En las próximas horas se realizará la exhumación del féretro en la tumba en la que fue enterrado el menor. En el cementerio de Otamendi se llevó a cabo el sepelio.
El menor fallecido atragantado y cuyo cuerpo apareció a la vera de la ruta 11 fue supuestamente enterrado en el cementerio de Comandante Nicanor Otamendi en el marco de una ceremonia de la que participaron sus familiares.
Ayer se había confirmado la identidad del niño que el 10 de marzo, en un trágico accidente había muerto mientras se encontraba con sus padres en la quinta del paraje El Boquerón donde trabajaban. El lugar se llama Quinta “Guido Rueda” y se ubica en el kilómetro 23 de la ruta 88.
Anoche cerraron su labor en dicho lugar la fiscal Ana Caro y el personal de la Sub DDI Miramar, a cargo de Mariano Laure. Allí pudieron confirmar el dato que ya manejaban desde hacía varias horas: al menor lo habían sepultado.
Esta información orienta la pesquisa hacia un solo sitio, que es el cementerio de la localidad de Comandante Nicanor Otamendi en el que se enterró el féretro con el cuerpo del niño nacido el 28 de febrero del año 2015. Sus padres, de nacionalidad boliviana, participaron de la ceremonia junto a otros familiares y allegados.
El sepelio concluyó con la certeza de que el cadáver había sido enterrado y la familia del niño se retiró del lugar con esa seguridad.
Lo que sigue siendo una incógnita es la profanación posterior al robo del cuerpo. En principio está claro que el cuerpo desapareció del cementerio. Mañana la fiscal Caro se dirigía allí y controlará la exhumación del féretro. Naturalmente, el cuerpo no estará allí y podría comenzar a definirse alguna responsabilidad.