La gira es, a la vez, una propuesta para conocer la obra de Franco Barberón.
Con la idea de no perder “el swing” en tiempos de ostracismo, el cantautor Franco Barberón ideó una gira por el interior. Pero no por ciudades, bares, pueblos bonaerenses o sitios remotos de la Argentina.
La gira es por el interior de su casa: el artista elige un espacio de su hogar y piensa en una canción de su obra. La canta, arma el video y lo publica en su Facebook. Todos los días una canción, todos los días un espacio o un ángulo diferente. Ya mostró su habitación, su cocina, su comedor, su living y hasta el baño.
“Es una cosa lúdica, que te alimenta, hace mucho que no toco y el swing va saliendo a medida que tocás en vivo”, extraña Barberón, que llamó a la propuesta Casa Tour 2020. El autor es oriundo de Villa Mitre, una ciudad pegada a Bahía Blanca.
Acostumbrado a idear propuestas musicales que sean novedosas y que permitan una salida laboral para las personas que hacen música, Barberón ya piensa en armar un ciclo de recitales en las casas que se ofrecen a la venta, en forma conjunta con las inmobiliarias.
Y como antecedente, tiene el haber propuesto el primer servicio municipal de serenatas, que puso en marcha en la ciudad de Bahía Blanca. Nació a principios de 2000, y consiste –porque aún está en vigencia, cuenta- en un servicio gratuito que se activa en aniversarios de bodas y en cumpleaños. Y los homenajeados recibían entradas gratuitas para el teatro, recuerda el artista.
“Fue maravilloso, llegamos a hacer ciento treinta serenatas en un mes, de casa en casa, con un repertorio muy variado”, explica y rememora la vez que fue invitado a un congreso de cultura que se hizo en San Juan para contar las bondades de la iniciativa.
Hijo de madre soltera, su abuela y su mamá eran cantantes y ejecutaban la guitarra. La música fue una compañera desde siempre. Esa tradición folklórica y musical se impregnaron en su vida y así, heredero de las canciones, pudo dar a luz tres discos: En tiempos de Babel, República de mujer y El desierto de la idea.
En los tres cumple con la identidad de los trovadores, juglares y cantautores: unir música y poesía. Instalado en Mar del Plata, siempre ingenioso, quiere salir del aburrimiento de estos días de encierro. Barberón dice: “No me quedo quieto, no me quiero quedar quieto”.