Norberto De Paz, una vida en el club de la calle 9 de Julio. Se crió en el barrio. Jugó al básquetbol desde los diez años en el viejo Quincho. Ahí empezó como monitor. Se fue a dar sus primeros pasos como DT a Peñarol y Quilmes. Desde que regresó, en 1997, dirige la primera y ganó veinte títulos de la AMB sólo en esa división.
por Sebastián Arana
Norberto De Paz tiene 51 años. Unión es su casa desde que tenía diez. Fue basquetbolista, monitor, dirigió casi todas las categorías. Se fue fugazmente a completar su formación como DT a Peñarol y Quilmes. Regresó al club en 1997 y, quienes no lo conocen en profundidad, creen que allí está desde siempre. La semana anterior condujo al equipo a la conquista de un nuevo título oficial de la Asociación Marplatense: el vigésimo desde 1998.
“¿Veinte títulos? Me dijeron el otro día, nunca llevé la cuenta. Yo siempre digo que salí tantas veces campeón con la primera porque fui el único que la dirigió. Cualquier otro hubiera cosechado los mismos resultados. La primera de Unión tiene mística, el otro día se vio en la tercera final. Fue evidente que nosotros habíamos jugado muchas finales y el IAE llegaba por primera vez. “Andy” Mateo, que jugó terrible, es un buen ejemplo de lo que te digo. Le pusieron cuatro bases para oponerles y los mató a todos. Tiene carácter, va para adelante, es líder. Enfrenta a los rivales, a los árbitros, a mí. Completo”, le dijo el “Gallego” a LA CAPITAL.
-¿Qué significa para vos haber dirigidos tantos años consecutivos a Unión?
-Se me pasaron rápido. Yo siempre fui del club, de chiquito. Uno de mis abuelos fue fundador, vivía a la vuelta. Antes que hubiese básquetbol había un bowling dónde estaba el viejo Quincho y arriba el buffet. Mi viejo conoció a mi vieja en los bailes de Unión. Y siempre me llevó cuando iban a jugar a las cartas. Cuando reemplazaron la cancha de bowling por la de básquetbol, ahí estaba yo. Tenía diez años. Vininieron Juan Lofrano, otros chicos, Horacio Bogolavsky…y se armó una buena camada. Estaba también Marcelo Mazzassa, lindo equipo. Lo teníamos a Juan Rey de entrenador. Y debo haber jugado en el club hasta los 25 años. A mí me encantaba hacerlo. Cuando empezó el básquetbol en el club enganchamos una época espectacular, la de aquel Unión de Juan Rey, Ricardo Juanicotena y Daniel Carranza, entre otros, que ganó cuatro títulos de primera entre 1977 y 1978. Las canchas se llenaban. Cuando ellos se fueron, nosotros teníamos edad de cadetes. Quedaron dos o tres y nos ponían a nosotros para completar. Primero nos mataban, después cayeron algunos más de afuera -“Juanqui” Zabala, “Quique” Bonfiglio, el “Tanque” Olivera- y fuimos más competitivos. También nos divertíamos mucho.
-¿Y como entrenador?
-Empecé como monitor a los diecisiete, dieciocho años. La primera la dirijo desde que regresé al club. Yo me había ido un año a dirigir en Peñarol y de ahí cuatro años a Quilmes: tenía infantiles, cadetes, cuando coordinaban Juan Lofrano y Daniel Frola. Y en mis últimos dos años me dieron la primera. Regresé a Unión cuando Fernando Piovano lo hizo nuevo, 1997. Coordinó un poco Frola, otro poco Juan Lofrano, pero yo siempre dirigí la primera y otras. En esos tiempos no esquivábamos ninguna categoría. Cuando estaba Frola no tuve la Junior, él fue el que dirigió esa camada tan buena con Juan Pablo Sánchez, Mario Ghersetti, Javier Abbadie y otros, que hizo un campañón. Después él se fue y yo también pasé a dirigir la Liga Junior. Seguimos muchos años juntos con Juan Lofrano y finalmente quedé como único coordinador. En primera fui subcampeón el primer año y al siguiente, 1998, ganamos mi primer título. A partir de ahí empezamos a cortar redes más seguidos. Desde los mini jamás tuve un año que haya dejado de dirigir.
-¿Tenés otro trabajo?
-Miles. Soy “profe” de Educación Física en el Albert Schweitzer y en el Antártida Argentina, el colegio de mi mamá. La estoy ayudando un poco. Trabajo en el Instituto de Formación Docente y soy coordinador de la Colonia de Verano del Club Náutico hace como veinticinco años, perdí la cuenta. Desde que me recibí de “profe”, tampoco paré. Arranco todos los días a las ocho y media de la mañana y vuelvo a mi casa a las once de la noche. Trabajo demasiado. Pero no puedo dejar de hacerlo.
-No son comunes los ciclos tan largos…
-¿Sabés qué pasa? Pasan los años y los dirigentes y yo en el club me sigo sintiendo querido. Estoy extremadamente identificado con Unión. En aquel momento que me fui era más joven. El que me conoce de hace poco piensa que nunca me fui del club. Siempre me sentí cómodo. Tampoco me sedujo nunca ser un entrenador profesional, aunque siempre pensé que la primera del club tenía que apuntar a algo más. Un Provincial primero, un Federal después…
-¿Cuánto cambió el club desde que eras chico?
-En lo estructural tremendamente. Cuando yo me fui, hace veinticinco años, el gimnasio se llovía todo, el parquet se levantaba. Estaba feo. Fernando Piovano hizo un club nuevo y le salió lindo. Y lo mantienen. Atendido, pintadito, se agregó una cancha para entrenar. Yo siempre digo que al club le tiene que servir el Federal, no tiene que jugarlo porque sí. Nos tiene que dejar, por decir algo, un gimnasio de pesas o los departamentos para los reclutados. No puede ser que no deje algo o que deje deudas. Lo siento así. Igual deja cosas intangibles. La identificación de los chicos con el club crece, tenemos un poco más de nombre, sus jugadores y sus entrenadores se ganaron algo de respeto. Nos conocen. Pato Garino hizo lo suyo para eso, es un fenómeno, siempre nos nombra, cuando está en Mar del Plata viene al club a entrenar, a hablarle a los chicos. Por lo general, a los pibes de hoy les interesan pocas cosas. Pero en el club van a ver la primera, se engancharon con los cadetes, les interesa mejorar como jugadores de básquetbol. A los cadetes los siguió mucha familia. No tanto en el Federal, pero tiene que con los resultados y con una agenda saturada de partidos entre cadetes, Liga Junior y primera local. Unión es basquetbolero, pero chico. Sólo hay entre doscientas y trescientas familias ligadas al básquetbol.
-Te noto más preocupado por el Federal que feliz por ganar otro torneo de la Asociación. ¿Puede ser?
-Sin embargo, estoy contento. Yo siempre les digo a los chicos que estamos jugando el Federal porque nos fue bien en el torneo local. Si no hubiéramos tenido un equipo ganador en el torneo de la Asociación, jamás hubiéramos ido a un Provincial. Lo hicimos dos o tres años, nos adaptamos a la categoría, el último lo jugamos bien, quedamos terceros y nos invitaron al Federal. Creo que es consecuencia de darle bola al campeonato marplatense, no todos lo hacen. IAE Club lo hizo ahora y llegó a la final. En este último campeonato todos se pusieron fuertes para los play-offs. Teléfonos nos hizo partido, Kimberley le puso fichas, Sporting también porque quiso entrar el Provincial. Acá hay una realidad: el básquet marplatense desprecia al mismo básquet marplatense. Todos los entrenadores marplatenses de Liga o TNA dirigieron torneo local: Romano, Narvarte, Bianchelli, Ramella, Trezza…Los jugadores marplatenses de selección -Mata, Safar, Vildoza, Garino- salieron del torneo local…Este año Sporting fue campeón argentino de preinfantiles, Unión subcampeón argentino de cadetes, Quilmes terminó dentro de los doce mejores equipos del país en infantiles. Todos salen del torneo de acá, tan malo no debe ser. De lo contrario, no aparecerían jugadores, ni entrenadores. En otras ciudades, si hubieran conseguido lo de Mar del Plata este año, hubieran salido con bombos y platillos. Pero acá no le damos importancia. En otras ciudades, sí. El torneo local de Bahía Blanca es mejor que el nuestro, pero hace cincuenta años que pagan. Villa Mitre, por ejemplo, juega el torneo local con el mismo equipo que el Federal. El otro día Belgrano de San Nicolás perdió un partido con Sarmiento de Junín por el Federal porque venía de jugar seis seguidos con los mismos jugadores por el campeonato de su Asociación. A mí si pongo cuatro chicos del Federal me miran con cara rara. Cuando Varas jugó el torneo local desde el primer partido, lo mismo que Jara y Giorgetti, y a Maxi Vighi -nos hizo la “gamba”- lo pusimos en el Federal para que sea el “corte” durante el receso de verano. Nadie se tendría que enojar. Por el contrario, si pongo a Varas, tendrán que jugar más y entrenar más para ganarle a Varas.
Mirá, yo pongo este ejemplo. Hoy en Mar del Plata la U17 es la categoría. El torneo local de cadetes es muy competitivo. Nosotros salimos subcampeones argentinos, pero Peñarol, Kimberley y Quilmes son fuertes, IAE tiene un equipazo. Casi siempre cuando más fuerte es el torneo local, mejor nos va afuera. Yo recuerdo que, cuando salimos campeones argentinos de cadetes, no ganamos el torneo local. Cuando la competencia marplatense es fuerte, mejor le va al equipo que representa a la Asociación. Aunque, a nivel selección, no sé por qué, no ocurre lo mismo.
Si le diéramos más bola al torneo local, iría más gente a la cancha. En la segunda final con IAE, fue mucha gente a El Quincho. Y también al tercer partido. Yo lo felicito al IAE. Marcaban, corrían, mordían…Lo mejor que puede pasar es que haya equipos que afronten el campeonato marplatense para ganarlo. Nosotros entrenamos, lo tomamos en serio. Desde que dirijo Unión es así.