La decisión se tomó pese a que el Concejo Deliberante aprobara por insistencia la ordenanza que autorizaba el desembarco del espectáculo en los barrios y que el intendente vetó.
Pese a que tras el veto del intendente Carlos Arroyo el Concejo Deliberante logró aprobar por insistencia la ordenanza que autorizaba el desembarco del Circo Atlantis en la ciudad -con la excepción del bloque de Agrupación Atlántica- su coordinador, Julio Megoya Barceló, aseguró a LA CAPITAL que el espectáculo no estará disponible en Mar del Plata en tanto continúe la actual gestión.
“El Circo Atlantis decidió no volver a Mar del Plata mientras esté (Carlos) Arroyo de intendente. Por primera vez en la historia nos pasa algo de estas características; él pasó a ser persona no grata para nuestro espectáculo”, señaló Migoya Barceló, quien también se mostró molesto con el jefe comunal por haberlos catalogados de “trashumantes”.
“El circo es itinerante, no trashumante. El intendente nos ha faltado el respeto con esas declaraciones que rozan el insulto y la ofensa, por eso, y más allá del acompañamiento que hemos tenido de los concejales, a quienes les agradezco, decidimos que el circo no funcionará en la ciudad bajo estas condiciones”, agregó.
El conflicto inició a principios de mes, cuando el intendente vetó la ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante que permitía la instalación y funcionamiento del espectáculo “Aqua Circus”, consistente en un show de aguas danzantes –sin participación de animales– en Batán y los barrios Belisario Roldán, Cerrito, San Salvador, 2 de abril, Estación Camet, Las Heras, Juramento, Libertad, Malvinas Argentinas, Sierra de los Padres y La Peregrina y Regional, desde la fecha de promulgación hasta el 30 de noviembre de 2019, de 15 a 23.
En el decreto N°570, refrendado por el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, Arroyo señala que, según la Subsecretaría de Inspección General, el circo “no acompañó la documentación necesaria que acreditara en legal forma la autorización para el uso de los múltiples predios requeridos”.
Indicó, además, que “la generalidad, ambigüedad y vaguedad de las localizaciones propuestas invalidan la instancia de evaluación en aspectos relativos al impacto urbano que la puesta en marcha de la actividad supone, los posibles grados de molestia que ocasionaría y, sobre todo, las medidas de seguridad a adoptar en cada caso particular, no solo en el ámbito de la carpa propiamente dicha, sino también en los espacios adyacentes (ciurculación vehicular, peatonal, recolección de residuos, iluminación)”.
Sin embargo, este jueves y ante la sorpresa de la mayoría de los concejales por la decisión del Ejecutivo, el proyecto volvió a tratarse en el recinto y logró su segunda aprobación. En esta oportunidad, por insistencia. El único bloque político que votó en contra fue Agrupación Atlántica -el partido del intendente-.
Previo a la votación, el concejal Guillermo Arroyo señaló: “No es que estemos en contra, yo en su momento señalé algunas cosas que podríamos modificar y no llegar a esta instancia de votarlo en insistencia”.
Desde el Circo aseguraron que la situación les generó “tristeza y sorpresa”. Es que las actividades ya habían sido previamente acordadas con las sociedades de fomentos de los respectivos barrios en donde se iban a presentar y se había acordado la entrega de 200 entradas gratis para repartir entre las familias que más lo necesitaran. “Además, los centros de adultos y discapacitados no iban a pagar”, agregó Migoya Barceló.
“Tenemos muchas amistades circenses, y cuando les comentamos esta situación no podían creerlo. Es la primera vez en el mundo que un político trata de ‘trashumantes’ a un circo”, señaló, al tiempo que destacó que en otras ciudades del país el trámite de autorización les demoró “como máximo una semana”, mientras que en Mar del Plata les llevó “tres meses”.