Antonio Báez (57) se presentó con un "machete" porque dijo que no recordaba "algunas cosas". Tras ello, se dio por finalizada la etapa de debate.
Con la declaración del principal imputado por el doble crimen de los hermanos Romero, ocurrido en 2017, finalizó este miércoles la etapa de debate en el juicio oral que se lleva a cabo en la sala de la Cámara de Apelaciones, y el Tribunal Oral Nº 3 dispuso que este jueves se realicen los alegatos.
Antonio “Pico” Báez (57) se presentó ante los jueces Fabián Riquert, Néstor Conti y Mariana Irianni, con un “machete” y pidió permiso para leer ante las preguntas que recibía porque -dijo- no recordaba “algunas cosas”. Tras finalizar la audiencia, que se llevó a cabo por casi dos horas, los magistrados llamaron a un cuarto intermedio a pesar de que, en un momento, se deslizó la posibilidad de que las partes alegasen en la misma jornada.
La fiscal Romina Díaz, quien reemplazó a su par Juan Pablo Lódola, había dado el visto bueno para hacerlo, pero los defensores Victoria Sosa y Alejandro Borawski prefirieron respetar los tiempos que se habían pautado por agenda previamente. De esta forma, la etapa siguiente se llevará a cabo el jueves y, de ser necesario, el viernes, y la sentencia por el brutal hecho ocurrido en marzo de 2017 en la zona de Camet se conocerá recién la semana próxima o la otra.
El juicio oral contra Báez, Ezequiel Sánchez (33) y Leonardo Uriarte (34) comenzó el lunes y continuó el martes con las declaraciones de diferentes testigos que explicaron que los hermanos Luis y Marcelo Romero se dedicaban a la venta de droga al menudeo. También quedó a las claras durante las ruedas testimoniales que los imputados eran parte de ese mismo submundo criminal.
Rocío Martínez, la pareja de Luis Romero, fue una de las personas que dio su versión de los hechos y que, además de haber presenciado los dos crímenes, a punto estuvo de ser una víctima más, ya que recibió un disparo en la cabeza en el mismo ataque que le adjudican a los acusados.
Según la reconstrucción que hizo el fiscal Lódola a través de una importante investigación, a los Romero los asesinaron para robarles alrededor de un kilo de cocaína que tenían en su poder para vender. Todo ocurrió la noche del 9 de marzo de 2017, cuando Martínez, su concubino Luis Romero y el hermano de éste, Marcelo, regresaban de cenar en un restaurant denominado “El Ceibo”. La pareja se fue a la casa que compartían en Frenguelli 6080 y Marcelo a 500 metros de allí, a Calabrese 4557.
Cerca de las 22.40 los perros en la casa de Luis Romero empezaron a ladrar y la mujer se asomó. Identificó a “Pico” Báez y a “Chanchi” Uriarte, quienes conocía de antemano. Incluso, la pareja había sido invitada al cumpleaños de la hija de Báez.
En ese contexto, los tres entraron a la vivienda de Martínez y Romero y ejecutaron al hombre frente a la mujer. La hipótesis acusatoria sostiene que a ella la obligaron a meterse en la cama y luego l e exigieron el dinero y platapara no lastimarla. Entonces, ella le dijo que todo estaba en la casa de su cuñado, y eso cambió los planes de los asesinos.
Junto a Martínez, a la que cargaron en un automóvil marca Ford Escort, se dirigieron a en Calabrese 4557 y la secuencia que se dio fue similar a la de minutos antes, con dos grandes diferencias: la primera es que Romero entregó 1,5 kilogramos de cocaína; la segunda es que Báez le ofreció a Rocío Martínez estar juntos y que la iba a “mantener como una reina”.
Esa propuesta se la hizo en la habitación pero ante la negativa la llevó al baño, donde intentó besarla. Luego le disparó en la cabeza. El proyectil, increíblemente, no penetró más que en el cuero cabelludo. Segundos después, mataron de dos tiros a Marcelo Romero, al que habían maniatado a una silla.
Los atacantes escaparon y desde la casa lindante, en la que vivía un policía, se hizo el llamado al 911 que permitió descubrir el brutal doble asesinato. Tiempo después, fueron detenidos a través de una investigación y permanecen alojados desde entonces en el penal de Batán. El juicio oral que se llevó a cabo en los últimos días debió realizarse en 2020 pero, producto de la pandemia, tuvo que ser postergado.