Por Vito Amalfitano
Privilegio que Aldosivi ganó para los marplatenses. Disfrutar de un espectáculo de primer nivel en casa, ser parte, y no solo partenaire, de un partido importante de una de las ligas más importantes del fútbol del mundo, la de Argentina. Pero además el equipo de la ciudad se dio el gran gusto de ganarlo.
Aldosivi jugó ayer en el Minella contra uno de los mejores equipos de América. Y no solo que lo hizo de igual a igual sino que en el segundo tiempo lo superó en el juego y terminó quedándose con todo. Dio vuelta el resultado, aunque es cierto que aprovechó una vida más, por la oportunidad inmejorable del penal malogrado por Sebastián Saja.
Lo concreto es que el Racing que hace de a seis goles o de a tres, sucumbió ante Aldosivi. Y así “el Tiburón” se devoró al único grande que le quedaba por superar en la etapa contemporánea.
Sebastián Penco dio en la tecla en sus declaraciones. “Cuando venís mal, mejor enfrentar a estos rivales”, lanzó tras su gol del triunfo.
El espíritu de este plantel, que baja desde el entrenador y se prolonga en la mayoría de los jugadores, los que vienen de la base del año pasado, los que se acoplan en la idea, es el de, efectivamente, no rendirse ante la adversidad y agrandarse en las más difíciles.
El año pasado, en charla con “Teté” Quiroz después de una serie adversa de comienzo en primera división y tras goleada en contra ante Gimnasia, en el vestuario en La Plata, el técnico me decía con plena convicción: “que venga ahora San Lorenzo es lo mejor que nos puede pasar”. Lo mismo de Penco, que aprendió rápido el mensaje.
Llegaba en esa oportunidad el campeón de América a Mar del Plata y cualquiera podía temer un desastre por como venía el equipo. Pero, efectivamente, fue lo mejor que le pudo pasar a Aldosivi. Le ganó a San Lorenzo con gol de Pepe Sand y a partir de allí, más allá de un altibajo, encaminó su campaña, y poco después llegó la goleada resonante en la Bombonera ante Boca.
Ahora Aldosivi llegaba al Minella contra Racing con siete partidos sin ganar. Con esa misma lógica, lo mejor que le podía pasar era que le tocara un grande. Lo encaró con ese espíritu, con esa mentalidad ganadora, y dio vuelta el resultado contra un equipo con alto “poder de fuego” que esta vez no pudo ampliar la cuenta tras el 1 a 0.
Los méritos de Aldosivi radicaron en mantener la estructura, en no perder el orden pese al resultado adverso, la resolución táctica de “Teté” Quiroz con un cambio arriesgado tras la lesión de Gastón Díaz y, después, la reacción individual y colectiva para superar en el trámite y en el resultado a Racing en el segundo tiempo.
En lo colectivo, la virtud de presionar sin desprotejerse, sin alimentar ese “poder de fuego” de Racing, sin permitirle ni un solo contraataque franco. En lo individual, las levantadas de Jonatan Galván y Hernán Lamberti como banderas para llevar al equipo hacia adelante, la gravitación de Bandiera y el oportunismo del goleador, Sebastián Penco, para aprovechar el regalo de Aued.
Ahora viene Boca. Y como Quiroz es un técnico “keynesiano”, habrá que ir con cautela. La teoría del economista británico John Maynard Keynes. a muy brutos rasgos, era estimular la economía en épocas de crisis y acumular o cuidar en tiempos de ventura. En la mala, que venga un grande. En la buena, no agrandarse.