Kristalina Georgieva dijo que "hay una oportunidad" para que Argentina mejore su economía.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, consideró que la Argentina debe lograr que su deuda tenga un “nivel sostenible”, por lo cual confió en un “resultado positivo” de las negociaciones que el país mantiene con sus acreedores.
Según la directiva, la Argentina “es una historia compleja. Un país que ha pasado por ciclos de boom y caída durante décadas, que ha suspendido pagos ocho veces y ahora se encuentra en el noveno impago técnico, esperemos que no se convierta en real”.
“Y ha tenido relaciones turbulentas con el FMI durante tiempo. Lo que vemos ahora es una oportunidad para que el país rompa con este ciclo y esa oportunidad debe anclarse en algo, que es devolver la deuda a un nivel sostenible”, resaltó Georgieva, en un reportaje publicado este lunes en el diario español El País.
Para la titular del Fondo Monetario, para la Argentina es necesario “lograr un resultado positivo en las negociaciones con los acreedores con el fin de abrir un espacio”.
Además, destacó que la sociedad argentina “se ha unido en las negociaciones. Por supuesto, como en todos los países, hay diferencias, pero es un país con gran potencial económico”.
Georgieva elogió al presidente Alberto Fernández, al subrayar que “quiere lo correcto para el pueblo argentino y también para el papel que puede jugar el país en la región y en el mundo”.
“Así que le deseo toda la suerte y, si vienen al Fondo a pedir un programa de ayuda, trabajaremos duro en apoyar las políticas que rompan ese ciclo de boom y caída”, enfatizó.
Por otra parte, Georgieva admitió que el FMI ha aprendido “dos lecciones importantes: una, que las políticas son para la gente, para mejorar sus vidas, y no para el papel en el que están escritas. No son solo para esos que están en los pasillos del poder. Así que hemos estudiado mucho el modo en que hacemos la vigilancia, cómo hacemos nuestros paquetes de ayuda y cómo juzgamos si estamos teniendo éxito”.
“Y la segunda lección importante es asumir que el cambio es imparable. Hay que mirar hacia delante. Por ejemplo, tener en cuenta el impacto del clima. Algo que amo del FMI es lo abierto de mente que es”, añadió.
Por ejemplo, comentó que “ahora estalla esta crisis y por primera vez necesitamos proyecciones epidemiológicas, así que las incorporamos a nuestros modelos macroeconómicos muy rápido. A nivel práctico, casi de la noche a la mañana, del 13 al 16 de marzo, toda la institución se puso a trabajar desde casa. Y en seis semanas hemos aprobado 69 peticiones de financiación de emergencia”.
“La gente a veces cree que el Fondo son unos tipos en trajes grises que trabajan en habitaciones cerradas, pero soy una privilegiada: este no es el FMI de la época de su abuela. Esta es una institución muy ágil y humana. Tiene un gran monedero de un billón de dólares y tiene cerebro, pero también corazón”, afirmó.