Tras denuncias de vecinos por nuevos casos de usurpación, el Municipio impulsará la venta de lotes expropiados. Se dispuso que “sean enajenados en subasta pública y al mejor postor” para construir solo viviendas unifamiliares.
A partir de algunas denuncias recibidas por vecinos del barrio San Carlos por la usurpación de los terrenos expropiados donde funcionó durante años la Villa de Paso, el gobierno municipal anunció este lunes que procederá a subastar los lotes en el sector delimitado por avenida Paso y las calles Alsina, Larrea y Lamadrid.
Desde el Ejecutivo municipal comunicaron que impulsan la venta de estos lotes, para dar cumplimiento a la Ordenanza 12.719 mediante la cual se creó el denominado Programa de Relocalizacion de Asentamiento Precario, que permitió la expropiación de los terrenos y la relocalización de la mayoría de las personas que vivían en el asentamiento.
La decisión del gobierno de Carlos Arroyo contempla una serie de pasos a seguir. El primero indica que la Comisión Municipal de Tasaciones deberá determinar los valores de estos lotes del dominio municipal. De antemano aclararon que solo se permitirá la construcción de viviendas unifamiliares.
Dichos lotes “serán enajenados en subasta pública” y “al mejor postor” mediante la intervención del martillero que designará el Municipio y con una base de los dos tercios de la tasación practicada por la Comisión Municipal de Tasaciones.
Tal como informó LA CAPITAL meses atrás, en el último tiempo en los terrenos de la ex Villa de Paso comenzó a observarse el desarrollo de un nuevo asentamiento en estos lotes, donde al día de hoy permanecen familias cuyo traslado lleva demorado largos años.
El traslado de la Villa de Paso comenzó en octubre del 2006 pero nunca se terminó. Alrededor de 400 familias fueron llevadas a diferentes barrios donde se construyeron viviendas nuevas, pero el proceso se interrumpió en los últimos años. Entonces, quedaron unas 80 familias habitando el asentamiento. El paso del tiempo y los vaivenes de la política, provocaron que, por muy poco, no se concretara una obra por la que se esperó varias décadas.
La impotencia de los vecinos de San Carlos se multiplicó en los últimos meses al ver que, entre ampliaciones y casas nuevas, se construyeron unas diez viviendas en el lugar. Además, de presentar una denuncia en la Fiscalía N° 12, los vecinos elevaron una nota al intendente Carlos Arroyo para que intervenga.
Luego de la entrevista mantenida por el Intendente con vecinos de la zona, y en razón del compromiso allí asumido, se dispuso reforzar la seguridad en el lugar y trabajar en la limpieza de terrenos.
Ahora, desde la Secretaría de Gobierno se dispuso iniciar los trámites correspondientes previsto en el decreto municipal 2423/07 a efectos de proceder a la venta de las primeras parcelas de terreno y a dichos fines se le dio intervención a la Comisión de Tasaciones, para una vez conocido el valor de los inmuebles proceder a las publicaciones necesarias que permitan desarrollar el cumplimiento integral del referido programa dándole la continuidad interrumpida desde fines de 2007.
Sin embargo, en el marco de esta decisión nada parecería haber contemplado el municipio en relación a las familias que hace años viven en el asentamiento y que llevan buena parte de su vida esperando el traslado a otra zona. Desde el Ejecutivo reconocen que “el tema es complejo” y que al estar judicializado y pendiente de algunas resoluciones, la reubicación seguiría postergándose.
La nota al municipio
Cuando los vecinos del barrio San Carlos comenzaron a percibir que los terrenos comenzaban a ser ocupados otra vez, se organizaron y enviaron una nota dirigida al intendente Carlos Arroyo en la que plantearon la preocupación por la construcción de las nuevas viviendas.
Según difundieron, la ocupación de los terrenos “por parte de personas de dudosa reputación ha traído como consecuencia el resurgimiento de nuevos hechos de delitos y violencia que sufrimos quienes estamos viviendo en forma correcta abonando impuestos y conformes a la ley”.
“La preocupación es que los mencionados terrenos vuelvan a ser ocupados atento a que no hay control de ocupación sobre los mismos ni por parte de los propietarios ni por parte del ente municipal, ni las autoridades que corresponden”, agregaron.
Además solicitaron que el municipio haga algunas tareas como “limpieza de basurales y terrenos”, “cercado de los terrenos municipales o privados” o un “censo de las personas que se encuentran en dichos terrenos”.
A raíz de esta nota y de la insistencia de los vecinos, tras una reunión con el intendente se logró avanzar en esta decisión política de subastar los lotes para que puedan construirse viviendas unifamiliares y al mismo tiempo evitar que otro asentamiento vuelva a instarse.