Rogelio Roldán quedó en el recuerdo como uno de los personajes memorables de Alberto Olmedo, pero en la vida real fue uno de sus amigos entrañables. Se conocieron siendo adolescentes en Rosario, pero la vida los reunió años más tarde en Mar del Plata grac
Por Gustavo Visciarelli
gustavovisciarelli@gmail.com
A 28 años desde aquella mañana incomprensible, “El Negro” sigue sonriendo en este lugar -Luro casi Funes – donde vivió momentos felices. Sus fotos están aún en el despacho de la funeraria que perteneció a su amigo Rogelio Roldán. Y también en la casa contigua, donde Mercedes -la esposa de Rogelio- recuerda que “entraba en cualquier momento, me preguntaba: ¿Qué hiciste de comer? y se sentaba. Era de la familia”.
¿Cómo se conocieron el empresario y el actor? Ambos eran de Rosario y soñaban con ser artistas. Alberto hizo sus primeras experiencias en la claqué de La Comedia mientras subsistía con variadas ocupaciones, hasta que en 1954, a los 21 años, decidió probar suerte en Buenos Aires. Rogelio ?que fue empleado de una funeraria rosarina mientras incursionaba en el teatro independiente- dejó su ciudad en 1962, a los 28 años, para montar su propia empresa en Mar del Plata.
Durante aquellos años de adolescencia y juventud no fueron amigos, sino apenas conocidos, pero en esta historia donde cohabitan personajes reales y ficticios fue “El Capitán Piluso” quien los reunió en Mar del Plata para que construyeran su amistad.
Para toda la vida
Desde sus comienzos como switcher en Canal 7, Olmedo se desarrolló lentamente en la actuación cómica y comenzó a ganar fama en la década del ´60 con aquel personaje infantil que frecuentemente escapaba del televisor para realizar exitosas giras por el interior junto a su inseparable “Coquito”.
Mercedes recuerda que “Olmedo vino con Piluso al Club Quilmes y Rogelio fue a saludarlo”. Así nació una relación entrañable que durante varios años reposó en un ir y venir de visitas.
“Yo crecí con esa amistad -dice Andrea, la hija de Rogelio Roldán? con los saludos que nos mandaba ‘El Negro’ por televisión cuando hacía ‘Piluso’? feliz cumpleaños Andrea? feliz cumpleaños Osvaldito. Con mi hermano tenía una relación muy estrecha”.
Las exitosas temporadas de Olmedo en la ciudad a partir de 1981, a excepción de una que realizó en Carlos Paz, ahondaron el vínculo.
-Alberto disfrutaba mucho en las Fiestas. Nosotros festejábamos Navidad y Año Nuevo con él, acá en la casa de mi mamá. Después que se separó. Venía solo y después con los chicos más grandes. De vez en cuando venían los más chicos.
– ¿Vino también con su última pareja?
– Vino con la última, pero prefiero no hablar. Todos los que queríamos realmente a Alberto preferimos no hablar.
– ¿Ustedes lo vieron mal a Alberto?
– Ese último verano sí…y el verano anterior también…
Momentos felices
En aquellas celebraciones de Navidad y Año Nuevo, “El Negro” se ponía al frente del gran despliegue gastronómico e incluso se calzaba un delantal para hacer el asado en casa de los Roldán. “Hacíamos las compras juntos ?comenta Mercedes- e íbamos a todos lados según lo que se le antojara comer. El sabía dónde comprar tal cosa y dónde otra. Ensalada rusa, pollos… a veces era tanto lo que se compraba que al otro día había que repartirlo en el hospital o en algún lado. El decía que había sido pobre y no quería que faltara nada…”
– ¿Es cierto lo que escuché sobre las botellas vacías?
– Las teníamos que sacar de a poco porque no quedaba muy bien sacarlas todas juntas.
“Un tipo normal”
“Mi viejo estaba siempre con él ?comenta Andrea- y hasta iban al cine juntos. Fueron a ver la última película que había hecho él y que se estrenó poco antes de que muriera”.
– Era el momento cumbre de su popularidad
– Pero Alberto era un tipo normal y nunca tuvo problemas en saludar, en firmar autógrafos. No le molestaba que la gente se le acercara. Era remacanudo, tranquilo?un tipazo, muy familiero.
– Se dice que era un hombre serio
– Si se daba un chiste se daba un chiste, pero no era que estaba haciendo todo el día “No toca botón”. ¿De qué hablaba? De lo que hablamos todos: viajes, comidas?le gustaba mucho comer. Me acuerdo que se negaba a comer cordero porque decía que tenía gusto salvaje hasta que mi vieja le preparó pata de cordero al horno con batatas y? (se ríe) no le encontró el gusto salvaje?
Mercedes, por su parte, lo recuerda como “un hermano mayor. Fue el gran amigo. Era muy cariñoso con nosotros. Nos mandaba mensajes por televisión?cosas que solamente nosotros entendíamos. Por ejemplo, cuando llegaba diciembre decía: bueno, ya podemos ir preparando los bolsos para hacer las compras”.
“Seguimos sin entender”
“Fue bravo, muy feo. A las ocho de la mañana alguien nos llamó por teléfono, no me acuerdo quien. Mi hermano salió rápido”. Así recuerda Andrea aquel trágico 5 de marzo de 1988.
– ¿Cómo reaccionó tu papá?
– Mal, muy mal, lamentándose por no haberlo retenido, todos sabían que esa noche se iba a encontrar con?
– ¿Rogelio estuvo con él la última noche?
– Estaban todos cenando después de la función en un restaurante de 14 de Julio y Colón que no está más. Mi papá se fue más temprano que los demás. Sabían que ella venía y se iban a encontrar. Los amigos se lamentaban de no haberlo retenido. Fue duro, horrible. No se hizo velatorio ni nada. Lo tuvimos acá pero estuvo cerrado. Vinieron los chicos, los amigos más íntimos. Después la casa de mi mamá se llenó. Todo el que estaba haciendo temporada vino a la casa de mi vieja. Y después lo llevamos a Buenos Aires.
– Al dolor se suma la dificultad de entender un hecho así…
– Fue algo muy difícil de entender. Se sigue sin entender. Seguimos sin saber qué pasó.
Rogelio Roldán & Rogelio Roldán
El verdadero Rogelio Roldán era un empresario exitoso, de buena presencia; un hombre locuaz, extrovertido, sociable y muy buen anfitrión. El Rogelio Roldán de Olmedo era un empleado sombrío y temeroso que soportaba todo tipo de humillaciones.
No era la primera vez que “El Negro” homenajeaba a un amigo con este tipo de composiciones contradictorias. “Chiquito Reyes” era en la ficción un “típico gil” que se ubicaba en las antípodas del verdadero.
¿Cuál fue la génesis del Rogelio Roldán que hizo historia junto a otros grandes personajes del ciclo “No Toca Botón”?.
Andrea recuerda que a mediados de 1986 “mi viejo tuvo un accidente automovilístico muy importante en Uruguay, cuando viajaba hacia Brasil junto a mi hermano Osvaldo y Barragán, de la concesionaria de autos”.
Mercedes relata que “Alberto me hizo un aguante de ocho horas en la puerta del Hospital Italiano de Buenos Aires esperando ver si llegaba mi marido, mi hijo o quien de ese accidente. El estuvo conmigo al igual que otra gran amiga mía. Alberto se ocupó, hizo atender a mi hijo en un sanatorio. Mostró que era amigo”.
“Lalo, mirá el programa”
Rogelio, con serias fracturas, tuvo que soportar 100 días de postración en una cama ortopédica que instalaron en su domicilio. “Estaba bastante bajoneado ?relata Andrea- y recibió un llamado de Alberto, que le dijo: “Lalo, no dejés de ver esta noche el programa”. Y esa noche apareció el personaje de Rogelio Roldán. Lo hizo para levantarle el ánimo. A papá le gustó, le causó gracia, no le molestó jamás?¡Cómo le iba a molestar si era un homenaje que le hacía su amigo!”.
Mercedes coincide: “Nos dio mucha alegría y nos causó gracia porque el personaje que representaba no tenía nada que ver con Rogelio. Después nos cargaban siempre… ¿Cómo hacen para vivir con 170 australes?”
“El amigo que falta”
En el comedor de Mercedes hay un portarretratos con la foto que le obsequió Olmedo cuando estaba por iniciar su última temporada en Mar del Plata. En el remate de la dedicatoria se lee “gracias”. Hay otras fotos que la mujer atesoraba en un álbum, dentro de un armario. “Estas no se las doy a nadie?se las voy a mostrar a ustedes, pero no se las doy a nadie”, enfatiza. Allí está “El Negro” con delantal de cocinero, brindando, abrazándose a su “familia marplatense”, levantando una copa de champagne.
“Es el amigo que me falta. Yo lo siento así. El me lo hizo sentir así”, dice Mercedes, mientras Olmedo sigue sonriendo desde las fotos en el mismo sitio donde vivió momentos de felicidad.