El secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio, Guillermo Bianchi, sostiene que la situación de los trabajadores mercantiles es "compleja" porque "el modelo económico no está dando sus frutos".
Las luces de alerta se encendieron en los negocios locales por la caída de las ventas. “El pequeño comercio está en crisis y ya se perdieron puestos de trabajo”, reconoce en una extensa entrevista con LA CAPITAL, Guillermo Bianchi, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio.
Bianchi reemplazó en el cargo a Pedro Mezzapelle, histórico dirigente del gremio que ocupó durante 26 años el cargo. “Asumo el desafío con mucho honor porque depositaron en mí y en un grupo de compañeros la enorme responsabilidad de conducir los destinos del gremio más numeroso de Mar del Plata y de la costa atlántica”, dice.
Sabe que debe representar a más de 25 mil trabajadores mercantiles. No es una época fácil para hacerlo. “El modelo económico no está dando sus frutos”, analiza.
– ¿Qué denominador común ve en el modelo económico?
– El denominador común es que toda la actividad económica estuvo en caída y por supuesto el comercio. Ningún indicador nos habla de un crecimiento sino que hubo una caída bruta del consumo en el comercio. La última cifra es la de Semana Santa, donde los números oficiales arrojan una caída del 8% de las ventas comparado con un año atrás. Ese número en volumen es muy grande. El modelo económico no pudo controlar la inflación que es un factor determinante para nuestro rubro.
-¿Cuál es el sector más afectado?
– El rubro que tiene que ver con los pequeños comercios de la actividad en Mar del Plata es el más afectado. A la caída bruta que sufrió en las ventas, hay que sumarle que cuando se van a renovar los alquileres es importantísimo el aumento que tienen en los contratos. En algunos casos llegan a un 40%. Un ejemplo: una pequeña superficie en el centro tiene un valor de 20 o 25 mil pesos. A eso hay que sumarle el tarifazo que impacta en el corazón de la pyme. A eso hay que sumarle los empleados.
– ¿Está en crisis el pequeño comercio?
– Con todo ese panorama que describí se puede asegurar que hay una pequeña crisis en el pequeño comercio, que es donde más sufren los trabajadores mercantiles.
– ¿Cómo se encuentran los medianos y grandes comercios?
– El mediano comercio está intentando, mediante promociones y ofertas, desarrollar una estrategia de venta para sostenerse. En tanto, los grandes emprendimientos locales aún tienen un margen con el que jugar.
– ¿La temporada no ayudó al sector?
-Fue una temporada regular, donde la cantidad de gente no fue la misma. El nivel de consumo que tuvo la ciudad no fue el que deseábamos. El turismo en la Argentina mutó y hay nuevas pautas culturales, entre ellas el turismo de corta estadía. Mar del Plata se ha consagrado en esta temporada como la ciudad del fin de semana largo.
– ¿Cómo repercute esta situación?
– Nos trae la consecuencia que el contrato de temporada dura entre 30 y 45 días. Eso provoca, entre otras cosas, que no se pueda acumular un año de antigüedad que recién se cuenta con los 91 días de temporada.
– ¿La quita de los feriados puente va a repercutir?
– Haberlos perdido fue un elemento negativo. El feriado puente es importante porque es un fin de semana donde se potencia la actividad turística. Por eso haberlos perdido hace que la ciudad pierda potencial económico.
– En contrapartida, ¿ayudó que las clases comenzaran en marzo?
-Fue beneficioso. Eso hizo recuperar la mitad de diciembre, enero y febrero completos para el turismo.
– La situación en el pequeño comerciante es compleja y crítica. ¿Entiende que el dueño no pueda afrontar una paritaria porque si no tiene que cerrar o despedir gente?
– Tenemos una paritaria nacional porque es un salario igualitario para todos los trabajadores de la Argentina. Lógicamente que hay sectores que son más vulnerables a la hora de negociar. Si dejáramos que en Coronel Vidal se discutiera paritarias sin referencia se tendería a tener un salario menor porque por ahí las condiciones no son las más adecuadas.
– ¿Pero comprende que algunos dueños les cueste afrontar el aumento de salarios?
-Lo que determina si una empresa puede asumir el costo laboral no tiene que ver con el salario del trabajador.
– ¿Con qué tiene que ver?
– Tiene que ver con otros impuestos que si afectan a la economía de un pequeño comercio: 21% de IVA, Tasa de Seguridad e Higiene, Ingresos Brutos, alquileres y servicios. Todo eso compone la masa más crítica del costo que tiene un comerciante. Por supuesto que el trabajador impacta, pero estamos convencidos que no impacta tanto como estos impuestos.
– ¿Qué mecanismo tiene el empresario para absorber los aumentos?
– El empresario tiene el mecanismo de aumentar el precio para poder ajustar en base a la paritaria. Por eso, creo que no pasa por el tema del salario el punto más débil que tiene la pequeña y mediana empresa en Mar del Plata.
– ¿Se perdieron puestos de trabajo en la ciudad desde el comienzo del nuevo gobierno?
– Sí. No hay una pérdida de puestos de trabajo masiva, pero si por goteo. Vamos siguiendo los informes de la UCIP en cuanto a la problemática en el comercio en las diferentes arterias de la ciudad. Sabemos que hay una cantidad importante de comercios que cerraron en las diferentes zonas. El pequeño comercio fue perdiendo y se fueron trasladado o cerrando. Ahí vemos que en nuestro rubro el desempleo fue por goteo.
– ¿De qué otra manera se ve este crecimiento del desempleo?
– Ha habido la misma cantidad de contratos de temporada en algunas de las empresas y en otras muchos menos. Eso se produjo porque la cantidad de trabajadores que se necesitan para la cantidad de turistas que vienen son los mismos o menos. Bajó el volumen de venta en temporada.
– ¿Cómo analizan este crecimiento del desempleo y el cierre de locales?
– Lo analizamos desde el punto de vista que el modelo económico del Gobierno no está dando sus frutos. Esto se ve y no es una novedad. La propia pequeña y mediana empresa está poniendo una luz de alerta. El sector industrial está muy preocupado por las importaciones; la construcción está esperando que la obra pública repunte porque la obra privada ha caído. No hay sectores de la economía que vean con buenos ojos los resultados de la política económica.
– ¿Nadie está mejor?
– Están mejor el sector del agro, el de la minería y sobre todo los grandes ganadores que están siendo los sectores financieros. Pero el hombre de trabajo común está muy vinculado a la actividad comercial y productiva.
– En este escenario, ¿cómo deben pararse los sindicatos ante el Gobierno?
– Poniendo al hombre como eje central de nuestras políticas. Siempre que aparecen estos modelos económicos de gobiernos que están integrados en su mayoría por funcionarios que vienen desde las empresas, nosotros nos paramos del lado del hombre como eje central de las políticas. No hay que equivocarse en este punto: para nosotros esto implica la defensa irrestricta de la Constitución Nacional y del Convenio Colectivo de Trabajo. Esa es la línea que no hay que pasar que son las de nuestros derechos como trabajadores.
– ¿Cree que el Gobierno puede avanzar en los derechos de los trabajadores sin un CGT unida?
– Hay una puja que se va viendo día a día. No hay que esconderla sino visibilizarla. Justamente nosotros entendemos que hay una necesidad de sentarse seriamente a conversar acerca de múltiples aspectos que tienen que ver con las relaciones laborales. El acuerdo salarial del 18% se termina rompiendo porque el Gobierno no puede contener la pauta inflacionaria. Por eso teníamos razón cuando decíamos que no se le podía poner un techo a las paritarias.
– ¿Cree que una flexibilización laboral puede ser la salida del Gobierno para reactivar la economía?
– No tenemos miedo de hablar de flexibilización, pero en determinado marco. ¿En cuál? En el de una Argentina en crecimiento, que tienda al pleno empleo y al desarrollo de su economía con índices de desocupación en baja. Ahí no sería impropio hablar de flexibilización laboral o nuevas formas de trabajo. El mundo va cambiando, las ciencias avanza y hay que adaptarse. Hablar de flexibilización en un marco de depresión económica, de un endeudamiento histórico que va para paliar el déficit fiscal, y en una Argentina con inflación y desempleo creciente; es en realidad hablar de precarización laboral. Nos quieren llevar a discutir la precarización del trabajo y lo esconden bajo la flexibilización laboral.
– ¿Se sienten maltratados los sindicalistas por el Gobierno nacional?
– Siempre donde haya una injusticia habrá un dirigente sindical que se va a poner la mochila al hombro para combatir e intentar que esa desigualdad no se produzca. Jamás dejará de haber organizaciones sindicales. Puede haber dirigentes buenos o malos, que responden a un tiempo u otro, que se alineen políticamente o no, pero nunca dejará de haber organizaciones sindicales. Acá lo que está en pugna es: un hombre, un contrato. Se piensa en algunos lugares, en una sociedad sin sindicatos. En otros, pensamos con sindicatos fuertes y modernos.
– Pero, ¿no deben aggiornarse?
– Naturalmente tiene que haber un ejercicio de transformación de las organizaciones sindicales porque el mundo avanza y es necesario transformarlas. El sindicato es una célula viva que responde a las mutaciones y a los cambios.