En Mar del Plata se realizó el Quiksilver 70s con surfistas desde 14 hasta 70 años. Un evento con todo el glamour setentoso. Las leyendas contaron cómo su deporte pasó de ser perseguido y mal visto a estar en los Juegos Olímpicos.
“Pensar que hace 39 años los surfistas éramos perseguidos y corridos de las playas de la ciudad, nuestro deporte estaba básicamente prohibido y hoy, en este hermoso día de playa, nos dimos el gusto de juntar a las distintas generaciones, de armar una fiesta de reencuentro de nuestra tribu…”. El que habla es Fernando Aguerre, la persona más importante en la historia del surf nacional, pionero en surfear, organizar torneos, crear una marca y lograr que el surf llegue a los Panamericanos (2019) y los Juegos Olímpicos (2020).
Fernando Aguerre no participó del torneo, pero se metió para agarrar unas olitas. “El surf sana”, dijo.
Fernando, además de ser presidente de la ISA (Internacional Surfing Association), sigue surfando todos los días y estuvo presente en el Quiksilver 70s, una copadísimo torneo vintage que se disputó con el estilo de la decáda del 70 y juntó a leyendas, profesionales y jóvenes promesas. Hubo torneo y a nivel equipo se consagraron Los Delfines de Sandi Errecaborde, Alejo Martínez, Brian Masmut, Maxi Siri, Ornella Pellizzari e Ignacio Gundensen. Individualmente, se coronaron Julio García en Legends, Seba Galindo en Masters, Santiago Muñiz en Open, Gundensen en Juniors y Pellizzari en Damas. Pero, durante todo el día en el balneario Honu Beach Quiksilver, la competencia pareció una excusa. Se trató más de una fiesta, con condiciones de olas y temperatura, en la cual se revivieron historias y se agasajó a quienes abrieron el camino en el surf…
El placer de reencontrarse. Simbolizado en el abrazo en el agua de las Leyendas Julio García, Gustavo Huici y Lucio Eyras.
“Fernando organizó los primeros torneos a finales de los 70, con una bandera y un equipo de música subido a su Mehari. Y mirá lo que se armó hoy…”, dice Javier Etchegoyen (56 años) mientras señala las seis carpas, las banderas de los sponsors, las mesas con frutas y licuadoras, y los sectores para jueces, DJ, prensa e invitados.
Javier es arquitecto y director de un colegio, pero se define como surfista. “Me meto en invierno y verano, a veces estoy trabajando con saco y corbata, paso por la playa, veo las olas y me meto al agua igual… Te cambia todo para bien”, comenta. Pero él no se olvida de los años difíciles de aquella década. “El surf estaba mal visto, relacionado con la droga”, recuerda. “Ese es uno de los tantos prejuicios que había. Nosotros éramos sanos cuando la salud no existía… El surf sana”, asegura. “Sin dudas creo que el estilo de vida del surf es el que me mantiene surfando a esta edad”, completa Julio García. Los otros veteranos, asienten a su lado.
Santiago Muñiz, el mejor surfista argentino (46° en el ránking), voló y ganó en categoría Open.
Etchegoyen está esperando ingresar al agua cuando recuerda una historia en esta misma playa del sur marplatense. “Acá, a 200 metros, en ese edificio abandonado, estaba la Base de Infantería de Marina y siempre había un uniformado con un fusil. Y si vos pasabas una línea, te tiraba un par de tiros, generalmente al aire…”, cuenta Javier.
Fernando completa el panorama. “Y no sólo eso… En aquellos años si no obedecíamos las órdenes de salir del agua, te metían preso o nos multaban y sacaban las tablas. Mi madre Norma, abogada, tuvo que ir varias veces a recuperarlas a comisarías cercanas. Pero mirá cómo cambió todo que yo pasé de ser el presidente de una Asociación de un deporte mal visto y perseguido a recibir en estos días un reconocimiento del Concejo Deliberante marplatense. Básicamente, nosotros seguimos siendo los mismos de siempre, la que cambió fue la sociedad y la mirada hacia nuestro deporte”, analiza quien cree que cada día el surf aumenta su poder de seducción en la gente. “Es natural, estamos disfrutando en la playa, el mar y el sol, tomando un juguito y metiéndonos al agua para hacer un deporte hermoso. Hacemos todo el año lo que muchos hacen una semana o les gustaría aunque sea experimentar algún día. Al final tan mal no estábamos, ¿no?”, reflexiona Fernando.
Sr Flavio, ex bajista de los Cadillacs, estuvo en el torneo porque compitió su hija y charló mucho de surf con Muñiz.
Errecaborde surfea a los 70 años como cuando tenía 40. Sandi fue el primer campeón argentino y el primero en competir afuera. “En el 69 me invitaron, con todo pago, al campeonato mundial en Perú. No sabés el cagazo que me agarré cuando vi las olas… El
Pacífico es mucho más grande y agresivo. Con los años el surf cambió mucho, hoy los chicos practican otro deporte, más atlético y popular. Por eso lo lindo de este torneo, poder ver surfar a las nuevas generaciones y reencontrarnos los más veteranos para revivir momentos”, cuenta con emoción.
Aguerre, presidente de la ISA, le puso onda y, junto a Muñiz, rubricó las tablas retro que serán exhibidas en Ala Moana Surfshops.
El evento estuvo en todos los detalles para rememorar aquella época. El shaper Lito Antífora, hijo de otra leyenda del surf (Angel), fabricó las tablas retro, seis réplicas de una Angel Twin Fin de 1977 que los surfistas domaron pese a la diferencia con las actuales, más finas, livianas y dóciles.
: Maxi Siri muestra una de las 6 tablas retro que se usaron: réplicas de la Twin Fin de 1977, fabricadas por Lito Antífora.
Las lycras de los corredores fueron musculosas, como en los 70. Y varios de los competidores se aparecieron en la playa con vestimenta de esa época, incluyendo a Fernando, inspirado en una vestimenta de Elvis Presley en la película Blue Hawaii. Incluso se premió al de mejor look y la ganadora fue Lucía Cosoleto, quien además resultó subcampeona en Damas.
Todos, leyendas y jóvenes, tuvieron su día en Mar del Plata. Con estilo setentoso, pero con el sentimiento de siempre: el amor por el surf, el mar y un día de playa entre amigos.
Los Juniors se sumaron este año. Juan Cruz Ruggiero, Gaspar Larrañegui y Franco Radziunas la rompieron y se divirtieron a la vez.
Ornella Pellizzari ganó en Damas, otra de las categorías que se sumaron para esta edición.
Los veteranos, como Huisi y Eyras, demostraron su destreza pese a superar los 60 años.