Continúan multiplicándose las muestras de dolor por el fallecimiento del reconocido empresario marplatense, Antonio “Quique” Cabrales, uno de los hijos del fundador de la tradicional empresa de café.
A lo largo de su trayectoria, se coincidió en señalar desde distintos sectores de Mar del Plata, que “Quique” Cabrales trascendió sin lugar a dudas el rol de empresario y se convirtió así en una personalidad de la ciudad, muy querida por todos aquellos que lo conocían.
Antonio había asumido con poco menos de 30 años el control de Café Cabrales tras el fallecimiento de su padre, ocurrido durante la década del 70. La empresa creció y se expandió por todo el país, hasta convertirse en parte de los desayunos de las familias argentinas.
Siguiendo el legado de su padre, “Quique” fue sin lugar a dudas uno de los pilares de la firma de café que trascendió las fronteras de Mar del Plata. “Uno habla de Cabrales y es parte de la identidad de nuestra ciudad”, señalaban quienes concurrieron el domingo a brindarle el último adiós.
“Quique” Cabrales rodeado por sus hijos, su entrañable amigo Florencio Aldrey y el escribano Gustavo Crego, en noviembre del 2021, cuando la firma cumplió 80 años.
Además, trascendió su rol como empresario para convertirse en una de las personalidades más destacadas de la ciudad. Prueba de ello es que años atrás, en una encuesta, se ubicó en el sexto lugar como personalidad, a la misma talla de Astor Piazzolla, de Guillermo Vilas, de Teodoro Bronzini, de Patricio Peralta Ramos, de Victoria Ocampo, inclusive del arquitecto Alejandro Bustillo.
En 2008, en el Concejo Deliberante de nuestra ciudad, fue declarado ciudadano ilustre en un emotivo acto.
La historia de la firma arrancó el 10 de noviembre de 1941, cuando don Antonio Cabrales, un asturiano trabajador y visionario, fundó el local de venta al público de café llamado La Planta de Café en Rivadavia al 3100.
Ya en 1965, los hijos de Antonio vieron la necesidad de ampliar las instalaciones del local, por lo que compraron un terreno más grande en el cual levantaron un depósito y colocaron la máquina para torrar café. Luego, los hermanos se encargaron de expandir la empresa a una escala mayor hasta alcanzar reconocimiento nacional y también internacional. Hoy la tercera generación de Cabrales conformada por Martín, Germán y Marcos sigue el legado de su padre Quique y de su abuelo Antonio.