Al igual que en todo el país, el estallido social de diciembre de 2001 se sintió en la ciudad. Hubo cacerolazos, protestas, saqueos, corridas, represión policial y detenidos. "Que se vayan todos" fue el grito más escuchado.
Casi todas las imágenes transmiten dolor, tensión e incertidumbre. Como la del dirigente social Jorge Agüero sin remera y con las marcas de los balazos de goma, o la de la policía disparando hacia la multitud que corría entre gases. O las de cientos de marplatenses reunidos en la calle golpeando las cacerolas.
Grupos de gente amuchada en las puertas de algunos supermercados, vidrieras rotas, gomas prendidas fuego en las calles y los concejales recriminándole al jefe policial Carmelo Impari la represión, son otras de las postales que dejaron las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Mar del Plata.
El estallido social y económico que mantuvo al país en vilo, provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa y dejó heridos y muertos por la represión policial, también se sintió en Mar del Plata.
Al igual que en otros puntos de la provincia y el país, las largas noches de “cacerolazos” terminaron con algunas de las peores imágenes que se vieron desde que volvió la democracia: hubo intentos de saqueo, corridas, destrozos, represión y detenidos. Todo en un contexto de bronca contenida e incertidumbre por un futuro cercano que sólo ofrecía nubarrones.
Se escuchaba fuerte el “Que se vayan todos”, como repudio al sistema político y, con miles de personas en la calle, el final de la historia era difícil de descifrar.
“Que se vayan todos”. El grito más escuchado en los cacerolazos.
Mientras todo eso sucedía, el ministro de Economía Domingo Cavallo renunciaba y regía el estado de sitio. La gobernabilidad del país pendía de un hilo.
Malestar social
Mar del Plata no escapaba al escenario general socioeconómico del país. Era la ciudad con mayor índice de desocupación y el malestar social se hacía sentir.
Los días previos el intendente Elio Aprile había articulado con los movimientos de desocupados y organizaciones sociales para contener la situación social y garantizar la provisión de alimentos a los sectores vulnerables.
En la previa, en línea con otras grandes ciudades del país, se encendieron las primeras alarmas. Hubo tensiones en algunos supermercados e intentos de saqueos que dejaron a seis personas detenidas. “No vamos a permitir que se altere el orden”, enfatizó el jefe de la policía departamental, Carmelo Impari.
El 19, un grupo de manifestantes se concentró frente a la Municipalidad a esperar la entrega de cajas de alimentos.
Sobre el mediodía, dirigentes sindicales de ATE y la CTA se reunieron frente al municipio y varios se sentaron en la calle para repudiar el estado de sitio declarado.
Poco después, irrumpió la policía, golpeó a un dirigente y se llevó detenidos a Daniel Barragán, Luis Canavessio y Daniel Cesario. Hubo gases y corridas.
El dirigente Jorge Agüero, herido con balas de goma.
Casi en simultáneo, a algunas cuadras, en Luro y San Juan, donde manifestantes reclamaban el pago de planes de empleo, se produjo un enfrentamiento con la policía que deja varios heridos.
A la medianoche, en forma espontánea, empezaron a salir los vecinos del centro con sus cacerolas. Se veían bolsas de basura en el medio de la avenida Colón pero la situación no pasaba a mayores.
La tensión iba en ascenso y el 20, cerca de las 16.30 en el supermercado Disco ubicado en Edison y San Salvador se produjo el primer intento de saqueo. Más gases y balas de goma.
En Cerrito y la ex 39, unas 30 personas solicitaban alimentos en las puertas de un eslabón de una cadena de carnicerías y la policía comenzó a reprimir.
El enfrentamiento dejó al local completamente destruido. También hubo intentos de saqueos en otros supermercados y el saldo final dejó heridos y detenidos.
“La situación más violenta”
Daniel Barragán no dudó en asegurar que la del 19 diciembre de 2021 fue la situación “más violenta” que le tocó atravesar.
El actual defensor del pueblo era en ese entonces secretario general de la CTA local y fue uno de los detenidos en la protesta frente al municipio.
A 20 años del estallido, Barragán reivindicó la figura del intendente Elio Aprile y afirmó que Carmelo Impari fue quien desató “semejante represión, innecesaria, desubicada”. “Veníamos trabajando mucho tiempo antes por la difícil situación que había, con las organizaciones, junto al intendente para tratar de contener lo que veníamos viendo que iba a desmadrarse”, recordó en diálogo con LA CAPITAL.
En la avenida Fortunato de la Plaza hubo saqueos y graves enfrentamientos.
Respecto al día en que se desató la violencia, Barragán recordó que estaba en el Concejo Deliberante junto a otros dirigentes de ATE y cuando bajaron, el comisario de la cuarta les dijo que había Estado de sitio. “Nosotros planteamos que no íbamos a aceptar esa situación porque nos traía memoria de la dictadura así que decidimos sentarnos en la calle. A los cinco minutos de sentados, el comisario nos dijo que teníamos media hora para irnos. Y a los diez minutos, nos partieron la cabeza golpes, nos llenaron de gases y nos metieron presos a mí y a otros dos compañeros de ATE”, rememoró.
Los dirigentes fueron detenidos y pasaron por las comisarías primera y cuarta antes de ser trasladados al regional.
“La directora decidió internar a todos los que llegaban heridos porque Impari había dado la orden de detener a todos los heridos, y evitó que hubiera una ola de detenciones”, contó.
Tras salir del Hospital, los dirigentes fueron trasladados a la Primera, donde cientos de personas se agruparon para pedir la liberación de los detenidos.
“Nos liberaron y en ese momento se informó que había renunciado Cavallo. Fue una fiesta”, describió.
Con varias décadas de militancia, Barragán aseguró que vivió “muchas situaciones complicadas, pero esa fue la más complicada y la más injusta”.
“Se había hecho un gran trabajo para que eso no pasara. Insisto en reivindicar a Elio Aprile como un hombre que articuló con todas las organizaciones sociales”, consideró.
Katz: “Un recuerdo feo”
Para el ex intendente Daniel Katz, el recuerdo de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 es “angustiante y feo”.
“Había una sensación generalizada de un país que atravesaba una crisis estructural enorme, ya había un gobierno absolutamente desorientado y perdido, y había una escalada de violencia en las calles creciente y con una falta de músculo importante para reaccionar por pare del gobierno”, analizó.
En ese entonces, Katz era concejal y recordó que en Mar del Plata, se comenzaba a “atravesar unos meses también de incertidumbre”. “Los cacerolazos y escraches públicos comenzaban a dañar a muchos dirigentes. A Elio (Aprile) fue algo que lo impactó fuertemente ese tipo de situaciones”, recordó.
En Mar del Plata la crisis derivó dos meses después con la salida de Elio Aprile, quien fue reemplazado por Daniel Katz.
“Ese trayecto que va desde el 19 de octubre hasta la salida de Elio fue el momento más difícil que me tocó vivir, sobre todo por la falta de noción sobre cómo podían terminar las cosas”, evaluó.