Fue porque los padres de los ex ciclistas estaban grandes para continuar al frente y los nietos tienen otros proyectos. "Fue una decisión muy difícil", dijo el ex campeón olímpico.
Fueron más de 32 años. La bicicletería de la familia Curuchet, símbolo de ciclismo en Mar del Plata y el país, cerró sus puertas. “Fue una decisión muy difícil”, dijo el ex campeón olímpico Juan Curuchet. “Siempre hay un dejo de tristeza”, admitió Chuni, su madre.
El ex ciclista y ex senador provincial no ocultó los motivos del cierre: sus padres ya estaban grandes para seguir al frente y sus hijos (tanto los de él como los de Gabriel) tienen en mente otros proyectos de vida.
“La decisión la veníamos pensando hace un tiempo. Mi papá (Ovidio) tiene 84 años y mi mamá, 79. Estaban un poco grandes. Mi mamá, con la presión del negocio, se la pasaba más en el hospital que en el negocio. Le costaba llevarlo adelante”, dijo Juan en declaraciones a Radio Continental Mar del Plata.
“Tuvimos que tomar una decisión muy difícil porque son 32 años. Esa bicicletería sirvió para que mis viejos pudieran seguir toda nuestra carrera deportiva”, recordó.
El punto de partida fue 1985. “Mi viejo no andaba bien de laburo, era electricista de obra, y la bicicletería nos dio la posibilidad de que mis papás pudieran vivir de ese negocio y seguirnos a diferentes partes de la Argentina. No a viajes internacionales, pero sí a todos los lugares a donde corríamos nosotros”, contó el ex deportista.
“Siempre fue un emprendimiento familiar. Nunca tuvo empleados. Las bicicletas las armaba mi papá, directamente, una por una. No darle el tiempo que hay que darle, como en todo negocio, no es bueno”, admitió.
“Por muchos años, la bicicletería fue parte de nuestro sueño, y tomar la decisión de cerrarla duele un poco. Nuestros hijos tomaron otro rumbo, otro tipo de emprendimientos para su vida, y no era la bicicletería”, agregó Juan, que colabora con su hermano en una empresa de eventos relacionada con el ciclismo.
Funcionaba en un local Juan B. Justo y Dorrego, que familia Curuchet alquilaba. “El propietario nunca lo quiso vender, después se hizo ‘incomprable’ por el valor de la esquina. Alquilar ahí, en ese rubro, no es rentable”, comentó Chuni en declaraciones a LU6 Radio Atlántica.
La madre de los ex ciclistas reveló que, en el último tiempo, sus nietos procuraron continuar el negocio. “Estuvieron aprendiendo, pero a ellos no les convenció totalmente. Lo hicieron bien, pero costaba mantenerlo”, contó.
Chuni y Ovidio se mudaron a la casa de Juan, en Batán, luego de sufrir, a mediados de 2016, un asalto en la vivienda del barrio Las Américas que siempre tuvieron. Ahora, juntos, se dedican a disfrutar más la vida, ya sin el peso que en el último tiempo implicaba lidiar con las bicicletas.