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El ascenso de Unión, el triunfo de la coherencia

Por Sebastián Arana

 

Voy a revelar una charla personal, si se me permite. Poco más de dos meses atrás la serie regular de la Liga Federal transcurría sus últimas semanas y la inmensa mayoría de los equipos con pretensiones de ascenso incorporaban como refuerzos a basquetbolistas que terminaban de jugar para sus equipos de Liga Argentina o de la mismísima Liga Nacional. Empezaba así un nuevo torneo y la relación de fuerzas parecía alterarse.

Unión, por entonces, marcaba una gran diferencia en la División Sudeste. Pero, como es bien sabido, nadie conoce el futuro y no era una tontería preguntarse si podría mantener la supremacía ante rivales fortalecidos. Por más que sus dirigentes hicieron algunas averiguaciones, no parecieron desesperados por salir al mercado y finalmente decidieron seguir cómo estaban.

Tuve entonces un intercambio de mensajes por whatsapp con Leonardo Cordeiro, presidente del club, con consultas sobre el tema. Su respuesta me sorprendió. “En primer lugar, tendríamos que dar de baja a algún jugador y no veo claro a quién. Segundo, es difícil que un recién llegado encaje en un equipo que funciona muy bien y se adapte rápido a la forma de trabajar de Ezequiel. Yo te aseguro que, así como estamos, vamos a ascender y que, además, jugaremos la final con Provincial de Rosario”, me dijo.

Hacía un par de días que Unión había vencido en “El Quincho” a Ferro de General Pico. No había sido uno de sus habituales triunfos aplastantes. El conjunto pampeano estrenó sus refuerzos y le dio un laburo infernal. Tanto que sufrió hasta la última bola para ganar. Pensé que el anhelado ascenso corría riesgo.

Los acontecimientos siguientes, sin embargo, le dieron la razón a Cordeiro. Hasta la última coma.

Unión es un club de barrio y de básquet. Pero es un poco diferente a otros que reúnen las dos condiciones apuntadas. No da lo mismo quiénes están adentro del barco. Y desde el primer momento en el que Leo Cordeiro y Rodrigo Otamendi decidieron emprender la aventura de la Liga Federal –la noche del triple de aro a aro de Alejo Meire para vencer a Regatas en San Nicolás en el Provincial de 2016- procuraron no alterar la armonía de un club que funciona como una familia.

De movida fue un proyecto para los jugadores propios y debían estar al frente los entrenadores propios. Empezó con Norberto De Paz hasta que el propio “Gallego” dijo basta en la segunda temporada de la Liga Nacional.

Siguió Ezequiel Santiago Medina. En ese torneo evitó el descenso de manera angustiosa con un triunfo en “El Quincho” sobre Sarmiento de Junín en la última fecha y en un partido dramático. Perdió la categoría en la temporada venidera, aunque mantuvo su lugar en la Liga Federal gracias a una invitación. Y en la siguiente armó el primer plantel con un perfil más alto (el propio Cristian Cadillac, Jerónimo Barón y Nico Lauría, entre otros) y, a la hora de la interrupción del certamen por la pandemia, no había cumplido con las expectativas.

Pero el técnico siguió siendo Ezequiel Santiago Medina. Y, finalmente, en la temporada 2021, la confianza dio frutos y “Zeque” pudo armar un equipo que peleó hasta el final. Con algunos retoques, la base de ese mismo plantel coronó el proceso el último viernes ante Sportivo Suardi. Jugando un básquet de alto vuelo para la categoría.

Hay distintas maneras de conseguir cosas. El deporte no es una ciencia exacta. Puede ser campeón un equipo cuyos integrantes estén todos peleados. También puede lograrse a fuerza de dinero. Puede conseguirse desde el talento, pero también desde el esfuerzo. Se pueden utilizar armas nobles o innobles. Pero difícilmente se pueda sentir más orgullo que el que hoy sienten en Unión por el camino recorrido. El que siempre quiso transitar y con quienes quiso caminar. Desde el día 1 y hace ya siete años.

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