por Ivo Barroso
Eliminé el exceso de paisaje
simplifiqué toda decoración
retiré cuadros flores ornamentos
apagué velas copas mantelitos
y la música
Expulsé la inutilidad del discurso
En la mesa de madera
desnuda
apenas dos platos blancos
sin cubiertos
El banquete será tu presencia.
Contemplación de la lluvia
Ya fui poeta y escribí versos de amor.
Hoy contemplo la lluvia y espero la llegada del correo.
Es cierto que los años alteran muchas cosas,
pero no es sólo la edad, el desgaste del exterior;
algo más hondo nos envejece también el alma
que contempla el vacío y no espera salvación.
Creí en dioses, pensé que escribir
era mi aventura, mi barco embriagado,
pero el viaje de vuelta era siempre consciente
de que no existe un destino a perseguir.
Debía haber algún saldo positivo,
un libro de versos, momentos de claridad,
el goce de los paisajes y de las mesas estrelladas,
pero sólo tengo resentimientos y tristes recuerdos.
No puedo disimular un mensaje de esperanza,
tampoco sabiendo que la lluvia va a pasar,
que tal vez mañana llegue una
(*): Ambos poemas de Ivo Barroso fueron traducidos por Osvaldo Picardo, para el último número de La Pecera.