El precandidato a diputado nacional de Juntos le bajó el tono a la interna en su visita a Mar del Plata. Dijo que "el gran adversario es el kirchnerismo" y que los argentinos "están hartos de no ser escuchados". Aseguró que la gente "pide dirigentes con experiencia en resolver los problemas: toda mi vida puse el cuerpo y fui a fondo en cada tema".
Por Gonzalo Gobbi | @gonzalogobbi
Diego Santilli aprovechó “full time” sus casi 48 horas en Mar del Plata. Recorrió calles comerciales, barrios y el Parque Industrial con Elisa Carrió y su “amigo” Guillermo Montenegro, entre selfies, reclamos y elogios. Quedó sorprendido con “el cariño” de la gente y “maravillado” con la gestión del intendente, le contó a LA CAPITAL durante una entrevista en este tramo central de la campaña.
El primer precandidato a diputado nacional de Juntos le bajó el tono a la encendida interna con Facundo Manes y afirmó que “el gran adversario son los problemas de la gente”, aunque en términos políticos “el enemigo es el kirchnerismo”. Le apuntó a Axel Kicillof, a quien acusó de estar “lejos de la gente”.
Las PASO, afirmó el ex vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, permitirán pulir diferencias y “ampliar” la coalición opositora frente a un radicalismo que demanda mayor protagonismo en Juntos por el Cambio, pero la elección de este año, subrayó, “es fundacional para la Argentina” y para “definir qué país queremos”.
Santilli insistió en “poner el cuerpo” -casi un lema discursivo de campaña- como “su forma de vivir” y afrontar cada problema. No mencionó a Mauricio Macri en toda la entrevista, pero sí ponderó la gestión de Horacio Rodríguez Larreta al proyectar el camino rumbo al 2023.
-¿Qué balance hace de su paso por Mar del Plata y qué reflexiones se lleva?
-Muy contento por el afecto y el cariño de los marplatenses. En cada caminata, recorrida y café fue hermoso el apoyo de la gente. También quedé maravillado con el trabajo que está haciendo Guillermo (Montenegro), que es un amigo. Empezamos juntos hace años con la Policía Metropolitana y la enfrentamos. Los comerciantes me lo remarcaron: nos acompañó, nos escuchó y nos respaldó. Eso es ser un dirigente; escuchar, defender y confiar en el trabajo de la gente, lo que hizo Guillermo dando la batalla por los comerciantes, entendiendo que ellos se iban a cuidar y a respetar los protocolos. En este tiempo la desocupación pasó de dos dígitos a uno. Entonces vos te das cuenta lo que es un intendente que escucha, que trabaja. Y eso es fuerte. Caminamos por San Juan y se lo decían en cada comercio. Cariño y afecto, eso me llevo.
–La interna de Juntos está al rojo vivo, ¿se calmaron las aguas o sigue pronosticándose mal “clima” en la coalición?
-En una interna hay tensiones, pero no nos van a encontrar siendo funcionales al kirchnerismo. Esto se trata de sumar y ampliar, no de pelearnos entre nosotros. Nuestro verdadero adversario es el kirchnerismo. En realidad el gran adversario son los problemas de la gente: la inseguridad, la falta de trabajo, el no llegar a fin de mes, la educación y el futuro de nuestros hijos, pero en términos políticos es el kirchnerismo. Cualquier expresión que vaya fuera del tono de lo que nuestro espacio nos está pidiendo es ser funcional al kirchnerismo y en mí no lo van a encontrar.
-En esta recorrida por la provincia, ¿Qué denominadores comunes encuentra al dialogar con vecinos, comerciantes, emprendedores y productores?
-Es claro y sencillo. La gente me dice: “No me alcanza para llegar a fin de mes”. Eso es la inflación. “Tengo miedo a perder mi trabajo”. Eso es toda el área económica. “Déjennos hacer lo que sabemos hacer”, me dice el productor. Me piden que acompañemos a la producción, al que genera trabajo. Después hay otro segmento: “Tengo mucha angustia porque cuando me voy a dormir no se qué futuro le voy a dar a mis hijos”. Caló muy hondo el año y medio sin clases, cruzó transversalmente a todos: los papás, las mamás, la comunidad educativa, los docentes… veía un auto que decía “Padres organizados” en una calcomanía, un sticker, muy fuerte. Y los chicos, que sufrieron mucho. No es lo mismo el aprendizaje por Zoom que en el aula. Tenés muchos chicos que abandonaron, mucha repitencia. Siento la angustia de la comunidad educativa. El otro tema que veo muy latente es el de la seguridad, ese doble comando que no ayudó a la gente y favoreció a los delincuentes. Se liberan presos, la ministra de la Nación (Sabina Frederic) dice una cosa y (Sergio) Berni le pone una actitud, pero si no hay coordinación le hacés el caldo gordo a los delincuentes. La gente nos pide actitud, poner el cuerpo, compromiso, enfrentar los problemas y resolverlos.
En las PASO del 12 de agosto la lista que lidera Santilli se medirá en la interna de Juntos con la que encabeza Facundo Manes.
-¿Qué proyectos impulsará desde la Cámara de Diputados?
-Trabajo. Quiero impulsar un proyecto de trabajo, de empleo joven. Argentina tiene que generar trabajo privado. Viene de años de no generarlo. Y quiero impulsar los temas de seguridad, que de una vez tenemos que resolverlos.
-¿Dónde pondría el foco para gestionar desde una banca?
-Uno tiene que empezar resolviendo paso a paso. No hay soluciones mágicas. Cuando iba a Olivos con Horacio (Rodríguez Larreta), Guillermo me llamaba y me decía: “Deciles que entiendan que en Mar del Plata es distinto”. Y se lo decíamos, que era otra cosa la realidad en ciudades como Mar del Plata. Yo propongo construir siempre en equipo, con intendentes, con Horacio, gobernadores, entre todos tenemos que construir ese camino. Empiezo por cada lugar, por tener un plan integral de salud. En Pinamar me decían que según la complejidad se tienen que ir a atender a Buenos Aires o a Mar del Plata. ¿Qué pasó con el plan integral de salud? Seguridad, ¿por qué se puede vivir en un lugar y no en otro? Hay que tener planificación, decisión política, trabajo.
-Esta elección se da en un tiempo de pandemia inédito, con una depresión que genera una responsabilidad muy grande para la clase política. ¿Cómo toma este tiempo y qué oportunidad que abre la pospandemia?
-Es fundacional para la Argentina y nosotros tenemos esa responsabilidad. La gente está harta del discurso del púlpito hablándole. El ciudadano te pide que estés al lado, que recorras. Yo vengo caminando cada municipio. Mar del Plata logra lo que logra confiando en un intendente que escuchó y entendió. La gente quiere a dirigentes con experiencia de resolver problemas. Todos enfrentamos una pandemia pero, ¿Qué hicimos? Cuidamos a la gente, su trabajo, su salud. Diseñamos una estrategia con Horacio y Fernán Quiroz y la llevamos adelante. Tuvimos un día de una muy mala vacunación en el Luna Park porque no contemplamos algunas cosas y reconocimos el error. Cuando reconocés y corregís, nunca más pasa. Hay que reconocer, corregir y avanzar.
-Al inicio de la pandemia la foto de unidad entre la Ciudad de Buenos Aires, Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández generó confianza en muchos argentinos, ¿Qué ocurrió para que volviera a imponerse la grieta? ¿Tiene arreglo?
-Me gustaría volver a marzo de 2020 no en términos de la pandemia sino de la imagen que la gente estaba buscando. Ese momento fue especial y juntos construimos algo. Después en el camino algo pasó. Cuándo decíamos que los comerciantes tenían que abrir para llevar el pan a su casa y pagar los sueldos empezaron las discusiones. Después se abrió el debate por la escolaridad. Estaban generando una pandemia educativa y nosotros dimos la batalla en el último trimestre. En verano dijimos con Horacio: el 17 de febrero de 2021 comienzan las clases ininterrumpidas presenciales. Adaptamos las escuelas y avanzamos. Hay que escuchar y entender. Cada protocolo había que adaptarlo a las realidades del interior. Los argentinos están hartos de que no los escuchen, no los entiendan, no aguantan más y dicen basta de atropello, de gritos, de maltrato.
-Montenegro decía al lanzar la campaña que esta elección define “de qué lado estamos”, ¿Qué cree que se define tanto en las legislativas como puertas adentro de Juntos, con la interna con Manes y la UCR?
-Esta elección define qué país queremos. Si queremos un país donde a la producción la sostengamos y acompañemos, le bajemos la carga tributaria, generemos más trabajo, donde nuestros hijos puedan forjar sus sueños, con un Estado que se ocupe de la salud, la educación, la seguridad y la infraestructura para que el privado avance, o si queremos transitar un camino en el que ya estuvimos. Prohibir las exportaciones de la carne es algo que ya vivimos y perdieron todos: la Argentina, los productores, los frigoríficos, los trabajadores y la gente que paga 18% más cara la carne. No podemos destruir el empleo. Y nosotros en esta primaria venimos a aportar la experiencia de haber avanzado en muchos temas, por ejemplo con una transformación con inglés y robótica en la escuela pública.
-La interna marca que el radicalismo exige mayor protagonismo en la coalición, ¿cree que a futuro se equilibrará la participación de la UCR en pos de ganar pluralidad?
-Totalmente. El desafío es ampliar y la primaria es para eso. Cogobernar, una coalición de gobierno integrada por ministros de los distintos espacios, donde el radicalismo, el PRO, la Coalición Cívica, Confianza Pública, Peronismo Republicano y muchos más tengan integración en el gabinete, como hace Montenegro en Mar del Plata. Para mí sí, es clave llegar a ese equilibrio.
-¿Siente que los radicales quieren compartir esa idea que tiene el PRO después de los cuatro años de gobierno de Cambiemos?
-Por supuesto. Son socios fundadores de este espacio y está bien que haya una PASO. Tengo muy buena relación con muchos. Con Manes, con todos.
-Defendió la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, pero ahora le tocará enfrentar el tema de la coparticipación de los municipios y de la Provincia de Buenos Aires, ¿es una demanda de los intendentes?
-La Provincia genera cerca del 38% del PBI argentino y recibe el 22%. La última ampliación fue en nuestro gobierno, a través de la Corte Suprema. CABA produce entre el 20 y el 22% del PBI y recibe 1,5%. Lo que yo defiendo es la forma constitucional de resolverlo. No es quitándole a unos y dándole a otros. Se trata de cómo dice la Constitución que debe ser. Es con acuerdo de partes y debe haber una nueva ley de coparticipación y un acuerdo entre las provincias. El Estado nacional es quien debe resolverlo. Y por supuesto a la Provincia de Buenos Aires le corresponde una mayor coparticipación, está claro.
-Insiste en “poner el cuerpo”, algo que a simple vista todo dirigente hace o debería, pero usted infiere que no es así. ¿Dónde está esa impronta en su caso? ¿Qué implica poner el cuerpo y cómo lo diferencia?
-Es mi cualidad. Toda mi vida cuando agarré un tema me comprometí, puse el cuerpo y fui a fondo. Hace tres años cuando me pidieron hacerme cargo de la seguridad escuchaba a los comerciantes y me decían que los motochorros los volvían locos. No es fácil pero actuamos y bajó 60% el delito en motos. Diseñamos un plan estratégico, con formación de la policía y tecnología, porque hasta entonces se trabajaba de manera analógica contra el delito. Sumamos reconocimiento facial y pusimos a 1119 prófugos a disposición de la justicia. Logramos ser la segunda ciudad capital del continente con menos homicidios después de Ottawa. El robo bajó 40% y el hurto 45%. Eso es poner el cuerpo. Vino la pandemia y la gente me veía a las dos de la mañana en un hospital, a las siete en un control policial, en los vacunatorios, en terapia intensiva con los médicos y enfermeros. Lo hice toda mi vida y creo que todo dirigente tiene que hacerlo. Es mi forma de vivir. Si no estás en la calle no escuchás y no entendés los problemas. Siento que el gobernador no está ahí. Y entonces las decisiones no son las que te piden. Si hubiera estado cerca habría entendido al comerciante de Mar del Plata, Pinamar, Tapalqué o Chascomús. Pero no.
-¿Cree que Kicillof no pone el cuerpo?
-Está lejos de la gente.