Cumplió un sueño en Aldosivi, y con un plus. Símbolo de este logro único para el fútbol de Mar del Plata. Jugador de la ciudad que hizo una gran carrera fuera de ella y vino a sellarla aquí, y justamente al equipo que consiguió el primer título nacional todos contra todos de la historia. ¿Sigue o se retira?
por Vito Amalfitano
@vitomundial
El hijo pródigo que volvió a su lugar en el mundo y a su gente para devolverle todo lo que le dieron en el crecimiento del futbolista y de la persona. Se fue a los 14 años, en busca de su porvenir, volvió a los 37 para sellar ese destino con gloria.
Diego Villar es el símbolo del futbolista marplatense. El que pudo cumplir el sueño de volver a su ciudad para darle el título más importante de la historia. Campeón nacional de clubes, por primera vez en un torneo todos contra todos. En Aldosivi y para la Mar del Plata.
“Lo dije cuando se pudo dar y llegué a Aldosivi, quería terminar mi carrera en Mar del Plata, con mi gente y esto fue la frutilla del postre, que mis hijos me puedan ver jugar acá, y mis viejos, que tanto hicieron por mí para que llegara a esto, y toda mi familia”, le cuenta Villar a LA CAPITAL en el comienzo de la charla de domingo después de todas las emociones que vivió entre viernes y sábado, con la consagración en Sarandí y la caravana de los campeones en toda la ciudad.
-Es de imaginar que esto tiene un significado único para vos. Porque viniste nomás a jugar a un equipo de Mar del Plata para el cierre de tu carrera, como decís, pero además le diste el título más importante de la historia. Y hasta pudiste celebrarlo, como vimos, con alguno de los tuyos en Sarandí, pese a no haber podido estar ante Almaro por la suspensión…
-Sí, fue todo inolvidable. Un sueño que pude cumplir. Siempre dije, cuando jugaba en otros equipos, que esta era una plaza que tenía que tener un equipo en primera división. Es soñado, a esta edad, haber ayudado a conseguir esa meta. La verdad es que no me puedo quejar. Todo lo que he soñado cuando me fui lo conseguí en el fútbol. Y al final esto. Disfruto mucho jugar acá, que mi familia vaya a la cancha, un asado con los míos, que mis chicos me puedan ver jugar con una camiseta de un equipo de Mar del Plata. Sí , en Sarandí lo disfruté con Joaquín y Nicolás, con mi sobrino Andy. Y también todo esto es para ellos y mis hijos Sofía y Renata, para mi señora Florencia, y para mis hermanos, y para mis viejos, Noemí y Néstor (N. de R.: el famoso “Toscano”, ex futbolista de Independiente local, el club de origen de Diego). El me bancó de una manera especial desde chiquito, tenía tres laburos, y me ayudó y me respaldó para que me fuera a Newell’s cuando tenía solo 14 años. ¿Sabés lo que fue verlo en la caravana abajo del micro el sábado, festejando con mi tío?. Son imagenes impagables que me quedan para siempre.
-¿Ese fue el momento más feliz de estos días o el pitazo final de Pitana en Sarandí?
-Creo que el momento en el que nos desahogamos y desatamos toda la alegría fue en el gol del Negro Chavez. Ahí estallamos todos y nos sentimos campeones.
El momento en el que se desató el festejo en Sarandí. Un sueño cumplido con plus para Diego Villar. Vino a retirarse en un equipo de Mar del Plata, y terminó logrando el título que nunca había conseguido el fútbol de la ciudad.
-¿Sentiste alguna vez que se les podía escapar?
-Sinceramente sí, después del partido con Riestra. Fue durísimo. Sentí que se nos había escapado todo porque ya no dependíamos de nosotros. Entonces nos propusimos al menos cambiar la imagen en el último partido y cumplir con el objetivo de ganar, sin saber lo que podía venir de los otros dos partidos. Pero después sí, cuando se dieron los resultados, te aseguro que ya estabamos seguros que en una final no se nos podía escapar. Nos juramentamos no dejar pasar una nueva oportunidad. Eso había pasado en Riestra, no nos podíamos permitir fallar otra vez. Pero para eso teníamos que hacer lo que corresponde contra Estudiantes de San Luis.
-Y en ese partido fuiste clave cuando entraste, sobretodo con ese desborde y ese centro que terminó abriendo la victoria con el cabezazo de Chávez. ¿Creías que tenías que haberlo jugado de entrada?
-Mirá, fue una semana rara. Uno siente que siempre está para jugar. Pero las decisiones las toma el cuerpo técnico. Y uno como profesional siempre se preparó para situaciones así. Lo importante es demostrar que estabas para jugar cuando te toca entrar. Por suerte pudimos ganar. Sabíamos que podíamos jugar mucho mejor, que este era un plantel que podía jugar mucho mejor. La ansiedad nos hizo jugar muy mal algunos partidos, se cambió mucho el equipo. Pero todos tiramos para adelante, se sabía que en algún momento se iba a necesitar de todos, cada uno pusimos lo nuestro y terminamos siendo justos campeones.
-Pero de los más grandes era quizá la mayor responsabilidad, por la trayectoria, y fueron valiosos en los momentos claves… Vos con Estudiantes, Somoza, Velázquez, Chavez con Almagro..
-Sí, es verdad, cuando ibamos firmando contratos un grupo de jugadores grandes, el presidente Moscuzza nos transmitía a todos lo mismo, que veníamos a un club en lo que lo uno que valía la pena era ascender. No había Plan B. Y cumplimos, los grandes y los chicos.
-Y terminás siendo parte grande de la historia del fútbol de Mar del Plata…
-Sí, y eramos concientes. Porque lo hablamos antes del partido con Almagro. Que podíamos ser parte grande de la historia de Aldosivi, y de Mar del Plata. Que nadie había conseguido un campeonato así antes. Es hermoso pasar a ser parte de la gran historia de esta institución, que nos ha abierto las puertas de la mejor manera. Acá solo tenés que preocuparte en jugar y dar lo mejor en la cancha. No hay que preocuparse ni por cobrar los sueldos, ni por el estado de las canchas en las que entrenamos, que están impecables.
-¿Y ahora qué Diego? Porque si decís que volviste para cumplir el sueño de terminar tu carrera acá, y además saliste campeón…
-No lo sé, llegar a tu casa verdadera y conseguir este logro es lo máximo de mi carrera. Mi contrato termina ahora. Las decisiones las tomaré con mi familia. Tomaré todo en cuenta, lo pensaré en frío después de lo de la Copa Argentina y el descanso. Habrá un montón de cuestiones para poner en la balanza. Por ahora disfruto esto.
“Llegar a tu casa verdadera y conseguir este logro es lo máximo de mi carrera”, le dijo Diego Villar a LA CAPITAL. En su casa festejó hace pocos días su cumpleaños 37 con toda la familia y amigos.