Antes de su nuevo concierto, este miércoles, en el teatro Radio City, el cantante recordó las anécdotas que lo unen especialmente a Mar del Plata, desmenuzó el sentido de algunas de las canciones de su último disco, habló de su pasión por la pintura y hasta compartió su definición de la "paella perfecta".
por Claudia Roldós
@clauroldosmdp
Dyango es, sin dudas, uno de los intérpretes de canciones de amor más reconocidos del mundo y su vigencia internacional se acerca a los 50 años -el año que viene celebra las bodas de oro de su carrera-. Tras un infructuoso intento de retirarse de los escenarios, los aviones y los hoteles, volvió a trabajar de lleno en un nuevo disco “Y ahora qué”, lanzado a fines de mayo de este año, con el que emprendió una nueva gira mundial, que, entre muchos otros lugares, lo vuelve a traer a su querida Mar del Plata.
Antes de su esperado recital, este miércoles 23 de agosto a las 20, en el teatro Radio City, José Gómez Romero, el músico, el cantante, el amante de los instrumentos, del jazz, del tango, del futbol, habló con LA CAPITAL.
En la nota definió que musicalmente “Y ahora qué”, tiene “un dejo rockero”, compartió el sentido de algunas de las letras más paradigmáticas del disco y compartió anécdotas y gustos gastronómicos.
– “Y ahora qué” en letras, en voz, tiene el sello indiscutido de Dyango, pero musicalmente hay algo diferente ¿Más moderno, más rockero quizás?
– Sí. Me gusta que lo haya visto. En vez de hacerlo con orquesta sinfónica que es lo habitual en mis discos, en este no hay violines, no hay violonchelos. Hay bastantes más guitarras. En el fondo, hay un dejo rockero, con guitarras eléctricas y acústicas. Me pareció diferente la manera de hacer este disco, aunque no dejan de ser canciones de amor.
– ¿Qué puede decir de la canción que da nombre al disco, su preferida, según tengo entendido?
– Todas las canciones del disco son bonitas, pero esta es la más fuerte, pasan muchas cosas, es mucho más que decir ‘te quiero’. Es una canción muy fuerte, de tanto amor que hay, hay bastante desamor, es tremendo. Pasa hoy en día en muchas parejas y pasó siempre, pero ahora quizás se concretan más las separaciones y a veces uno se separa simplemente porque no sabe cómo volver.
– En “Qué sientes tú” también hay mucho desamor…
– También es una canción de desamor muy bonita. Cuando uno tiene tanta música no puede decir esto es mejor que esto otro, pero creo que, quizás, uno de los mejores que he hecho, es este último disco.
– Además de amor y desamor hay impotencia, una herida abierta, como el caso de “Ases en la manga”.
– Ah, es una canción un tanto machista. Le hablo a ella, le reclamo que use ases en la manga en una partida de amor para poder hacerme daño después, pero luego, no hay vuelta atrás. Son canciones que, cuando se escuchan de verdad a la gente le gustan. Siempre me ha pasado eso y cuando era joven y no había las técnicas de hoy en día y los sonidos eran distintos, pues lo mismo.
– Es que más allá de la música ¿Es la interpretación su sello?
– Eso no hay quien lo haga como yo. El punto diferencial de mi carrera ha sido ese. He sido un tipo normal, de esos que no soy exigente en nada, pero tengo que reconocer que aunque otras voces han sido mejores que la mía, en la interpretación nadie me gana. No sé por qué, me inclino a que el poder de la interpretación, de decir la canción, se aprende con la vida.
– Quiso dejar las giras y dedicarse a estar en casa, pintar, pero no pudo. ¿Qué pasó?
– No pude, en medio año ya estaba cantando de nuevo. Cuando estoy en casa pinto como un loco y pienso, ojalá pudiera estar cantando y cuando estoy cantando pienso en pintar, el ser humano es así, nunca esta conforme. Y no es que me gusten los aviones y hoteles, pero saber que mucha gente me lo ha pedido, que me quieren tanto, es lo que me ha hecho volver.
– Y entre todos los lugares donde lo quieren, siempre está Mar del Plata.
– En Mar del Plata me pasó algo distinto a lo que me pasó en cualquiera de los otros lugares en los que estuve con la gira despedida. Estaba en el escenario y de repente no pude seguir ni cantando ni hablando. Como un niño me puse a llorar. Me tuve que ir y hasta que no se me pasó, no pude salir de nuevo al escenario. Fue una emoción tremenda. Mar del Plata ha representado tanto en mi carrera. Siempre recordaré cuando era un chaval, un chico, tenía un tema que se llamaba Lejos de los ojos, estaba en una emisora, cuando iba a salir, después de una entrevista, las fans habían llenado la calle. Tuvieron que llevar un camión de policía para que pueda salir.
– Ha compartido la música con su padre, con uno de sus hijos y ¿Ahora también con su nieto?
– Izan, cuando lo escuches… es de lo que no hay. Ha estado en el concurso de televisión española La Voz Kids y lo han escogido como voz para una serie en México, para interpretar a Luis Miguel cuando era niño. Estoy muy contento y satisfecho de mis hijos, de mis nietos como lo estuve de mi padre y de mi tío que tocaba el saxofón. Todos amamos la música.
– ¿También le transmitió el gusto por la cocina a su hijo chef?
– Él estudió en una gran escuela y tiene su restaurante en Barcelona. A mí me gusta la cocina y la buena comida. Por ejemplo, ahora voy a intentar comer una buena paella, a ver si saben hacerla bien. Soy muy exigente con la paella y hasta ahora, con los años que llevo viviendo en Argentina no he encontrando una que yo diga, esa es una buena paella.
– ¿Qué debe tener para contar con su aprobación?
– Yo la sé hacer muy bien. Lo que pasa acá es que ponen demasiado arroz. El arroz tiene que ocupar un milímetro de la paella, todo expandido, el resto es el caldo, los ingredientes de carne de pollo o de mariscos y lo importante es que el arroz obtenga el sabor de ellos. Si es puro arroz, no toma el sabor de nada, pero no tiene ningún secreto.