Estrenará "Chau papá" en El Séptimo Fuego y "Quienay" en La Maga. Además, podrán verse otras tres obras de años anteriores en diversos espacios: "Casa de muñecas", "Un sofá y dos cuerpos" y un ciclo de improvisaciones.
Siempre prolífico, el director de teatro Sergio Lanchas estrenará este verano dos nuevos espectáculos. Hoy debutará “Chau papá” en el escenario de El Séptimo Fuego (Bolívar 3675) y el próximo 8 “Quienay”, en La Maga (Jujuy 1771).
Además, con su grupo Soliloquio, que Lanchas dirige desde hace once años, repondrá otros espectáculos que se vieron en temporadas anteriores. Se trata de “Casa de muñecas” el clásico de Ibsen en La Bancaria (San Luis 2069), “Un sofá y dos cuerpos” en el Teatro Victoria y un ciclo de improvisaciones cortas en Teatro Hostel (Olavarría 2373) titulado “Un mozo descafeinado”.
Movedizo, Lanchas reconoció que fue el humor lo que le permitió conectar con las dos nuevas obras elegidas para sumar a su extensa lista de espectáculos.
En “Chau papá”, se mete con el teatro político pero también en una historia signada por el humor.
“‘Chau papá’ es una historia que tenía desde hace treinta años -recordó-. Una vez fui a Argentores, cuando estaba el auge de Esperando la carroza y dije que buscaba una obra de esa onda. Y me dieron ‘Chau papá’. Tiene esa cosa de que nos reímos pero no dejás de preguntarte de qué te reís. Es una metáfora política, porque transcurre en los años ’70, mientras se espera la llegada de Perón”.
El drama gira en torno a la muerte de un padre y los preparativos de su velatorio. El autor Alberto Adellach pinta personajes que dejan ver sus miserias, fobias, mezquindades y frustraciones.
“Decidí estrenarla ahora porque creo que la obra habla de algunas cosas que se están terminando y de otras que están empezando, en lo social, en las cuestiones de género, en los últimos años hay un cambio muy grande, por suerte. Es una mirada cruda a la realidad”, acotó Lanchas.
El director se mostró satisfecho con la posibilidad de llevar su teatro a espacios en los que nunca había estado antes, al tiempo que no dejó de tener expectativas en torno a lograr su propia sala para ensayar y montar sus espectáculos.
“Sigo sintiendo que cada vez que les voy a dar clases a mis alumnos estoy aprendiendo, creo que el día que sienta que cuando doy una clase no aprendo, ese día voy a decir ‘hasta acá llegué’. Cada alumno me enseña desde sus ganas”, observó.
En “Chau papá” trabajan Gonzalo Gobbi, Agustina Velasco, Martín Viñao, Silvia Palombo, Alejandro Maximo, Uriel Chipullo y Pepe Haramboure, con asistencia de dirección de Agustín Aristegui. En “Quienay” trabajan Marcela Sáenz, Betina Miguel, Silvia Palombo, Cristina Caruso y Alejandra Silicz.
Además, reconoció que “tenía ganas de hacer algo distinto”, reconoció. “A mí me gustan mucho los clásicos, pero estas obras me pegaron por el humor. Cuando empecé a leer Quienay me pasó una cosa rarísima, la leía y no paraba de reírme y eso no me pasa habitualmente”.