A más de una semana del demencial ataque nocturno en el centro de la ciudad que acabó con la vida del turista Mauricio Grasso, el único detenido podría rever su negativa a declarar.
El hombre detenido por asesinar de un disparo al turista Mauricio Grasso (40) la semana pasada en el centro de Mar del Plata podría rever su decisión y declarar sobre lo sucedido ante la fiscal de la causa.
Jonathan Buezas (33), quien se encuentra alojado en la cárcel de Batán acusado del delito de homicidio agravado por el uso de arma, estaría por estas horas analizando junto a su defensor Mauricio Varela esa posibilidad para destrabar su complicada situación procesal.
Buezas se había negado a declarar hasta tanto se conocieran algunos detalles más del expediente que lleva adelante la fiscal María Florencia Salas, titular de la UFI N°1. Sin embargo, con el correr de los días y por consejo de su abogado estaría reconsiderando eso para poder dar su versión de los hechos.
Por lo pronto todas las pruebas que ha recogido la policía de la comisaría primera y de la DDI Mar del Plata se orienta hacia Buezas como el motociclista que abrió fuego a la camioneta Toyota Hilux en la que transitaba Grasso junto a una amiga también oriunda de Moreno como él y dos marplatenses.
Tal como fuera ampliamente informado, a las 4.15 de la madrugada del lunes 5 los cuatro amigos acababan de salir del boliche Momentos, de Bolívar y Santa Fe. A bordo de la Toyota avanzaron por Bolívar hasta Independencia, donde se cruzaron con dos motocicletas, una de ellos tenía a un único conductor y en la otra iba una pareja. El motociclista que iba solo resultó ser Buezas, mientras que en la otra iba su primo y una joven.
Para los ocupantes de la Toyota lo único que hubo fue un intercambio de palabras con Buezas en la que se le elogió las contraexplosiones que hacía su motocicleta Benelli 125. “Bien ahí, Rey”, le dijo quien iba en el asiento del acompañante de la camioneta. Grasso y su amiga iban en el asiento trasero.
Según el primo de Buezas, que se presentó voluntariamente a declarar como testigo, eso no fue lo que sucedió, sino que hubo una discusión por una “gastada” de los de la camioneta.
Lo cierto es que tras ponerse la luz verde del semáforo la camioneta continuó su circulación por Bolívar seguido por las motos. Fue entonces que, al llegar a 20 de Septiembre, la Toyota dobló en dirección a Moreno y en ese instante se produjo el disparo. El proyectil atravesó la luneta de la Hilux e impactó en la frente de Grasso, que un segundo antes se había girado para ver al motociclista armado tras la advertencia de su amiga.
Las dos motociclistas escaparon con rumbo oeste y se perdieron en las siguientes calles.
Investigación
Fue el uso de cámaras de seguridad lo que permitió que se pudieran rastrear los minutos previos y posteriores del motociclista que, según testigos y lo que podría reconstruirse en los videos, fue quien disparó.
La comisaría primera estuvo encargado de detectar la ruta de fuga y la DDI local de ir “hacia atrás”, para determinar desde donde venían las motos. Los policías de jurisdicción establecieron que el motociclista individual se perdió de las cámaras en la zona de Dorrego al 1000, mientras que la otra moto fue por Luro hacia Arturo Alió.
Pero lo más importante surgió del “retroceso” en el tiempo. La DDI pudo visualizar que las motos habían salido de la heladería ubicada en Colón al 2500 y no fue entonces complejo saber que allí trabajaban dos primos, que habían salido a las 4 de la mañana y que se movilizaban en motocicleta.
También que uno de ellos vivía en Dorrego al 900 y que tenía registradas armas a su nombre, entre ellas una 9 milímetro, calibre similar a la de la vaina levantada del lugar del hecho y al plomo que se recuperaría horas después en la operación de autopsia. Esa persona era Buezas.
Al día siguiente Buezas fue a trabajar en automóvil junto a un familiar y antes de entrar cayó atrapado por el personal de la DDI.
Al mismo tiempo se autorizó un allanamiento en su casa donde se secuestró la moto Benelli, algunas municiones y otros elementos de importancia para la causa, pero no la pistola calibre 9 milímetros.
Imputado del delito de homicidio agravado por el uso de arma, Buezas fue trasladado a la Alcaidía Penitenciaria de Batán y se negó a declarar. El paso de los días y la prueba agregada a la causa hicieron reveer la decisión, por lo que no sería extraño que el abogado Varela presente el escrito en los próximos para pedir la audiencia de declaración.
Se desconoce si Buezas tiene alguna coartada y si propondrá una versión exculpatoria, o bien reconoce su reacción y asume las consecuencias de lo hecho.