El músico confió que "si fuera por mí, me pasaría de gira, pero soy consciente de que en este momento no puedo hacerlo". Por su lucha contra el Parkinson dejará los escenarios, pero no la música. Actuará junto a Las Sucundums este jueves en el teatro Colón.
El popular y querido cantante Donald se está despidiendo de los escenarios, con una gira en el marco de la que se presentará este jueves 28 de marzo, a las 21, en el Teatro Colón de Mar del Plata.
El artista, autor de numerosas canciones vinculadas con el sol y el verano -muchas de ellas inspiradas en Mar del Plata- se subirá al escenario junto a “Las Sucundums” el grupo creado por su hija Melody -también su compañera y representante- junto a las cantantes marplatenses Paula Manchinelli, Agustina Chaio, Mariana Di Franco y Estela Araujo.
“Siempre tengo expectativas y ansiedad frente a una actuación” confió Donald a LA CAPITAL, sobre este show en el que revivirá las canciones de los 60 y los 70, que están grabadas en la memoria de varias generaciones. Además, marcará el alejamiento, al menos por un tiempo, de los shows en vivo.
-Es una presentación muy especial porque la has definido como una despedida de los escenarios. ¿Cómo te sentís con eso? ¿Cómo fue tomar esa decisión?
-Con respecto a retirarme de los escenarios físicos, de los barcos, de los estrados, de los lugares donde habitualmente uno se encuentra con el público estoy satisfecho de haber tomado esta decisión porque la veía venir. De todos modos mi expectativa es curarme, salir de esta enfermedad, el Parkinson.
Si fuera por mí, me pasaría de gira, corriendo para cualquier lado, pero soy consciente de que en este momento no puedo hacerlo. Debo cuidar mis pasos, dar un paso a la vez para no caerme y hacer las cosas lo mejor posible dentro de las posibilidades que tengo. Desde ya que cantar, tocar la guitarra me hace bien, forma parte de mi tratamiento de curación y mientras vea que lo puedo hacer con dignidad y la gente se banca mi situación actual seguiré haciéndolo.
Deseo estar perfectamente bien, estar en un 100% en lo físico como para poder realizar el show adecuadamente, que el diafragma funcione, poder cantar afinadamente sin problemas, con fuerza, con energía, aunque esté sentado en una banqueta y tocando la guitarra sin bailar. Bailotear, moverse por el escenario es parte de lo divertido, pero lo más importante es poder comunicarme con la gente, encontrarme con el público, cantar con ellos, sonreír, responder a su sonrisas.
-Con la alegría que transmite tu música ¿has buscado procesar tristezas, dolores? ¿Ha actuado la música como una especie de terapia para vos?
-La música es una terapia sanadora. Te permite viajar en el tiempo, viajar en el espacio. Es algo verdaderamente maravilloso. Le doy gracias a Dios a cada momento por el poder expresarme musicalmente y últimamente mediante la palabra hablada o escrita también.
Y sí, podría haber sido un título del libro que estoy escribiendo: ‘Una vida de película’, todo lo que he vivido.
-¿Qué vas a contar en el libro? ¿Tiene que ver con tu rol de productor?
-Mi rol de productor se va armando sobre la marcha sobre todo con respecto al libro. Iba a ser una recopilación de escritos, de anécdotas, historias de vida. Pero a María Pizano -que es una gran colaboradora mía en el armado del libro y sin cuya participación no existiría- se le ocurrió ampliar el concepto. Durante mucho tiempo traté de separar el Donald cantante, artista, del Donald persona, del Donald Clifton McCluskey. Pero en definitiva somos una misma persona. Por eso el libro no va a ser solamente de recuerdos o anécdotas artísticas, sino anécdotas personales, de mi infancia y mi adolescencia, de mis ancestros, mis bisabuelos, mis abuelos, mi viejo Don Dean y toda mi familia que siempre ha estado en la música.
-Como tus ancestros, también tu hija es artista ¿Cómo ha sido compartir la profesión con Melody?
-Es un lujo. Mi hija Melody es un sol, una gran compañera y una talentosa ejecutiva del show business, realmente parte integral, importantísima en esta nueva etapa. Si no fuese porque está ella y por su apoyo incondicional, no sé qué haría. Tal vez estaría leyendo más libros de derecho, que siempre ha sido una de mis grandes pasiones.
Donald, junto a su hija Melody.