Policiales

El demencial asesinato por un motor en la periferia de Mar del Plata

Daniel Garófalo había cobrado por un trabajo que tendría que haber hecho en quince días, pero que tras dos meses no terminó. Ana Lía Guzmán, su pareja Pablo Mastrángelo y otro hombre fueron hasta su casa, entraron a la fuerza y lo filmaron mientras le reclamaban por el vehículo. A las 24 horas, el mecánico fue asesinado de un disparo en la cabeza.

Una demencial escalada de violencia por el motor de un auto terminó en el brutal asesinato del mecánico Daniel Garófalo y con la detención de los tres principales sospechosos: la propietaria del vehículo Ana Lía Guzmán, su pareja Pablo Mastrángelo y el acusado de haber ejecutado de un disparo a la cabeza a la víctima, Martiniano Figueroa. Todo porque el hombre no cumplió con el plazo prometido para finalizar su trabajo. Todo por un motor.

Unos dos meses atrás, Ana Lía Guzmán le llevó a Garófalo su auto Volkswagen Polo, para que le hiciera el motor. Por esta tarea, la mujer le habría pagado tres millones de pesos y el mecánico le había dicho que en 15 días estaría listo. Garófalo se demoró con el trabajo y Guzmán se sintió estafada. En audios que mandó la mujer a grupos de vecinos, dio detalles de la situación, se mostró furiosa y hasta dijo que si no recuperaba lo que era suyo “prendería fuego” la casa del mecánico. El enojo y la furia de Guzmán serían ya imposibles de detener.

El miércoles 11, Guzmán, su pareja Pablo Mastrángelo y otro hombre fueron hasta la casa de Garófalo, en 9 de julio 8031, donde además funciona su taller. En la puerta de la vivienda comenzó una discusión con el mecánico, filmada por el hombre que en ningún momento se ve en el video por la lógica perspectiva de la cámara del celular.

―No me invadas la casa.

―¿Pero por qué te metés adentro?

―Porque están mis hijos. ¡Llamá a la policía que se metieron adentro!

En los primeros segundos del video que circuló por redes sociales, se ve cómo Guzmán, su pareja y el otro hombre irrumpen en el patio de la casa de Garófalo, quien les decía que se fueran de su propiedad. El mecánico, a los gritos, le pedía a su esposa que llamara a la policía para que los intrusos desistieran y se fueran, ya que en el interior de la casa estaban sus hijos.

Mastrángelo en plena discusión con Garófalo.

Ante la presencia de los intrusos, Garófalo fue hasta la cocina y tomó un cuchillo, llevó su mano a la espalda y volvió a pedirles que se fueran de su casa.

―¿Qué vas a hacer con eso?― le preguntó Mastrángelo.

―Nada, nada.

―Ojo con lo que hacés con eso que yo también tengo cosas― remarcó la pareja de Guzmán.

La situación se volvió caótica. Guzmán reclamaba por su auto, Garófalo la acusaba de haber invadido su casa y haberle roto el portón, mientras que la esposa del mecánico exigía que le devolvieran un candado.

Mastrángelo se mostró conciliador con Garófalo y en el video se ve cómo ambos se alejan de Guzmán y charlan en relativos buenos términos.

―No te hagas el boludo y danos el auto.

―No me hice el boludo, yo salí a atenderlos, no me escondí.

―Nosotros no queremos ningún problema.

―Pero me están amenazando desde ayer, cómo te pensás que puedo estar.

―Te pagó una plata, vos le dijiste 15 días y estamos hace dos meses.

―Te entiendo a vos, pero no me pueden hacer esto de meterse en mi casa como si nada. Yo ahora te saco el auto.

―Yo no quiero ningún problema. Yo voy a confiar en vos. Pero no me saques el cuchillo ni nada porque si no arrancamos.

―No, no. Es para defenderme nomás.

―Yo voy a confiar en vos, que vas a sacar el motor, el auto.

―Ahora lo saco, pero te merecés una denuncia por estar metida en mi casa.

―Pero no lleguemos a tanto quilombo por un pedazo de fierro.

En esa charla entre Mastrángelo y Garófalo parecía que todo llegaría a su fin sin mayores sobresaltos. Pero algo cambió en menos de 24 horas.

El jueves 12 de diciembre, a las 10.30, un Volkswagen Bora estacionó en la puerta de la casa de 9 de Julio 8031 y descendieron dos hombres, mientras que una mujer quedó al volante. Según la hipótesis del fiscal Carlos Russo, estas personas serían Mastrángelo, Figueroa y Guzmán.

Siempre según esta hipótesis, Mastrángelo y Figueroa golpearon la puerta y, como el mecánico no salió al encuentro, saltaron los paredones y entraron a la propiedad de forma violenta. Mastrángelo sujetó a Garófalo y Figueroa le disparó en la cabeza a quemarropa. Una especie de ejecución por el motor de un auto, ante la aterrorizada mirada de la esposa del mecánico que fue testigo del brutal crimen. Los asesinos se fueron de la casa, subieron al Volkswagen Bora conducido por Guzmán y huyeron del lugar.

Guzmán fue detenida ese mismo jueves a la tarde a la salida de la Estación Ferroautomotora. Según explicaría luego, no pretendía huir, solo había ido a buscar a unos de sus hijos que volvía del viaje de egresados.

Mastrángelo y Figueroa fueron detenidos el viernes a la tarde, ambos estaban ocultos en una casa del barrio José Hernández, donde la policía secuestró una escopeta recortada calibre 16 que podría ser el arma homicida.

En un último video que LA CAPITAL dio a conocer el viernes, se ve a Garófalo mostrar las precarias condiciones en las que estaba el auto de Guzmán y algunos de los elementos que tenía para armarle el motor. Le exhibe cada parte a Mastrángelo y le asegura que “está todo tal cual” se lo dejaron. Le dice que no quiere saber nada más con la mujer, con ninguna de ellos. Que no quiere más problemas.

Pero los problemas ya habían comenzado dos meses atrás. La violencia había escalado de la discusión a la amenaza, la irrupción de vivienda, a un cuchillo para defenderse, a una escopeta recortada que le voló la cabeza a Garófalo. El mecánico fue brutalmente asesinado y Guzmán, Mastrángelo y Figueroa se encuentran presos, todo por un motor de auto que nunca se reparó.

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