Será en forma presencial y bajo un protocolo sanitario. El tema central serán las rendiciones de cuenta del último año de Arroyo. También se convalidarán expedientes consensuados por los presidentes de bloque.
En el recinto no habrá asesores. Tampoco periodistas. Los concejales deberán dejar una banca vacía entre medio de cada uno. Y los que no puedan ocupar una tendrán que ser distribuidos en otros puntos del recinto. Con ese protocolo, que incluye otras medidas para prevenir contagios de coronavirus, el Concejo Deliberante volverá hoy a sesionar después de 70 días.
La última sesión quedó lejos. Se llevó a cabo el 12 de marzo. Ese jueves el cuerpo aprobó por unanimidad, sobre tablas, la emergencia sanitaria. Cinco días después convocó a otra sesión para tratar un expediente que buscaba poner los números en orden con la Mutual de Guardavidas, pero las medidas restrictivas avanzaban con fuerza en el país y finalmente se decidió no realizarla: el proyecto fue avalado ad referéndum por los presidentes de bloque.
Los jefes de cada bancada siguieron trabajando bajo esa modalidad en los dos meses siguientes, en el marco de una comisión especial por el coronavirus. Así, a pedido del intendente Guillermo Montenegro le dieron luz verde a una norma para agilizar la llegada de donaciones y a otra para que el municipio pudiera utilizar autos secuestrados. También a la prórroga del vencimiento de tasas. En total fueron más de 60 los decretos firmados por el presidente del cuerpo, Ariel Martínez Bordaisco, que entraron en vigencia en su momento y serán convalidados en la sesión de hoy.
Tras el período de cuarentena total, que casi no admitía excepciones, a principios de mayo retomaron las actividades algunas comisiones. Se pudieron seguir a través del Youtube y de la página de la Universidad Nacional de Mar del Plata. De la misma forma que hoy se podrá ver la sesión.
La decisión de funcionar en forma presencial fue tomada tras arduas discusiones sobre la conveniencia de llevar adelante o no sesiones virtuales, como las que realizó el Congreso de la Nación. Y si bien se llegó a un acuerdo para buscar alternativas tecnológicas por si la situación sanitaria empeora, por el momento la actividad se centrará en el recinto.
Eso sí: los concejales deberán usar tapaboca y solo podrán sacárselo al hacer uso de la palabra. Además, deberán llevar su propio alcohol en gel o líquido al 70%. Las autoridades del Concejo también se ubicarán respetando las distancias correspondientes.
Según el protocolo, los órdenes del día junto con los despachos de comisión deberán ser enviados al mail oficial de cada edil. Los expedientes tendrán información prioritaria, que estará digitalizada en el sistema interno del cuerpo.
Los asesores, al igual que la prensa, deberán seguir el desarrollo de la sesión a través de los medios tecnológicos habilitados.
En el plano legislativo, serán dos sesiones: una especial, para tratar las rendiciones de cuenta del último año de gestión de Carlos Arroyo –se espera un resonante rechazo para la de la administración central– y otra ordinaria, en la que el Concejo aprobará los proyectos acumulados durante la cuarentena.