido, ejemplificó con “el diario La Nación, fundado por don Bartolomé Mitre, que cambió su formato y tiene un canal de TV. Es un síntoma de lo que pasa”.
“Tampoco me quejo de lo que hace Clarín -añadió-, diario al que pertenezco y me ha permitido expresarme durante todos los años que he estado”.
A entender de Sábat, el periodismo político “prácticamente está en vías de extinción”. “El último diario político en Buenos Aires es Página 12, aunque no se qué circulación tiene. Creo que todavía hay una generación que cree que el periodismo es el que viene en los diarios, pero esa generación se va a terminar. Igual, creo que el periodismo va a sobrevivir, no se de qué manera, pero va a sobrevivir”, dijo.
Con medio siglo en el periodismo gráfico, tanto en Argentina como en Uruguay, su país de origen, definió que “lo que se ve en televisión es prácticamente un reservorio de crónica policial”. “Es muy violento todo lo que está pasando”, destacó.
Renacentista
Como un hombre del Renacimiento, Sábat es dibujante, escritor, caricaturista y pintor. También fue fotógrafo en la época que trabajaba en el diario El País de Montevideo.
“Me doy cuenta que he podido expresarme -dijo-, no se si lo he hecho con precisión y felicidad, pero estoy seguro que no nací para vender cosas, no se vender. Por eso fracasé cuando trabajé en agencias de publicidad, que son el brazo armado del capitalismo. Comunico pero no tengo habilidad para vender. No me quejo, eh, estoy bien. Me gusta lo que he hecho”.
Creador de las caricaturas que editorializan las ediciones de Clarín, contó que se instala en la redacción de lunes a viernes a partir de la 1 (de la tarde). “Me entero de las cosas ahí. Cuando estoy afuera del diario procuro pensar en otra cosa. Ya es bastante el peso de las noticias”, explicó.
Según su balance, “las mejores cosas que hice fueron de adolescente”. Era un tipo realmente natural, andaba con una cantidad de lapices en el bolsillo, y fui muy mal alumno. Me la pasaba dibujando, pero después tuve que parar la máquina y empezar a trabajar de otro modo”, contó.
Durante su primeros años de juventud trabajó en el diario Acción, en Uruguay, con quien llegaria a ser presidente de ese pais Jorge Batlle. “Era de algún modo un diario politico y aprendí a ver como se movían los políticos, esos años me sirvieron para eso, para ver y comprender cómo se movian los politicos”.
En el trabajo periodístico, los años que “me dieron más satisfacción fueron la época de Maria Estela Martinez de Perón y la dictadura, porque me expresé con toda convicción”.
Al recordar su trabajo durante el gobierno militar, aseguró que “no apuntaba todos los dias al mismo lugar, porque evidentemente no era un juego lo que pasaba. De todos modos hay un hecho concreto: los dibujos no derriban dictadores y si bien yo hacia un dibujo, después me pasaba un mes sin hacer ruido, podia hacer otras cosas”.
Avisos
Igualmente, aunque se “pasaba un mes sin hacer ruido”, los militares sabían quién era y se lo hicieron notar. “Un sábado a la noche -recordó- me vino a ver el secretario general de redacción, le vi la cara y como digo que me gano la vida mirando jetas, me di cuenta que algo pasaba”.
Así fue que, a través de un grabador, escuchó la advertencia del general Guillermo Suarez Mason: “Si ese boludo insiste con los dibujitos, lo metemos en un avión y lo tiramos en la mitad el rio”, amenazó el dictador.
“Evidentemente estaban enterados -rememoró Sábat- . Otra vez, después de un dibujo de Videla con una especie de ciclotimia, un general habia llamado al secretario de redacción quejándose, que eso era un atentado contra la figura del presidente. Fueron las dos advertencias que tuve”.
En democracia, el maestro dibujante aseguró que con el gobierno que se sintió más cómodo fue con el de “Raúl Alfonsín” aunque reconoció que “a (Carlos) Menem lo hice 8 años agarrado al sillón y nunca dijo nada”, pero el clima se tensó en el ´95 con el asesinato de José Luis Cabezas.
Con medio siglo de trabajo en el periodismo gráfico, sigue dibujando con lapiz sobre el papel porque “el que se lleva bien con la tecnología es mi hijo Alfredo” (que lo acompañó en este viaje) y no dudó en definirse como “antiguo” porque “sigo haciendo las mismas cosas que hice toda la vida”, como hablar a través del teléfono fijo y prescindir del celular.
Multifácetico, Sábat contó que “lo que me ha dado mayor intimidad es pintar. No se si pinto bien o mal pero eso me ha hecho mucho bien”.