Uno hecho ocurrió en el barrio Florencio Sánchez y el otro en Fray Luis Beltrán. Ninguno de los dos heridos, hombres con antecedentes penales, o sus allegados quisieron delatar a los agresores.
Dos casos de violencia barrial se produjeron en la madrugada de este sábado y aunque ocurrieron en puntos distantes de Mar del Plata reflejaron situaciones de conflictividad similares.
En ambos episodios las víctimas terminaron con heridas de armas de fuego y se negaron a brindar datos de lo sucedido a la policía con el propósito evidente de “ajustar cuentas” más adelante.
El primero de los hechos se conoció pasada la medianoche cuando un joven de 19 años que conducía una motocicleta por Peralta Ramos y Fortunato de la Plaza se detuvo ante un gruipo de policías de la UTOI. El motociclista alertó al personal policial que su acompañante tenía un balazo en el abdomen y que requería asistencia urgente.
De inmediato se convocó a una ambulancia del SAME que trasladó al herido hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde fue internado y sometido a una intervención quirúrgica.
Ni la víctima -aún en su estado- ni el otro joven quisieron dar más precisiones y solo dejaron correr una versión que sostenía que ambos se hallaban en la plaza de Florencio Sánchez ubicada en Calabria y Dellepiane. Según ese breve relato, el ataque habría sido cometido por dos personas desde una motocicleta que dispararon a la distancia y escaparon.
La recurrencia que los investigaron encuentran en la mecánica de los ataques se vincula más a un intento por ocultar la verdad que a una modalidad repetida. Cada vez que la policía escucha estas versiones saben que, probablemente, las víctimas conozcan a sus agresores y que los disparos hayan sido efectuados en medio de una discusión y por razones derivadas del subumundo del delito.
En este caso abonó esa teoría el hecho de que el herido es un joven identificado como Nicolás Cariglia de 26 años con numerosos antecedentes tales como resistencia a la autoridad, amenazas, robo en tentativa, encubrimiento, atentado y resistencia a la autoridad, lesiones agravadas por el vínculo, daño y robo agravado en poblado y en banda. Quien lo llevaba en la motocicleta, pese a su precocidad, tambén cuenta con antecedentes penales por encubrimiento y robo motovehiculo.
En Fray Luis Beltrán
El otro hecho en el que un joven acabó baleado tuvo lugar en un sector conflictivo del barrio Fray Luis Beltrán, en el sector opuesto de Mar del Plata.
Bajo circunstancias que se desconocen pero que estarían relacionadas a un “ajuste de cuentas” un hombre fue atacado a balazos mientras se hallaba en el frente de una vivienda de Los Naranjos al 3000.
Asistido por algunos vecinos Alexis Rosales fue trasladado hasta el HIGA donde los médicos determinaron que su cuadro clínico no revestía gravedad.
Cuando la policía lo consultó sobre quién y por qué le había disparado, Rosales no quiso aportar datos y ni siquiera instar la acción penal contra nadie.
Vale decir que en los alrededores del lugar en donde ocurrió el ataque hay una considerada “zona caliente” por la policía y los investigadores judiciales. Allí fue asesinado en el mes de marzo el exconvicto Juan David Anchoverri (30), crimen por el cual hay dos detenidos. También es un sector en donde el principal móvil de los conflictos es el narcomenudeo y, de hecho, son numerosos los allanamientos que se llevaron a cabo en los últimos tiempos por la existencia de “points”.
Tanto en el caso del barrio Florencio Sánchez como en éste se le dio intervención al fiscal de turno Alejandro Pellegrinelli.