Un filetero de 36 años fue detenido en las últimas horas acusado de asesinar hace un mes a un hombre al que le fue exigir que devolviera una balanza que supuestamente había robado de una fábrica pesquera.
Diestros en el arte del cuchillo y enfundados en sus impermeables ropas blancas los diez fileteros irrumpieron en la precaria vivienda de Pescadores al 1200. “La balanza, devolvé la balanza”, se escuchó en medio del griterío que iba dirigido a Enrique Domínguez (35). Y en el tumulto no solo hubo gritos, sino también algunas cuchilladas al aire y otras que encontraron carne y hueso.
Domínguez sufrió un corte en el codo que podriá no haberle traído mayores consencuencas ni lamentos, pero, como si estuviera predestinado a pagar aquello que le querían cobrar, murió.
En las últimas horas la policía de Investigaciones logró detener a uno de los fileteros gracias a los dichos de dos testigos y víctimas, porque faltó decir que Domínguez vivía en un domicilio dividido cuyo garage era ocupado por una pareja. La pareja también fue blanco del ataque de los fileteros, en especial el hombre identificado como Andrés Herrera (35), que acabó con algunas heridas.
La investigación dirigida por el fiscal Juan Pablo Lódola logró reconstruir lo sucedido en la madrugada del 12 de agosto y entenderlo en base a un episodio previo: el robo de una balanza.
Corría el mes de julio cuando en una planta procesadora de San Salvador al 3100 hubo un faltante. Allí el propietario conocido como “Cacho” y la jefa de personal, apodada “La Gorda”, descubrieron junto a los empleados que había sido sustraída una balanza. En base a un sencillo relevamiento, los empleados habrían establecido que el ladrón era “Quique” Domínguez y los investigadores creen que por eso fueron a buscarlo.
A menos de 300 metros la planta procesadora vivía Domínguez y la pareja -todos con antecedentes penales- por lo cual ni siquiera se quitaron las prendas con las que cumplían su jornada de trabajo. Los fileteros, en grupo, avanzaron hacia la vivienda y armados con sus herramientas -cuchillos y cuchillas para el fileteado- atacaron a Domínguez y a Herrera.
Luego de cometer las agresiones se dieron a la fuga y los heridos solicitaron ayuda. Pese a que en principio aparentaba ser una lesión menor, el corte en el brazo de Domínguez le provocó una hemorragia que causó su muerte.
Las primeras horas de la investigación fueron complejas para el fiscal Lódola porque se sabía que varias personas habían sido parte de la agresión pero no estaba precisada la identidad de quien cometió el crimen.
Finalmente, una vez recuperado de sus heridas, Herrera señaló sin dudas a uno de los fileteros y la DDI local, con autorización judicial, pudo detenerlo en la jornada del viernes.
Para consolidar la prueba y apoyar los dichos de los testigos se analizaron 233 filmaciones obtenidas de las cámaras de seguridad de las plantas procesadoras de pescado de la zona aledaña al lugar del hecho.
El viernes el imputado fue detenido en su casa de Cerrito al 3200 quedó a disposición de la Justicia local por el delito de “homicidio”. Fue trasladado a la Alcaidía Penitenciaria de Batán.