El detenido por el femicidio de Jordana Belén Rivero tenía un antecedente de violencia de género. En 2017 el hijo de su pareja lo apuñaló para defender a su madre.
El pasado de Bernardo Luis Baraj también lo condena. Podrá decirse que semejante prejuicio no responde a derecho y que nadie puede ser acusado de un crimen actual por otro en el que haya intervenido tiempo atrás. Pero el salvaje femicidio de Jordana Belén Rivero puede analizarse desde la historia violenta de Baraj, el hombre que según los avances iniciales de la investigación la golpeó y la arrojó desde el balcón del séptimo piso.
En diciembre de 2017 el diario Prensa Libre de Ushuaia publicó un incidente ocurrido en una casa de Pontón Río Negro entre Beauvoir y Capitán Giachino. Ese día 6 de diciembre un adolescente de 15 años defendió a su madre de los violentos ataques de Baraj, quien entones era pareja de la mujer.
El menor, armado con un cuchillo, propinó dos puntazos a Baraj en momentos en que se producía una nueva agresión contra su madre. Baraj fue trasladado herido al hospital Regional Ushuaia y luego de recibir las atenciones y curaciones pertinentes fue dado de alta.
Debido a que ninguna de las “partes” deseó denunciar a la otra la Justicia actuó de oficio y ordenó una restricción de acercamiento recíproco.