Vecinos destacaron que el siniestro podría haber sido mucho peor por la gran cantidad de árboles en la zona. Algunos debieron ser evacuados por precaución. "Las llamas altas que pasaban en altura a la copa de los árboles”, indicaron.
La preocupación y el posterior alivio fue lo que primó entre los vecinos de Bosque Alegre tras el incendio devastador en una distribuidora, un siniestro que podría haber tenido consecuencias incluso muchos peores por las características del barrio.
Como es sabido, las llamas se iniciaron en un depósito mayorista con distribución de artículos de bazar, descartables, de limpieza, de perfumería y de secadoras y lavadoras industriales, ubicado en Juan B. Justo y Uruguay. La firma operativa contaba con las habilitaciones correspondientes y cumplía con las medidas de seguridad requeridas.
Sin embargo, el incendio fue de tal magnitud que se extendió hacia otro depósito lindero en el que, en el pasado, funcionó la fábrica “Mardelplástico”. Actualmente, el mismo se encontraba desocupado a pesar de que una
empresa solicitó la habilitación comercial en marzo.
Con el correr de las horas, los principales daños materiales se volcaron al sector oeste de la manzana, a partir de la incidencia del viento. Los lugares más afectados a nivel estructural, además de la distribuidora y el depósito, fueron el taller mecánico Marco Palumbo y un geriátrico ubicado en Los Sauces y Los Cedros, que fue evacuado. Lo mismo sucedió, por precaución, con vecinos de otras casas lindantes.
“Ayer (por el miércoles) hubo un Dios aparte en Bosque Alegre”, aseguró Javier, propietario de una casa que está al lado del galpón afectado por el incendio y del geriátrico.
“Nos ayudó la humedad que había, que contuvo el fuego y permitió que no pase a la reserva forestal del barrio. Acá hay mucha vegetación. Me sorprendió la situación, podría haber sido un desastre por la magnitud del incendio”, agregó.
El vecino contó que llegó a las 6 de la tarde a su casa y pudo divisar el fuego desde el comienzo. “Me senté dos segundos y vi enseguida una nube negra de humo. Vi las llamas iniciando, que al poco tiempo ya superaban la medianera de mi casa. Inmediatamente saqué a todos mis hijos y empecé a desalojar el geriátrico”, narró.
En esa línea, destacó que el viento se mantuvo en dirección oeste, lo que permitió que el fuego “quedara concentrado principalmente en el galpón”. A su vez, reveló que afortunadamente su vivienda no tuvo grandes daños estructurales.
“Nada importante, por suerte, sólo un poco la pintura. No estamos tan complicados por lo que se ve a simple vista”, señaló.
En el atardecer del miércoles, vecinos de la manzana afectada fueron evacuados para evitar cualquier imponderable, mientras las autoridades de la comuna decidieron suspender el suministro de gas y electricidad. Los servicios comenzaron a ser restablecidos.
Muchos encontraron refugio en la sociedad de fomento de Bosque Alegre durante la noche del miércoles. Y otros pasaron el tiempo en casa de vecinos, tal como sucedió con los adultos mayores de la residencia geriátrica, que en algunos casos lograron ser derivados con sus familiares.
En la misma línea, Patricia, otra vecina, reconoció su preocupación al ver el miércoles “llamas altas que pasaban en altura a la copa de los árboles”. Y admitió que había mucho temor ante la posibilidad de que el fuego pudiera afectar la vegetación del lugar, lo que habría aumentado su intensidad.
“Si eso se encendía, iba a ser un desastre. Nos desalojaron por precaución, pero cerca de las 23.30 pudimos reingresar, porque mi casa está en la vereda de enfrente a la manzana afectada”, relató Patricia.
En tanto, Jorge, un vecino que vive a pocos metros del geriátrico afectado, contó a este medio que debió ser evacuado, mientras operarios de Camuzzi comenzaban a reconectar el servicio de gas en la vivienda.
“Esperemos que se vaya normalizando todo, lo peor fue el miércoles a la noche: fui evacuado con mi familia y no pude dormir en mi casa; tuve que hacerlo en el auto”. En todos los casos, los habitantes de la zona destacaron el rápido accionar y el acompañamiento del municipio a través de sus diversas áreas.
Robo y peligro de derrumbe
El taller mecánico Marco Palumbo fue uno de los sectores más afectados. Los destrozos ocasionados por el incendio dejaron a una pared de local, lindera a uno de los galpones afectados, con riesgo de derrumbe.
Empleados del local se encontraban ayer por la mañana limpiando los restos de hollín en el interior, que llegó hasta los autos. Y luego debieron retirarse para dejar trabajar a Defensa Civil y la maquinaria pesada del Emvial para normalizar la situación.
Pero no todo quedó ahí. El miércoles por la noche, en medio de la conmoción por el incendio, delincuentes robaron en el comercio. Según precisaron trabajadores del taller, forzaron algunos autos para intentar llevárselos. Si bien no prosperó el intento, finalmente se robaron una gran cantidad de herramientas y respuestos.
“Todo lo que te imagines”, reflejó Jésica, una empleada. Además, afirmó que varios clientes se contactaron para retirar sus autos por temor a nuevos robos y a daños materiales por el peligro de derrumbe en la pared del local.
En las próximas horas, se prevé que el dueño del taller radique la denuncia correspondiente ante la policía.