Este evento gastronómico se desarrolló en Valencia, España, donde el chef de esta ciudad tuvo una notable actuación, secundando al francés, Eric Gil. “Tranquilamente podríamos haber llevado la copa para Argentina, pero el segundo puesto tampoco está tan mal”, dijo a LA CAPITAL.
MIRAMAR (Corresponsal). – Este martes se desarrolló el Día Mundial de la Paella, el evento gastronómico de esta especialidad, más importante del planeta, en la ciudad de Valencia, España.
En esta ciudad costera, marcada a fuego por arroces, desde las 10 (hora local), diez cocineros de distintas partes del mundo inundaron los aires con aromas a oliva y azafrán.
Italia, Francia, Argentina, Finlandia, México, Canadá, Emiratos Árabes, Japón, Ecuador y Suiza fueros los países que enviaron representantes.
El cheff miramafrense, Juan Ignacio Kittlein fue quien puso la bandera celeste y blanca dentro del podio, quedando en el segundo puesto, detrás del representante de Francia, Eric Gil.
“Tranquilamente podríamos haber llevado la copa para Argentina, pero el segundo puesto tampoco está tan mal”, dijo a LA CAPITAL.
Cocinero y director de dos reconocidos locales gastronómicos locales, Kittlein se especializa en arroces desde hace más de tres temporadas, quedando seleccionado para competir en este gran concurso poco más de un año atrás.
Dentro de un nivel muy competitivo, cerca del mediodía español quedaba clasificado dentro de los mejores cinco exponentes del mundo.
Realizó una paella de pescados y mariscos donde se destacaban por sobre el arroz unas gambas mediterráneas de gran porte. Es así que dándole importancia a la potencia del caldo y al punto del arroz, logró una de las más destacadas preparaciones.
Tras esa etapa, volvió a prender sus fuegos, esta vez para dar todo en la final del World paella Day.
Una hora quince minutos lo separaban del punto final y ”Juani” eligió realizar una paella de senyoret. Sabores a la paella valenciana llamaron la atención de los locales. Conejo, pollo, pato, garrafones, alcachofas, judías y arroz variedad albufera, fueron los protagonistas.
Unos 17 minutos y 30 segundos de cocción tuvo ese arroz antes de acaramelarse al fondo de la paella dando lugar al tan anhelado socarrat. Tranquilidad y precisión fueron los valores que identificaron al miramarense durante su gran desempeño.
Minutos después los jueces se deleitaban con este arroz, suelto, elegante, propio del lugar, respetando el km 0 y las técnicas y tradiciones valencianas.
Por la diferencia de un punto en la clasificación final, Juan Kitlein se quedó con el segundo puesto de la competencia. Un logro enorme para él y su gente.
“Estoy muy contento con mi participación, un segundo lugar en el mundial de paellas no se logra todos los días”, expresó el cocinero local ante este diario, sin dejar de agradecer el apoyo recibido por su familia, propietarios y compañeros de los restaurantes donde trabaja habitualmente, sumado a la ayuda brindada, entre otros, por el Gobierno Nacional a través de la Marca País.