Una presentación acorde y a sala llena para el amistoso Peñarol - Quilmes.
Como en las mejores épocas del rico historial del clásico entre los dos grandes rivales de la ciudad, la conferencia de presentación del partido que jugarán este viernes Peñarol y Quilmes presentó un marco acorde a todo lo que representa este choque.
Tal como se marcó en forma recurrente durante la conferencia desarrollada en la sede del Emturyc, es el clásico más importante del país. Aunque hace ya varios años que no se juega por los puntos.
En el panel estuvieron el anfitrión, Bernardo Martín, titular del ente de turismo y cultura, Sebastián D’Andrea, presidente del Emder, Alejandro Amoedo y Esteban Giri -presidente y vicepresidente de Peñarol-, Gustavo Arraiz -vicepresidente de Quilmes-, y los entrenadores Hernán Laginestra y Ezequiel Santiago Medina, y los capitanes Víctor Fernández y Agustín Ecker.
Tras los agradecimientos y presentaciones de rigor, los panelistas resaltaron la importancia de poder jugar un clásico de esta naturaleza, y también la capacidad de Mar del Plata para organizar un espectáculo atractivo integral porque, según se anunció, se trabajó mucho para ofrecer algo más que un partido de básquetbol.
Para el entrenador “milrayitas”, quien dirigirá su segundo clásico (tras el jugado en febrero pasado), aseguró que “es el mejor clásico del país y merece este acompañamiento masivo de la prensa que le da difusión. Cuando llega este partido, entre dos grandes rivales que hoy no se enfrentan durante la temporada regular, es natural y normal este despliegue por un acontecimiento de gran importancia en una ciudad en la que se respira básquet. Estamos contentos con todo esto. Lo queremos jugar y queremos que sea un gran espectáculo. Es un juego muy lindo para dirigir”.
Su par quilmeño, en tanto, dirigirá por primera vez a Quilmes ante su tradicional rival, tras llegar desde Unión. Al respecto afirmó estar “entusiasmado, casi ansioso. Sabemos que el objetivo es la Liga Argentina, pero el clásico es muy especial. Se trata de un partido que genera demasiada expectativa en la gente, en la ciudad y en los seguidores del básquet en generla. Lo preparamos con mucho entusiasmo y dedicación”.
A su turno, el capitán de Peñarol, quien parece ser llamado a convertirse en el líder para esta temporada, aceptó sentirse cómodo en ese rol. “Lo tomo naturalmente, sobre todo por la confianza que me dan mis compañeros y el entrenador. Me llevo muy bien con Hernán (Laginestra) tanto dentro como fuera de la cancha”, expresó. Y sobre el clásico, agregó: “Es una obviedad que se trata de un partido aparte y para la gente es fundamental. Es un honor y un placer jugarlo”.
Por último, el capitán quilmeño confesó que “jugar el clásico es una experiencia muy linda y hay que disfrutarla al máximo, porque también es muy especial para los hinchas. Estamos ansiosos por empezar a jugar, no sólo el clásico, sino también la Liga Argentina”, sostuvo Ecker.