Por Vito Amalfitano
Hacía mucho, pero mucho tiempo, que no se registraba un liderazgo tan fuerte y claro en el fútbol argentino como el que hoy ejerce Lisandro López en Racing, líder de la Superliga. Quizá desde el retiro de Juan Román Riquelme. La búsqueda incluye a la Selección Argentina. Se sabe ya todo lo nocivo que fue para el propio Messi hacerle creer y que se crea líder, conductor, más allá de su obvia influencia en el juego de cualquier equipo. Pero al conjunto nacional realmente le faltó eso desde que se prescindió, prematuramente, de Román.
También puede apuntarse al propio antecedente cercano de Racing con Diego Milito.
Lástima que es un liderazgo tardío el de Lisandro López. Que sólo puede aprovechar Racing. Pero con el que, por ahora, le alcanza para mantener diferencias, aunque cortas, por sobre el talento colectivo de Defensa y Justicia. En eso, el mejor equipo es River. Indudable, y desde hace mucho tiempo. Y también supo reemplazar talentos individuales, como en el caso de Juanfer en lugar de Pity. Pero ahí el liderazgo lo sostiene el entrenador, Marcelo Gallardo. Su ascendencia es fundamental y opaca cualquier otra conducción, en un paralelismo con su padrino y ex entrenador, Daniel Passarella. Gallardo no limita que su lugarteniente en la cancha sea Ponzio, pero el mismo capitán lo llamó a la foto con la Copa Libertadores en algo más que un símbolo. En todo caso Leo podría ser el recambio de ese liderazgo, pero ya como DT, cuando no este Gallardo.
En Boca, está claro, más aun que en la Selección, que el liderazgo y, en este caso, también la jerarquía, de Riquelme, no tuvo reemplazo. Aunque quisieron disfrazar esa ausencia con Tevez, un gran jugador, que nunca fue líder, en ninguno de los equipos que brilló, y tampoco pudo ejercer ese rol cuando llegó nada menos que de Juventus.
De “liderazgos positivos”, en efecto, hay que remontarse a Román. Así definía su ascendencia el entrenador Miguel Angel Russo, el DT del Boca campeón de América 2007. Liderazgos negativos, en cambio, a veces sobran. El propio Tevez lo fue en algún tramo de esta etapa en Boca. Y el presidente le quiso dar ese rol alguna vez a Agustín Orión. Ahora, con las declaraciones de Leandro Paredes, se reconfirmó todo lo que se dijo sobre su influencia negativa que la directiva evaluó errónea o interesadamente como negativa.
Lisandro López, en cambio, es líder en todos los aspectos. En la cancha y fuera de ella. Y se comprobó después de la victoria en el clásico ante Independiente, cuando sus compañeros cantaron en el vestuario “Que de la mano / de Licha López…” . Algo muy poco común con un compañero. Casi siempre eso se reserva para el DT.
Decisivo en la cancha, con presencia afuera, se nota cuando no está (ante Corinthians, por ejemplo). Agutinador de talentos, sin problemas para tributarle el mayor afecto a un recién llegado como Cvitanich si entiende que es clave en el juego para esta última etapa. Y en la intimidad quedará, o no, su rol en el episodio Centurión. Lo cierto es que el líder Licha es clave para el líder Racing. Habrá que ver hasta que punto lo acompañará el contenido del resto del equipo y la inteligencia del entrenador para llegar al objetivo final.
@vitomundial