Con 24 años es uno de los máximos referentes de habla hispana del género. Tras marcar records de vistas y escuchas con sus singles da un paso más y cosecha elogios del público y la crítica con su álbum conceptual de 18 canciones, en el que muestra al mundo el talento que surge "desde el fin del mundo".
“Extraño los shows en vivo más que a nada, son legitimidad. En ese momento puedo conectar con mis seguidores de verdad y se genera algo muy lindo. Esa persona está ahí porque pagó una entrada y me quiere ver y durante el tiempo que dure el show va a estar con los brazos arriba, saltando, cantando las canciones y nadie lo obligó a estar ahí, yo no ejercí ningún tipo de poder para que suceda eso”, aseguró DUKI, el principal referente del Trap de Argentina, a LA CAPITAL.
El artista de 24 años cuenta con 9 millones de oyentes mensuales y más de 2.000 millones de reproducciones en Spotify, más 1.200 millones de vistas y de 4,6 millones de seguidores en Youtube y más de 5,8 millones seguidores en Instagram, pero considera ese momento en el que “me paro ahí arriba, levanto la mano y veo que todos cantan las canciones, es hermoso, único y lo extraño una barbaridad”. Hace poco más de un año que, por la pandemia, no se da ese gusto, pero no fue en vano. Parar los viajes, las giras -con fechas agotadas en España, Uruguay, Chile, Perú, Estados Unidos y México- generó el ecosistema perfecto para ponerse en “modo disco” y trabajar en “Desde el fin del mundo” un álbum conceptual de 18 canciones, con feats (colaboraciones) con destacados artistas de Sudamérica, que muestra al mundo lo que esta generación de artistas de la región tiene para decir.
La charla con Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, DUKI, fue en el marco de una conferencia de prensa virtual y federal, inédita, en la que, desde el Movistar Arena, presentó oficialmente este disco que está cosechando elogios del público y de la crítica especializada.
El artista inició sus primeros pasos en la música en las batallas barriales de Freestyle primero y conquistó El Quinto Escalón después, considera que las batallas son “una situación divertida, como ir a jugar un partido de fútbol, un poquito de competencia sana” que no extraña pero que sigue disfrutando.
Dentro de poco podrá volver al escenario a presentar este trabajo, primero, en el Movistar Arena -“estamos armando un showcito lindo, van a ver la sorpresa a fin de mayo”- y, luego, en España en junio.
El disco es una experimentación que amalgama sonidos analógicos y digitales con su historia y su flow, en un trabajo creativo de más de 6 meses junto a sus productores generales YESAN y ASAN y las colaboraciones de YSY A, Rei, Farina, Lusho SSJ, Lara91k, Obie WanShot, Pablo Chill-E, Cister, Neo Pistea, Juliano, Tobi, Khea, Mesita, Franux, 44kid, Pekeño 77, Ca7riel, además de Bizarrap, quién se unió en la producción del tema Malbec.
En palabras de DUKI, “hay un mix con colegas de todas partes, un poco de viajar por el mundo e ir cerrando canciones y etapas. Creo que lo más lindo es estar siempre en movimiento, evolucionando experimentando cosas nuevas, adquiriendo poderes y saberes”.
“Somos todos jóvenes, líderes, orgánicos que tratamos de ser nuestra mejor versión siendo nosotros, no aparentando nada, no queriendo cumplir con las expectativas de los demás, ni la imagen que nos imponía el sistema o cómo nos decían que teníamos que ser. Viendo cómo somos, lo que queremos contar, la realidad que narramos en nuestras canciones, somos más parecidos de lo que creemos. Y está lindo conocer gente todo el tiempo, te hace sentir más parte del mundo y no que sos un loquito de otro planeta”, dijo sobre estas colaboraciones que terminan de delinear el concepto de “Desde el fin del mundo”.
Este trabajo, que lo llevó a pasar una temporada en Miami durante la que compuso junto a sus colaboradores varias de las canciones del disco, se enmarca en el objetivo de “tratar, siempre, de ser versátil y generar más de una emoción en el disco, cargarlo de contenido en letra y sonidos, en estímulos y sensaciones”.
En ese sentido valoró el trabajo de YESAN y ASAN: “Estuvieron muy metidos, no pusieron un granito de arena, fue una montaña gigante y lo lindo fue que el disco es como un hijo que compartimos los tres”.
Por otra parte confió que por primera vez en su carrera, para este disco, incursionó en todos los aspectos de la producción musical. “Me empapé un poco de todo, aprendí que a veces uno escucha una mezcla y no es que suena mal, sino que no suena con la intención que tiene que sonar. Creo que hay mucha gente que no termina de entender esta parte del proceso. Siento que para este disco mejoré mucho mi oído y aprendí mucho más, técnicamente hablando. Creo que fue la primera vez que me tomé mi trabajo más responsablemente”.
El rock, la poesía y Charly
“Los raperos tenemos un problema, es que siempre que hay un bombo y una caja queremos caer arriba rítmicamente, siempre estamos forzando la rima. Cuando más rima seguida podemos meter más nos gusta y siento que eso me encerraba un poco. Me considero melómano, siempre me gustó mucho la música en general pero el rock es lo que más me marcó y para el disco, necesité hacer más música, algo distinto, salir de la monotonía de los beats del trap. Así empezamos con YESAN en el tema Chico Estrella y eso fue el gran motor para los demás temas” expresó en cuanto la historia que buscó contar con las letras, los sonidos y los clips.
En ese camino, DUKI reconoció que la música que más escuchó desde chico, el rock argentino, lo influenció mucho en este trabajo. “Charly, Abuelos, más adelante Calamaro, Dargelos, si bien son músicos, también son poetas y escritores. Me parece gente que siempre pudo expresar demasiado bien lo que sentía en cuanto al mundo y las cosas que le pasaban y lo explicaban y contaban en las letras de una forma que cualquier otra persona que no esté viviendo lo mismo se podía sentir identificada en algún punto”, expresó en uno de los momentos más emotivos del encuentro virtual, en el que cantó unos versos de Tu amor, de Charly García y Pedro Aznar y aseguró: “A mí me pone la piel de gallina”.
“Lo que más agarramos es esa capacidad de dar imágenes sensoriales, explicar sentimientos, emociones, sensaciones, situaciones, salir de la vida que tiene uno de superestrella y hacer partícipe al oyente”, explicó.
“Mi equipo para la vida”
Contento, enfocado, reflexivo, analítico, DUKI reconoció que en este momento de éxito y ver su cara en las enormes pantallas de Times Square, es su familia la que lo mantiene con los pies en la tierra.
La promoción del disco de DIKI, en pleno Times Square.
“Mi familia, mi mamá, mi papá, mi hermano menor, mi hermana menor, literalmente son mi equipo de trabajo, aparte de ser mi núcleo y mi equipo para la vida. Son las personas que en dos segundos me pueden cambiar el estado de ánimo” aseveró, y reconoció que “cuando sos el líder de tu núcleo de trabajo a veces la gente tiene miedo de faltarte el respeto o no se quiere meter en tu vida personal, entonces siempre está para vos cumpliéndote los caprichos y si no tenés alguien que te baje a tierra dejás de generar empatía y pensás que sos superior a los demás o que valés más que los demás, estás totalmente errado. Hoy, mi familia sigue siendo la que más cuerdo me mantiene”.
“Generar algo positivo”
DUKI tuvo la generosidad de compartir su disco con otros talentos de la región: “no soy estratégico, no ando buscando un pull up, o una llegada al público las views, los seguidores, el género, nada. Si escucho una canción y me gusta, me lo pide el cuerpo, llamo y digo me quiero subir al tema o al revés, ey te re imagino acá, quiero que te subas a esta canción”, aseveró. Esa visión despojada de ego lo llevó a pensar su incursión en la plataforma Twich, en la que se propuso gestionar un espacio que pueda “generar algo positivo más allá de sentarme a la computadora y hablar o jugar a un juego o reaccionar a algo”.
En ese sentido contó que “siento que está lleno de talento por todos lados, mucho talento por respetar, personas que tal vez saben que lo tienen pero no pueden mostrárselo al mundo, otros que tal vez no tienen recursos para hacerlo, ni los medios y lo que buscamos fue, más allá de conectar con seguidores y con fans, ver qué talento anda dando vuelta y qué mano se le puede dar. Yo creo en el karma y que todo lo que vos das vuelve. Siento que todos esos cabrones que me están mirando son los que hicieron que pueda llegar a donde llegué y lo mínimo que puedo hacer es devolverles algo, un granito de arena y me hace ilusión la posibilidad de enseñarles en algún aspecto, no a nivel cátedra sino a nivel de un pibe que aprendió las cosas de la vida chocándose con paredes, con puertas. La devolución que les pueda dar, desaferrada de la visión egocéntrica, ayudando a que desarrollen su oído y aprendan de la música, tal vez les da ganas de adquirir más cultura general, les despierta una pasión”.
Escuchá acá todas las canciones de “Desde el fin del mundo”: