Un grupo de familias se concentró en el monumento a San Martín en sintonía con una movilización nacional para exigir respuestas al Gobierno. Por la inflación, la disparada en las cuotas lleva a que sea "una bola de nieve interminable de pagar".
En el Día de la Bandera, un grupo de familias “beneficiarias” de créditos UVA se organizó para salir a la calle en distintos puntos del país a exponer “una situación que no da para más”: las cuotas se elevan mes a mes, en varios casos ascienden al doble del monto inicial y muchos -por el alza en la inflación- hoy deben el doble del valor del crédito adquirido. Aseguran que se vuelve “una cadena interminable” de pagar y que, a esta altura, de la única manera que pueden salir es con una respuesta contundente del Gobierno nacional.
En Mar del Plata, el punto de encuentro fue el monumento a San Martín, en Luro y Mitre, donde algunos vecinos llevaron carteles y compartieron con LA CAPITAL sus experiencias con los créditos UVA, en todos los casos negativas y atravesadas por la incertidumbre y la dificultad para seguir pagando las cuotas, sumado a nuevas deudas adquiridas y la pérdida de calidad de vida.
“Es una bola de nieve interminable”
Martín es uno de los beneficiarios de los créditos UVA en Mar del Plata. Accedió en septiembre de 2017 para poder mudarse junto a su esposa y sus dos hijos a una casa más espaciosa.
“Accedimos para mejorar nuestra calidad de vida. En 2017 la promesa era que la inflación iba a ser del 10%, en el peor de los casos un 20%, pensamos en su momento por lo que decían los bancos. Pero con el tiempo la situación fue muy distinta, nos asustamos al principio”, contó.
Para Martín, las cuotas y el monto que hoy adeuda es “una bola de nieve interminable que no podés parar” y por eso fue este jueves a manifestarse en el centro de la ciudad: “De esto solo se sale con una solución a nivel nacional o en su defecto provincial para con otros bancos, porque el Banco Provincia tomó medidas paliativas pero no cubre a la totalidad de los beneficiarios de créditos UVA”.
“Nos sentimos muy afectados, sumado al incremento de los servicios, de los alimentos, de todo lo que se consume. Quien tomó un millón de pesos hoy paga más de dos millones de pesos, hablando del 100% de capital adeudado pagando religiosamente todos los meses la cuota”, siguió y explicó que “lo que un beneficiario debe se incrementa entre $80.000 y $90.000 por mes”, por lo que “un asalariado hoy está debiendo por mes más de lo que gana”.
Martín confió que a veces entiende el daño que generó en su familia el acceso a esta línea de créditos no como una estafa, sino como el engaño urbano de la “tapadita” porque parece que “uno te distrae, el otro te dice que vas a ganar y en definitiva están todos rodeándote para sacarte plata”; en este caso “el banco te hace la jugada, los grandes medios planteaban que era un negocio redondo, el Estado te incitaba a ir para adelante y lo único que nos queda es estar el Día de la Bandera en el monumento a San Martín exigiendo una respuesta, porque al gobierno lo que menos le importa es la gente”.
“Debo el doble que hace dos años”
Verónica accedió a un crédito UVA en marzo de 2017 para mejorar su situación habitacional. Obtuvo $700.000 con una cuota inicial de $4800, cifra que -incluso calculando la inflación- podía pagar. Sin embargo, con el correr de los meses se volvió imposible y se endeudó el doble de lo previsto.
Sin haber dejado de pagar las cuotas mes a mes, dos años después, debe el doble. “Hoy debo cerca de $1.300.000 porque nunca dejó de aumentar por la inflación y porque estos créditos están indexados a la inflación del mes”.
Verónica se sumó al Colectivo nacional y local de beneficiarios que exige una ley de emergencia para paliar la situación y coincidió en que los paliativos del Gobierno provincial “no resuelven el problema de fondo” ni incluyen a la totalidad de los beneficiarios, ya que muchos accedieron en la Provincia de Buenos Aires a estos mismos créditos pero a través de otros bancos.
“El panorama es totalmente incierto. Yo no sé lo que voy a pagar en dos meses o en cinco. Aumenta siempre. No podemos planificar nada. Ni cumpleaños, ni vacaciones, nada. Siempre vamos recortando calidad de vida, dejás de pagar de ARBA, ARM, prepagas o impuestos que no implican cortarte un servicio. No damos más“, indicó.
“Me endeudé muchísimo, es una cadena sin fin”
En enero de 2018 Mauro logró sacar un crédito de $700.000 para comprar su casa y refacciolarla, junto a su mujer y su hija, tras haber alquilado durante los últimos 15 años de su vida. Hoy, es otro de los beneficiarios que debe el doble que cuando obtuvo el UVA.
“Para poder pagar me terminé endeudando con dos créditos personales más. Me endeudé con tarjetas y pagamos por mes alrededor de $10.000 en crédito, más la comida y todos los gastos. Empecé pagando cerca de $4000 y ahora pago casi $7.000, pero el capital adeudado es de casi $1.300.000, casi el doble, entonces nos atrasamos en los impuestos, en ARBA, en todo”, relató.
Mauro obtuvo su casa, pero debió reducir al mínimo su calidad de vida. “Ya no sé de dónde recortar. Nos achicamos de todos lados y no damos más, no se puede pagar. Las medidas del Banco Provincia no alcanzan, son un paliativo nomas, pero no nos incluyen a todos”, señaló y confió haberse “endeudado muchísimo” dentro de “una cadena interminable y complicada de deudas, créditos personales y tarjetas de crédito”.
“Después de alquilar por 15 años nos ilusionamos cuando nos dijeron que la inflación no iba a superar el 30%, pero estamos en un 50%, aumentan las cuotas siempre, aumenta la inflación, se incrementan los gastos generales, todo; ni hablar de los servicios. No podemos planificar nada, nos sentimos ahogados”, completó.