Luciano Javier Villarreal (26) había incumplido con las condiciones de su arresto domiciliario, por lo que la Justicia ordenó su captura. En 2015 había sido condenado a 15 años y 10 meses de prisión por el homicidio de Delicia Del Valle Sotelo (63).
Un joven de 26 años que había sido condenado por haber participado del brutal asesinato de una mujer en su casa del barrio Belgrano en febrero de 2014 incumplió con el beneficio del arresto domiciliario por lo que la policía lo detuvo este lunes en la avenida Fortunato de la Plaza.
Se trata de Luciano Javier Villarreal, quien en 2015 había sido condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal a 15 años y 10 meses de prisión por el brutal asesinato de Delicia Del Valle Sotelo (63), a quien, junto a otros dos hombres, ataron en su casa, golpearon y la asfixiaron hasta su muerte en el marco de un robo.
El 30 de abril de 2020, en plena pandemia y con las recomendaciones de la Suprema Corta de otorgar morigeraciones a los internos de las cárceles, el juez de ejecución penal Ricardo Gabriel Perdichizzi le otorgó la prisión domiciliaria a Villarreal.
Sin embargo, en los últimos días la policía detectó que Villarreal no cumplía con las pautas establecidas en el beneficio de la prisión domiciliaria, por lo que el mismo juez Perdichizzi ordenó su captura.
Este lunes, personal de la Dirección Departamental de Investigaciones detuvo a Villarreal en la zona de Fortunato de la Plaza y José Hernández y lo trasladaron a la Unidad Penal 15 de Batán, donde deberá cumplir con su condena por “homicidio en ocasión de robo”.
El brutal crimen de Sotelo
El 2 de febrero de 2014 el barrio Belgrano vivió quedó conmocionado por el brutal asesinato de Delicia Del Valle Sotelo: a la mujer, de 63 años, tres delincuentes la habían sorprendido, ingresaron a su casa de 12 de Octubre al 10.900 para robarle y la ataron, golpearon y la asfixiaron hasta la muerte.
Los efectivos policiales de la comisaría decimoprimera -con jurisdicción en el lugar- arribaron rápidamente y detuvieron a los asaltantes en plena comisión del robo. Los uniformados rodearon el inmueble y luego ingresaron por viviendas linderas. Para ese entonces, en la vereda comenzaban a reunirse decenas de vecinos que no tardaron en conocer la noticia y estallaron en furia.
Allegados y vecinos de la víctima intentaron linchar a los asesinos, pero, sin éxito, se descargaron contra la policía y en plena protesta quemaron una camioneta de la policía, que inmediatamente comenzó a disparar postas de goma para disipar a los manifestantes.