Nahuel Ferrer pasó de los trucos a trabajar en un Hogar de Ancianos. "El virus se esparce y es una guerra de nunca acabar", dice. Y advierte: "El sistema de salud está al borde del colapso”. Por eso les pide a los marplatenses que se cuiden.
En el marco de la ola de contagios de Covid-19 en la ciudad se siguen multiplicando los mensajes del personal de salud reclamando a la población “más empatía” debido a que el sistema de salud está “al borde del colapso”.
Ahora fue el turno de mago y enfermero marplatense Nahuel Ferrer (31 años), conocido como “El Yasomago”, que, a través de sus redes sociales, contó que volvió a ejercer su profesión de enfermero en “esta época tan difícil”. “Siempre viví de los shows, sin necesidad de tener un trabajo estable”, dijo. Pero la pandemia hizo volver a la enfermería: “El destino así lo quiso, siempre fue mi as bajo la manga”.
Después de cursar sus estudios secundarios de la Escuela Piloto, Nahuel empezó a estudiar enfermería por vocación.
“Me gustaba y en mi familia también hay enfermeros, así que no dudé”, le contó a LA CAPITAL. Sin embargo, a la par, crecía las ganas de hacer magia. “Empecé con los shows a los 18 años, me fue bien, así que dejé la facultad”, describió.
A pesar de poder multiplicar carcajadas y protagonizar números de magia, Nahuel escuchó el llamado interior y retomó sus estudios para recibirse de enfermero cinco años atrás. Pero la magia se impuso: “Nunca ejercí”, contó.
Y, enseguida, aclaró: “Hasta este año”. “Había hecho unas guardias, empezó la pandemia, se suspendieron los shows y me dediqué por completo a la enfermería”, contó. Hoy trabaja en un hogar de ancianos.
Así, formando parte del batallón de profesionales que enfrentan al virus desde la primera línea tiene acceso a un panorama que por momentos se vuelve desolador.
“Los trabajadores de salud estamos pasando por un momento muy difícil. Cada día tenemos un compañero menos en la guardia, por diferentes motivos; cada vez tenemos que trabajar más horas y cubrirnos entre nosotros, sin descansos, para no fallar a los compañeros y para no fallarles a los pacientes”, posteó.
Justamente, en su trabajo, de una plantilla original “de veinte enfermeros quedaron seis 6, porque algunos están de licencia por ser personal en riesgo, y otros aislados por el hisopado. “Para tratar de cubrir todo lo que podamos, muchas veces hacemos doble turno de 16 horas”, contó.
En cuanto a la cotidianeidad que enfrentan los trabajadores del sector señaló que pasan “muchas horas detrás de doble barbijo, máscaras, antiparras, mamelucos, camisolín”, lo que implica desde “vestirse y desvestirse cada vez que tenés que entrar a la sala” hasta “no ver a tus hijos ni a tu familia por temor a contagiarlos y no por negligencia en nuestros cuidados, sino por descuidos que puede tener cualquier persona, más cuando uno esta cansado, más cuando uno pasa por todo este estrés”.
Nahuel, padre de un nene de 5 años, no lo ve desde hace diez días. “Ahora vive con mi mamá y mi abuela por temor a los contagios. Nos comunicamos a través de videollamadas”, resumió.
También advirtió que “este virus se propaga muy rápido y no estamos preparados para tanto”, razón por la cual recordó que “esto no es joda”. “Quizás a vos no te pase nada, quizás seas asintomático, pero pensá en tu familia, pensá en la gente mayor, pensá en la comunidad”, sostuvo.
Y, en ese sentido, reseñó: “Sabemos que es un momento de muchos contagios, aunque no sabemos si estamos en el punto máximo del pico, por eso hay que cuidarse mucho”.
A pesar de la situación, Nahuel “El Yasomago” comparte con los ancianos que cuida “chistes, tratando de apelar al humor, que un poco cambia la realidad de los pacientes, deja que todo sea tan monótono”, y se alegró de “poder robarles una sonrisa”.
Ya serio, el enfermero-mago añadió que “el virus se esparce y es una guerra de nunca acabar”. “Necesitamos más empatía. El sistema de salud está al borde del colapso”, dijo. Finalmente arengó afirmando que “de esta salimos todos. ¡Fuerza a todos los trabajadores de salud!”.