La Ciudad

El francés olvidado de Playa de los Ingleses

Jean Baptiste Durrosier y la historia del hotel Saint James, heredero de una obra monumental que lució Mar del Plata.

Por Gustavo Visciarelli

Agreste y solitaria. Así era nuestra actual Playa Varese a principios del siglo XX. La vemos en la primera foto, bajo el sombrío espectro del hotel Saint James en lo alto de la barranca. Ya sabemos que esa obra monumental, iniciada en 1890, fue abandonada sin estrenar cuando la compañía quebró. Pero el detalle que nos interesa está en el ángulo inferior izquierdo: dos construcciones de madera montadas sobre pilotes en la arena.

Vemos en la segunda imagen a un señor de tupido bigote. Era francés y se llamaba Jean Baptiste Durrosier. Está junto a su esposa, Marcelina Peñegui y los seis hijos de ambos: Enrique, Juan, Alberto, Clementina, Marcelina y Alfredo.

Sabemos por fuentes familiares que Jean Baptiste, tras su arribo a la Argentina, se radicó en la zona rural de Maipú donde formó la numerosa familia que quedó perpetuada en la foto. Su llegada a Mar del Plata se produjo en fecha imprecisa, pero podemos situarla hacia fines del siglo XIX, cuando el hotel Saint James se hallaba en construcción.

El arquitecto e historiador Roberto Cova aporta otro dato: Durrosier se contactó en Mar del Plata con un paisano de apellido Dugued, que prosperaba con su panadería en el antiguo barrio de la estación de trenes. Ambos, en sociedad, montaron una suerte de fonda en la actual Playa Varese para darle de comer a la multitud de obreros que trabajaba en la construcción del Saint James.

La paralización de la obra no significó la muerte del emprendimiento. Aquel sector –conocido entonces como “la playa del Saint James”- nacía lentamente al turismo de la mano del genovés Luis Varese, que a principios de siglo inauguró en aquel desolado paraje su histórico hotel Centenario.

Ya sin Dugued como socio, Durrosier reconvirtió aquella fonda en un hotel, que heredó el nombre “Saint James”. Las dos construcciones de madera que observamos en la primera foto son su estructura original.

Los hijos de Jean Baptiste fueron parte de aquella empresa familiar. En la tercera foto vemos a tres de ellos en la playa, junto al antiguo hotel, alrededor de 1915. Los acompaña el bañero Sosa, uno de los tantos caboverdianos que llegaron a principios de siglo y supieron convertir en oficio sus extraordinarias dotes de nadadores.

El camino costero hasta Cabo Corrientes aún no existía y la franja de arena se pobló de hoteles de madera que funcionaron con permisos precarios. El paraje cautivó a integrantes de la colonia británica en Argentina, muchos de ellos vinculados al ferrocarril, que lo convirtieron en su lugar de veraneo. Tal circunstancia habría dado origen al nombre de “Playa de los Ingleses”, que fue cambiado por el de Varese durante la Guerra de Malvinas.

Hacia fines de la década del ’30, con la construcción del camino costero, los hoteles tuvieron que abandonar la playa y pasaron a la pendiente de la barranca. El “Saint James” siguió ese camino y continuó en manos de la familia Durrosier hasta mediados de los ’40. En 1978 fue demolido junto al resto de los edificios.

Jean Baptiste no presenció los últimos capítulos. Murió en 1941. Pocos lo recuerdan, pero es parte de nuestra historia.

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Los datos y las fotos familiares que permitieron elaborar este artículo fueron suministrados por Rodolfo Oscar Durrosier, bisnieto de Jean Bapstiste y nieto de Enrique (en la foto de la playa, es el joven de la derecha).

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