Arte y Espectáculos

“El humor es una caricatura que nos permite aflojar tensiones”

Gato Peters estrenó "Cuentero" en enero en Mar del Plata y este invierno lo llevará por todo el país. "Soy un laburante que tiene la bendición que le tocó un trabajo lindo, porque me gusta mucho lo que hago", reconoce el humorista que apela siempre a la emoción y la identificación para hacer reír.

Gato Peters está terminando una exitosa temporada de verano en Mar del Plata. Reconoce que “siempre nos va bien en Mar del Plata, nos sentimos muy bien acompañados, tanto por la gente de paso, como por los mismos marplatenses que siempre se acercan al teatro y es un orgullo”. Pero, humilde, aclara que “siempre nos movemos en espacios a una escala pequeña”.

De todas formas, tuvo la posibilidad de compartir sus nuevos textos, su humor, su mirada sobre las realidades que va observando en sus giras, a sala llena. Y, por esa demanda, a agregar dos nuevas funciones en marzo.

“Cuentero”, el espectáculo que estrenó el 2 de enero en esa misma sala, estará este sábado 7 de marzo y el próximo 22, a las 22, en el Teatro Melany.

“El humor es una caricatura que nos permite aflojar tensiones”, analiza Peters, quien se define como un “laburante”. Uno “afortunado” porque tiene la bendición que le tocó un trabajo “que me gusta mucho”.

Lindo, pero un trabajo al fin. Uno que tiene, para él, varios mantras que no se negocian: Un espectáculo nuevo cada año. Una grabación de esos nuevos textos al final del año. Mar del Plata y/o Carlos Paz, cada verano. Textos muy trabajados. Observación, emoción, efecto, respeto. Y más trabajo.

Así, lleva más de 40 años de gestión independiente, siempre con su compañero de estudios en La Plata Carlos “Carli” García, quien lo acompaña con su guitarra y, en los últimos años, con la incorporación de su hijo, Santiago Peters Bastien, quien realiza una introducción, con un monólogo y algunas canciones.

Antes de despedirse, por unos meses, de Mar del Plata, ciudad que considera “mi segunda casa” y que elige para sus procesos creativos, el Gato Peters habló con LA CAPITAL.

– En sus espectáculos está el público de siempre, pero también hay nuevas generaciones. ¿Cómo analiza esa atracción de otros targets?

– Siempre me fue fácil comunicarme con la gente de mi generación. Estuve mucho tiempo de mi juventud en La Plata, que es una ciudad que irradia mucha gente, de distintas actividades, que conocí en esos años y que luego están en todas partes. Ahora están las redes sociales, que para mí son como el boca a boca de antes. A mí me vienen muy bien porque no estoy ni en la farándula, ni en el Bailando. El otro día vino al camarín un influencer, me hizo una nota y se quedó a ver el show. Un chico de 16 años. Me sorprendió, después las cosas que publicó, lo que dijo y me gustó el intercambio.

– Así como las redes cumplen ese rol de “boca a boca”, ¿el monólogo era lo que hoy es stand up?

– Como género hubo stand up siempre, sólo que no lo conocíamos de esa forma. Decantamos en el stand up, creo que con un formato distinto, con más tiempo del artista sobre el escenario, pero la técnica es la misma. Yo digo que Landrisina debe haber sido el primer standapero de Argentina.

– Llámense chistes, monólogos o stand up, armar los textos requiere mucha observación, atención…

– Es una deformación profesional y una parábola de mi vida. Yo me crié en un pueblo, viví años en una gran ciudad y volví al pueblo. Y además, hago cada año unos 150 shows en más de 100 ciudades distintas. Mi mirada es la de un viajero incansable. En cada gira me gustan las vivencias, conocer costumbres, cómo se habla en cada lugar, conocer los procesos productivos y los actores involucrados en cada uno de esos procesos.

Por ser veterinario, me llama saber de los temas rurales y productivos. Y por ser docente me preocupo por explicar, contar, transmitir. Soy el resultado del viajero, el estudiante, el docente y el veterinario.

– ¿Prefiere el escenario o el proceso creativo?

– Me gusta mucho el escenario, pero disfruto enormemente del acto creativo, de la travesura de armar los textos. Mis textos son muy trabajados. Pienso cada tema, que sean cosas que le puedan pasar a cualquiera, pienso cada palabra, el efecto, el ritmo y la emoción. Siempre digo que mis historias tienen que tener olor a comida, a hogar y a pasto recién cortado. Después de todo ese laburo, el resultado se nota.

– ¿Ese trabajo ha ido incorporando las nuevas formas de ver ciertos temas, lo que causa gracia y lo que no?

– Dicen que los cambios son superficiales y las transformaciones profundas. El lenguaje, como nosotros, se va transformando, hay nuevos valores en la sociedad que vamos incorporando. Ya nadie habla como hace unos años, vamos modificando el discurso. Cosas que antes hacían reír, hoy no causan gracia, pero también las comunicaciones tienen otro ritmo. Es inevitable estar actualizado y saber por dónde ir. Siempre teniendo en cuenta el respeto, hay que tener muy en claro que esto no es más que humor. Y el humor empieza en algo que salió mal y a uno le da risa. El humor es una caricatura que nos permite aflojar tensiones, tratar de no caer en la grieta, relajar un poco. En épocas duras y de censura se usaba el humor para decir cosas que de otra forma no se podía. Es un recurso blando con el que poder decir cosas.

– Y tanto en épocas buenas como en las malas es necesaria la risa…

– Cuando las épocas son buenas y los vientos vienen de cola, es fácil reírse, todos celebramos. Y cuando hay incertidumbre, angustia, ansiedad, hay necesidad de reírse. Se busca el humor para olvidarse un rato de las urgencias y los problemas. La vida no es fácil, para nadie. Debe ser por eso que los seres humanos somos los únicos animales que tenemos la risa. Es para descargar.

– ¿Cómo es la experiencia de compartir también este espacio laboral, el escenario, con su hijo?

– Mi hijo empieza como presentador, hace algún truco de magia y canta unas canciones escritas por él mismo. El tiene su propio espectáculo con el que hace fiestas privadas, eventos. En las últimas temporadas lo he invitado, para que pueda mostrar lo suyo en el formato teatro, que se encuentre con el público de teatro, que es un público formado.

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