Policiales

El perfil delictivo y las condenas previas del ladrón que le dio un piedrazo a la comerciante

Javier Alejandro Segura Iriarte tiene 28 años y diversos antecedentes penales. Quedó detenido en la Unidad Penal Nº 44 de Batán, donde ya había estado alojado por sentencias anteriores.

El pasado sábado, el delincuente identificado como Javier Alejandro Segura Iriarte (28) protagonizó un nuevo caso de violencia al ingresar a un comercio ubicado en Paso al 1300, donde atacó a una empleada con un piedrazo para robarle.

Este episodio se sumó a un historial marcado por delitos que ya lo habían mantenido privado de su libertad en los penales de Batán y Azul en el pasado. Ahora, permanecerá alojado en la Unidad Penitenciaria Nº 44 tras negarse a declarar por el hecho ocurrido el sábado.

Según la información que pudo recabar LA CAPITAL, Segura, que es apodado “Negrito”, había sido condenado en 2020 y en 2021 por diversos delitos. En 2017, Segura robó 2000 pesos y un teléfono celular marca Samsung S530 en un comercio de Colectora al 7500, tras romper la puerta de entrada. Meses después, en enero de 2018, junto a un menor, ingresó a un comercio en Playa Serena y sustrajo la caja registradora, una tarjeta de débito del Banco Provincia y mercadería.

Por los delitos anteriores, la Justicia calificó los hechos como robo simple y robo agravado por la participación de un menor de edad. Esto le valió una pena de 3 meses de prisión de ejecución condicional, que fue unificada con una condena de 3 años de prisión bajo el mismo régimen. A esto se suma la obligación de mantener su domicilio actualizado una vez recupere la libertad.

En tanto, el Tribunal Oral Nº 1 de Azul lo había condenado en 2021 a la pena de 5 años y 7 meses de prisión por un robo a mano armada cometido en dicha ciudad en abril de 2020.

Sin embargo, el nuevo asalto en el minimercado de Paso al 1300 pone en jaque la posibilidad de que Segura cumpla con las condiciones impuestas para su reinserción social. Ese que su caso evidencia un patrón de conducta que plantea serios desafíos para el sistema judicial y penitenciario.

Más allá de las sanciones impuestas, la reincidencia y el aumento de la violencia en sus actos delictivos alertan sobre la necesidad de medidas más efectivas para evitar este tipo de hechos. Por ahora, su historial es un reflejo de los retos de la Justicia y la sociedad en la resolución de este tipo de casos.

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