Pinceladas de la ciudad (Mar del Plata desde adentro)
Por Jorge Agüero
pinceladasmdq@gmail.com
En una brumosa mañana de mayo salgo de la vivienda pensando en los compromisos habituales para el día y mientras caminaba por las calles del barrio, una vecina se me acerca y susurrando con voz temblorosa me dice:
-Fíjese en el árbol que está enfrente de lo Pereda, está pasando algo raro con un hombre.
Y sin agregar una palabra más que aclarase el extraño aviso, la mujer se aleja con pasos presurosos.
Tenía cierta prisa pero la curiosidad era más fuerte que la desconfianza; así que decidí dirigirme al lugar. A medida que camino ubico en mi mente el lugar y recuerdo que allí hay un eucalipto; un árbol majestuoso cuya copa parecía perderse en la inmensidad del cielo.
Su tronco corpulento, era uno de los pocos sobrevivientes de la mano del hombre; de lo que fuera un impenetrable bosque. Día a día sus ramas cobijan la vida, niños que se trepan y pájaros que anidan y revolotean.
Salgo de mis cavilaciones porque ya veo su copa sobre las viviendas y a medida que me acerco siento sobre mi espalda los ojos atentos de los vecinos desde sus ventanas.
Encuentro al hombre sentado, apoyada su espalda al árbol, aparentemente indiferente a la curiosidad de quienes transitan a pocos metros hacia sus trabajos.
Joven, cabello corto a lo militar, vestido de sport, calzado con borceguíes color negro. Los ojos abiertos fijos en un punto lejano.
Observo en su mano una pistola, como descansando sobre un bolso verde oliva ubicado entre sus piernas. ¿Será una trampa? Me mantengo alerta y espero que gire dirigiendo su arma hacia mí. Lentamente me acerco, de un salto estoy a su lado, el desconocido no reacciona…está muerto.
Los diarios locales informaron su muerte “Suicidio de un soldado por causas pasionales”.
Por varios días los vecinos comentan el caso, desde ese momento lo llaman el árbol del muerto.
Los niños ya no juegan en sus ramas, los pájaros se han ido, vaya a saber adonde. El árbol que siempre brindó la vida hoy es recordado por la tragedia.
Triste se va secando lentamente, conoce un secreto, el terrible sufrimiento de las últimas horas del muerto.
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Mirar como si fuera la primera vez lo cotidiano de nuestra ciudad y su gente. Con ese fin nacieron estos escritos, que se desprenden de los micros radiales “Acercando a Mar del Plata”. Son voces barriales desde la salud, la comunicación y la integración comunitaria.