"La clientela desapareció. Ya no podemos sostener los costos fijos", comentó uno de sus dueños. 25 familias se quedarán en la calle.
Después de 46 años de haber funcionado en la ciudad, la parrilla “Pampita” cerrará sus puertas y 25 empleados quedarán en la calle.
“La clientela desapareció. Ya no podemos sostener los costos fijos”, le comentó a LA CAPITAL uno de los propietarios del restorán. Este panorama desalentador provocó que también hubiera un retraso en el pago del alquiler lo que generó un conflicto judicial con el dueño de la propiedad.
“Pampita” fue fundada hace 46 años en la zona de Avellaneda y Güemes. Dos décadas atrás se mudó a la dirección en la que se encuentra en la actualidad, Alvarado 1326. En 2009, la reconocida parrilla cambió de dueño. Finalmente, ahora cerrará sus puertas.
El cierre de esta tradicional parrilla se suma a una serie de locales gastronómicos que debieron bajar las persianas por la situación económica. Una de ellas fue la Taberna Baska. Ubicada en la esquina de 12 de Octubre y Bermejo, la el restorán se ganó su lugar entre los establecimientos de mariscos y pescados más visitados del puerto de nuestra ciudad. Con recetas traídas del otro lado del Atlántico, condición que se mantuvo hasta su cierre, el lugar puso como prioridad la calidad de sus platos y la cercana relación con sus clientes.
Si bien en casi 60 años de trayectoria el emblemático espacio sufrió diferentes avatares económicos, el sufrido en el último fue, en palabras de su actual dueña, “diferente”. “Fueron diferentes, nada que ver ahora. Cuando uno puede al menos sostener una situación, lo mejor que puede hacer es no endeudarse más y esperar hasta que llegue un momento mejor. Pero acá la situación no dio para más; cuando la situación no da para más, no da para más”, subrayó Teresa.
Además de la Taberna Baska también cerró sus puertas “Guarjol”, ubicado en Hipólito Yrigoyen y Belgrano.