Los campeones del mundo del '78, con la inclusión de Diego, concentraron todo el mes de diciembre de 1980 en Villa Marista, previo al Mundialito de Uruguay. Detalles y curiosidades de su estadía y recuerdos los protagonistas 40 años después.
Nota publicada el 20/12/2020
En la Villa Marista se gestó el campeón del mundo 1978. Y allí también, hace exactamente 40 años, la Selección Argentina convivió durante un mes en la preparación para el Mundialito de Uruguay.
Durante esos días pasaron algunas cosas muy importantes y otras bastante curiosas. Desde un Maradona que mientras deslumbraba en el verde césped también empezaba a tener sus problemas con la Justicia, hasta una noticia que conmovió al mundo y también hizo efecto en el plantel dirigido por César Luis Menotti.
Además, debutó con la celeste y blanca un futbolista que todavía no había jugado en Primera, se inició la transición de Kempes-Maradona, mientras se definió el Torneo Nacional del fútbol argentino con la ausencia de algunas de sus grandes figuras.
“Las concentraciones eran entrenar, desayunar, almorzar, merendar y cenar. En el medio jugábamos a las cartas. También recuerdo que después del almuerzo ‘El Flaco’ (Menotti) le dejaba fumar un cigarrillo al que quería hacerlo. Era un fenómeno, uno más de nosotros. Nada que ver con los entrenadores de ahora, que corren, saltan, dan vueltas carnero”, contó Carlos Fren, quien jugó ese año sus dos únicos partidos en la Selección.
Jorge Mario Olguín estuvo en casi todo el proceso de Menotti. “Fue más dura la primera concentración en Marista, antes del Mundial 1978, porque no estábamos acostumbrados. Había un día de descanso, en general los sábados, en los cuales podíamos salir, pero con restricciones lógicas, ya que no había que sobresalir o llamar la atención y, además, al otro día teníamos que volver a entrenar”, rememoró el defensor con 12 presencias mundialistas. Y se refirió a una anécdota que refleja aquellos tiempos de dictadura en el país: “Recuerdo que estábamos rodeados de militares jóvenes, quienes eran los encargados de cuidarnos. Pero ellos escuchaban algún ruido y empezaban a los tiros. Entonces nosotros nos tirábamos abajo de las camas“.
La Selección, la prioridad
El 30 de noviembre el grueso de la delegación argentina arribó al aeropuerto de Camet. Menotti estaba en Villa Marista desde el día anterior junto al preparador físico Rubén Pizzarotti, el médico Rubén Oliva y el utilero Andrés Do Campo.
La concentración coincidió con el tramo final del Nacional ’80. De hecho, el mismo día de la llegada de los jugadores se disputaron los partidos de ida de los cuartos de final. Argentinos Juniors solicitó no ceder a Diego, pero AFA y Menotti fueron inflexibles. “Los problemas los inventa muchas veces el periodismo porque se trata de Maradona. Lo único que hice fue pedirle al técnico que me permitiera jugar con Argentinos las finales del Nacional. Me dijo que no y aquí estoy. Acepté, naturalmente, lo que dijo Menotti”, deslizó la gran figura del fútbol argentino cuando pisó Mar del Plata.
Hoy, 40 años después, Olguín lo explica así: “En 1974 muchos jugadores no querían ir al seleccionado, pero en 1980, ya era la prioridad por sobre los clubes. Para mí, especialmente, la Selección era mi casa“. El dolorense no pudo jugar para Independiente los cuartos contra Instituto ni las semifinales ante Racing de Córdoba.
En los primeros días de concentración los dirigentes insistían en gestiones para tratar de sumar a tres futbolistas que actuaban en el exterior: Mario Kempes (Valencia), Osvaldo Ardiles (Tottenham) y Daniel Bertoni (Fiorentina), quienes finalmente llegaron a la ciudad los últimos días de diciembre.
La preparación se focalizó en tareas “técnico-tácticas y de afinamiento”, ya que los jugadores estaban bien físicamente porque venían de la competencia en el Nacional.
Pero pronto se dio la primera baja, de Leopoldo Luque, quien sufrió una luxación en el codo derecho. “Mirá, quién te dice, en una de esas esto es un vaticinio”, dijo el delantero, en referencia a su lesión y la posterior consagración en el Mundial 1978.
Precursor de Mascherano
Como el plantel era “corto”, Menotti llamó a tres juveniles: Jorge Carlos Cecchi (Boca), Alejandro Débole (Ferro, después jugador de Aldosivi) y Cayetano Palermo (Huracán).
El primer amistoso fue el 2 de diciembre ante San Lorenzo de Mar del Plata, ya eliminado de aquel Nacional. La Selección goleó 6-1 en el estadio Mundialista, con tres goles de Maradona. Argentina alineó a Fillol; Olguín, Van Tuyne, Passarella y Tarantini; Barbas, Gallego y Fren; Ramón Díaz, Maradona y Valencia.
El seleccionado jugó en el mismo escenario un partido internacional frente a Unión Soviética, que llegaba con la base del equipo que había ganado meses antes la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Moscú. Y tenía en el plantel a tres jugadores que enfrentaron a la Argentina de Maradona en la definición del Mundial Juvenil 1979: el arquero Chanov, Ponameriov y Kaplun.
El 4 de diciembre, el estadio Ciudad de Mar del Plata tuvo una recaudación record (953 millones de pesos de la época, por 31.598 espectadores) y Argentina cumplió una “floja actuación” e igualó 1-1.
De acuerdo a la crónica de LA CAPITAL, “hubo una pegajosa marca -por momentos violenta- sobre Maradona”, autor del tanto argentino. “Al Mundialito debe llegar cuatro o cinco puntos por encima de lo que jugó anoche”, completó el comentario sobre el seleccionado. Fue tan pobre la producción que el público despidió a los campeones del mundo con una estruendosa silbatina.
La principal novedad de esa noche fue la inclusión como titular de Jorge Carlos Cecchi (17 años), quien debutó en la Selección antes que en Boca y luego jugó en 1985 y 1986 en Aldosivi, al igual que Débole. En 2003 Mascherano también tuvo su presentación con Argentina antes que en River.
La formación ante los soviéticos fue Fillol; Olguín, Galván, Passarella y Tarantini; Barbas, Gallego y Maradona; Cecchi, Ramón Díaz y Valencia.
Nota de color: el joven actor Ricardo Darín (23 años) fue a saludar al plantel al vestuario tras el encuentro.
Dudas de Menotti y conmoción mundial
En su reunión con la prensa, Menotti sacó a relucir sus principales incógnitas en aquel momento. “Este mes de convivencia nos sirve para que nos saquemos algunas dudas. Por ejemplo, ver a Maradona y Kempes juntos; a Bertoni-Ardiles o Ardiles-Barbas, una posibilidad que ha pasado por mi cabeza”. También se refirió puntualmente a Ramón Díaz: “Vamos a ver si entiende que debe dar otra respuesta a un sistema tan rígido como el que plantean los europeos, al que él ya enfrentó y superó en Japón. Por ahora le cuesta. Pero es más un problema mental, creo yo”.
Siguieron los entrenamientos, en jornadas de mucho calor. El 8 de diciembre la temperatura superó los 30 grados y los jugadores pudieron utilizar las piletas de Villa Marista. También eran comunes los partidos de vóleibol entre ellos.
El 9 el plantel se enteró del suceso que impactó al mundo entero: el asesinato de John Lennon. “El Pato” Fillol, admirador de The Beatles, fue uno de los más afligidos por la noticia.
Ese día Menotti tenía una reunión con la prensa, a la que finalmente no asistió. La excusa fue que había tenido que llevar su auto al mecánico. Otra época.
Al día siguiente, en la propia Villa Marista, la Selección superó en un choque informal 3-1 a General Mitre, equipo de la Liga Marplatense.
Mientras que el día 12, la Selección viajó a Comodoro Rivadavia para enfrentar a un combinado de esa ciudad, en el marco de la Fiesta del Petróleo. Argentina goleó 5-0 en el Estadio YPF del barrio General Mosconi, con capacidad para 12 mil espectadores.
Diego, notificado y condenado
El 15 de diciembre Maradona viajó a Capital Federal por un problema de salud de “Doña Tota”, su madre. Ese mismo día un agente de la Policía Federal concurrió a Villa Marista a notificarlo (sin éxito, por la ausencia del futbolista) de la resolución del Juzgado Correccional del doctor Luis Eduardo Agüero, para que concurra a declarar a raíz de una denuncia por la supuesta agresión de Maradona a un menor, “bajo apercibimiento de decretarse su captura, en caso de no presentarse”.
El hecho había ocurrido varios meses antes. Un menor, Omar Freitas, le solicitó un autógrafo al “10” y luego lo insultó, por lo que el futbolista reaccionó con un golpe. “No me gusta que nadie se meta con mi mamá”, explicó Diego tras el episodio.
El representante Jorge Czyterspiller y el abogado José Furquet acordaron la presentación para que no se libre la orden de detención. El 18 por la mañana Diego declaró y fue condenado a cuatro meses de prisión, fallo apelado por la defensa. Por la tarde ya estaba en el aeropuerto de Mar del Plata y dijo sólo una frase ante este medio: “Todo está solucionado”.
Un día antes, el 17, Argentina viajó con Diego a Córdoba para jugar un amistoso contra Suiza (goleó 5-0), en un partido que provocó escaso interés: la provincia estaba metida en la definición del Torneo Nacional entre Racing de Córdoba y Rosario Central (el posterior campeón).
De regreso a Mar del Plata, Menotti pronosticó: “Me atrevo a adelantar que Maradona será el jugador más destacado del Mundialito”.
Llegaron los Reyes Magos
Finalmente el 22 de diciembre llegaron al país Kempes, Bertoni y Ardiles, los tres jugadores del exterior. Arribaron a Ezeiza e inmediatamente se tomaron un vuelo Austral rumbo a Mar del Plata. “Creo que con Diego nos vamos a entender”, dijo el delantero de Valencia, quien no jugaba en la Selección desde la final del ’78.
Al día siguiente, ya tuvieron minutos de fútbol en un amistoso ante un Combinado de Mar del Plata, disputado en el estadio Mundialista ante un buen marco de público. Lo recaudado (209.740.000) fue a beneficio de los damnificados en el terremoto que el sur de Italia había sufrido en noviembre. Es decir, incluso mucho años antes de ir físicamente, Diego ya se convertía en un Santo Patrono de Nápoles y toda la zona más vulnerada de aquel país.
Argentina, que ganó 4-1, alineó a Fillol (Baley); Olguín, Galván, Passarella y Ocaño; Barbas (Kempes), Gallego, Van Tuyne (Bertoni); Maradona -autor de dos goles de cabeza-; Ramón Díaz y Valencia (Ardiles).
Hubo “70 minutos intrascendentes -interrumpidos por alguna exquisitez de Maradona- y 20 minutos de alto vuelo”. Estos últimos coincidieron con los ingresos de los futbolistas llegados del exterior. “Los ‘refuerzos’ le cambiaron la cara al equipo”, aseguró LA CAPITAL, que denominó a los recién llegados como los “Reyes Magos” de la Selección. Tras el encuentro, los jugadores fueron liberados para pasar Navidad con sus familias.
Menotti confirmó delegación para la Copa de Oro con 18 jugadores. Las principales novedades fueron las presencias de Luque y Fren, quienes seguían lesionados. “Yo estaba desgarrado, Luque tenía algo en el codo y Barbas también estaba con algún problema. Passarella le pidió reunión a Menotti y le dijo ‘mire César, hay dos o tres muchachos que no sabemos si van a llegar, pero estuvimos concentrados un montón de tiempo y el pedido es que de acá no se vaya nadie‘. Por eso digo que fui medio de regalo a Uruguay”, reveló Fren sobre aquella convocatoria.
La sucesión del “10”
En los últimos días en Mar del Plata ocurrió otro episodio curioso. Un hincha de Central le pidió una firma a Gallego sobre su camiseta, pero el mediocampista se negó. “El Tolo” todavía estaba dolido por el resultado de las semifinales del Nacional, disputadas un par de semanas antes: el “canalla” eliminó al “leproso” y después se consagró campeón. Claro que el simpatizante rosarino tuvo revancha cuando la solicitud fue hacia el entrenador Menotti, quien sí estampó su autógrafo sobre la casaca azul y amarilla.
Antes de la despedida, LA CAPITAL hizo una sesión fotográfica con Maradona y Kempes. “Los hombres 20”, tituló, en relación a que los dos llevaban la camiseta número diez: “Uno dejará la ’10’, pero ambos serán los hombres ’20′”. Finalmente, se confirmó la sucesión y ese número fue para Maradona.
Antes de partir, Ardiles confesó: “Tenemos más equipo que en 1978. La inclusión de Maradona le ha dado gran dinámica”. Cuarenta años después, Olguín cree que si bien había más material individual, “se habían perdido algunas cosas que antes salían de memoria, como la presión o la marca”.
El 30 de diciembre, un mes después de su llegada, la Selección Argentina partió desde Mar del Plata hacia Uruguay para afrontar la llamada oficialmente Copa de Oro de Campeones Mundiales.
En el Mundialito, el conjunto de Menotti venció a Alemania Federal (2-1) y empató con Brasil (1-1), resultados insuficientes para clasificar a la definición: la selección “verde-amarela’ avanzó como vencedora del grupo por diferencia de gol (derrotó 4-1 a Alemania) y después cayó en la final contra Uruguay.
Los dirigidos por Menotti volvieron a Villa Marista en la previa a España 1982, competencia en la que había grandes expectativas que finalmente no se cumplieron: Argentina quedó afuera en la segunda fase tras caer ante Italia y Brasil. Olguín cree que hubo cosas después de ’78 que “cambiaron” y afectaron el rendimiento del equipo: “En lugar de a Pizzarotti, Menotti le empezó a dar más poder al médico Oliva, quien venía con alguna idea de cosas que se hacían en Europa. Básicamente, no se entrenó tan fuerte. A mi entender eso nos perjudicó. Creo que el argentino está más concientizado cuando recibe una preparación más rígida, como la que tuvimos en 1978”.
Lo cierto es que en aquella época la Selección adoptó la Villa Marista como su casa. Un día como hoy, hace 40 años, Maradona y compañía desplegaban su fútbol y dejaban aquí numerosas historias que siempre vale la pena recordar.
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