Olga Elena, la hija del medio de Graciano Urrutia que tenía 7 años en la madrugada del crimen, se hizo adulta y se casó con Ramón Ignacio Arregui. Al conocerse, allá por mediados de los ’30, ambos se transmitieron el dato que más los angustiaba: que sus padres habían sido asesinados.
Así, Arregui pudo saber del caso Urrutia (factiblemente algo habría oído porque tenía unos años más que su futura esposa), y Olga se enteró del crimen de don Francisco Arregui. Los dos eran huérfanos de padre por el arrebato de un delincuente.
A Francisco Arregui lo asesinaron en el Año Nuevo de 1907, en su campo ubicado en lo que entonces se denominaba Cuartel 1, las afueras de la nueva ciudad. Bajo circunstancias que nunca quedaron del todo claras, Arregui recibió un golpe y luego un tiro en la frente, sobre el ojo izquierdo.
Su crimen también fue portada del diario LA CAPITAL, en su edición del 3 y 5 de enero. En la primera publicación apenas se menciona el caso. Algunas imprecisiones llevaron a la viuda de Arregui, la señora Teodosia de Arregui a aclarar que “la herida de bala fue hallándose la víctima en el suelo sin conocimiento encontrándose el victimario Nazario Luna y la víctima de a caballo”.
Luna nunca fue condenado pese a la revelación de la viuda de Arregui, quien años más tarde se convertiría en la consuegra de otra viuda, la de Graciano Urrutia.