Un delincuente que cumplía una condena bajo arresto domiciliario fue trasladado a la cárcel de Batán luego de que se descubriera su participación en un asalto a mano armada en un supermercado ubicado a dos cuadras de su casa.
Un delincuente que cometió al menos dos robos mientras permanecía bajo arresto domiciliario fue trasladado este jueves a la cárcel de Batán, luego de que se descubriera su participación en un asalto a mano armada cometido recientemente.
Personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local allanó en horas de la mañana la casa en la que vivía el ladrón, ubicada en Rivadavia al 7200, muy cerca de un supermercado que había sido asaltado el 29 de diciembre pasado.
Precisamente con ese robo comenzó la investigación que acabó por revelar el quebrantamiento del beneficio del que gozaba el detenido. Aquél día, dos delincuentes irrumpieron en la sucursal que Día tiene en Luro y Arturo Allió (ex 180) y por distintas razones uno de ellos llamó la atención de los empleados y clientes que se hallaban en el lugar.
Según explicaron fuentes de la investigación a LA CAPITAL, el asaltante llevaba puesto un short por lo que dejaba ver sus piernas. El detalle que asombró a los testigos del robo fue que sólo en uno de sus pies llevaba puesta una media, que lo recubría casi hasta la rodilla.
Esa característica, sumada a la descripción de los hechos de un empleado del comercio que persiguió a los delincuentes, terminó por signar su destino. De acuerdo a la declaración que hizo el hombre, poco después de que los delincuentes robaran 18 mil pesos en aproximadamente 40 segundos que duró el asalto, él mismo salió corriendo detrás de ellos. Fue entonces que se topó con un vecino del barrio que había observado cómo “el ladrón de la media” ingresaba en una vivienda situada a sólo dos cuadras del comercio. Era la misma propiedad de Rivadavia al 7200 que ahora allanó la policía.
Sucedió que, después de comenzar con las averiguaciones pertinentes, los uniformados supieron que en ese inmueble vivía un convicto que se hallaba bajo arresto domiciliario en el marco de dos causas por robo. Uno de ellos había sido cometido el pasado 13 de septiembre y ni siquiera se conoce aún su resolución judicial, ya que la causa que se inició en la Fiscalía de Flagrancia todavía no llegó a juicio.
Además, los pesquisas determinaron que la misma persona finalizaba el cumplimiento de una condena a 5 años de prisión por otro asalto.
Claves del esclarecimiento
Las imágenes de las cámaras de seguridad del supermercado y la zona donde está ubicado también fueron claves para dar con uno de los dos asaltantes. Es que en ellas se puede observar al acusado efectivamente con sólo una media puesta en uno de sus pies: obviamente, los uniformados que trabajaron bajo las órdenes del fiscal Fernando Berlingeri sospecharon desde un comienzo que esa prenda había sido colocada con el lógico propósito de cubrir la tobillera electónica con la que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) monitorea a los reclusos que cuentan con el beneficio de la prisión domiciliaria.
Los ladrones iban armados y, de acuerdo a la investigación, demoraron 40 segundos en ingresar al supermercado y robar 18 mil pesos. Luego, como se explicó antes, escaparon corriendo y en menos de 3 minutos se les perdió el rastro.
Durante los inicios de la investigación, a principios de este mes, los efectivos policiales comenzaron a sospechar sobre el correcto funcionamiento de las tobilleras electrónicas. Eso también es analizado por estas horas a partir de esta causa.
Lo que los pesquisas procuran determinar es si el reporte sobre la activación de la tobillera electrónica por el quebrantamiento del arresto domiciliario se produce en estos casos rápidamente y el Sistema de Emergencias 911 que debe actuar lo hace en forma lenta, o si directamente existen fallas en el proceso previo a la notificación de la policía de una eventual irregularidad.
Prueba
Bajo las órdenes de la fiscalía de Berlingeri, encargado de investigar los robos violentos en comercios de la ciudad, y la autorización de la Justicia de Garantías, el personal de la DDI allanó la casa del “ladrón de la media” y al detenerlo y trasladarlo nuevamente a la Unidad Penitenciaria de Batán con la tobillera electrónica colocada, tomó el tiempo de demora del reporte y actuación del 911. Lo hizo específicamente para que exista una constatación de los minutos que tarda la respuesta y la intervención policial.
Según pudo averiguar LA CAPITAL, el sistema es analizado desde la Dirección de Monitoreo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que está ubicado en La Plata. Es decir, no existen oficinas del organismo en Mar del Plata.
Un caso de quebrantamiento del beneficio del arresto domiciliario puede ocurrir por dos formas: a través de la rotura de la tobillera electrónica o debido al registro de salida del área geográfica en la que tiene permitido moverse el recluso (perímetro del domicilio).
Llamativamente, si existe una salida del territorio acordado para el desplazamiento del recluso pero es inferior a 15 minutos, no hay reporte inmediato. Sólo se genera un registro mensual en el que queda acreditada la irregularidad.
En cambio, si el quebrantamiento del beneficio de la prisión domiciliaria es por rotura o apertura de la tobillera, o bien a través de una salida del rango geográfico autorizado durante más de 15 minutos, el reporte del SPB al 911 debiera ser inmediato y urgente la llegada de la policía al inmueble.