Hubo grupos que aprovecharon el buen clima y eligieron festejar al sol. Otros, pese al frío, colmaron de noche los bares y restoranes. Encuentros, abrazos y brindis.
Encuentros, abrazos, brindis y momentos compartidos fueron moneda corriente este jueves, en todo horario, para la celebración del Día del Amigo. Algunos optaron por los festejos de día y otros por las juntadas después de la caída del sol.
“Estamos pensando a dónde vamos a ir a celebrar, a almorzar seguro”, contó Lucas (14 años), este jueves a primera hora de la tarde, cuando caminaba por la Rambla junto a sus amigas Alma y Melanie. “El menú puede variar, lo que estamos determinando es el presupuesto. Mientras tanto, paseamos un rato y miramos el mar”, apuntaron las chicas.
El mismo plan de los adolescentes fue desplegado por Martín (23), Ema (21) y Juan Ignacio (21), que cargando con las sillitas de playa y el equipo de mate, encararon directamente hacia la Bristol. “Está hermoso el día, así que no hay mejor programa que pasar un rato en la playa. Total, nos vamos a encerrar a la noche”, reseñó la joven ante la atenta mirada de sus amigos.
Los jóvenes, todos estudiantes de Derecho, no descuidaron el tema alimenticio y decidieron almorzar en la playa unos sanguchitos de miga. “¿Qué mejor festejo?”, se rieron.
Diversidad
Con más de 15° -la máxima fue de 15°6 a las 15.20, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN)-, muchos optaron por disfrutar de la geografía marplatense, como Luis y Gabriela que llegaron desde Trelew para pasar una semana de descanso. “El clima está ideal y nos vamos a quedar en la playa, porque nos encanta. Compramos unos sanguchitos para comer en la arena y a la noche saldremos al bar”, señaló la pareja que lleva compartidos más de 15 años de amistad.
Ya con la caída del sol y el acompañamiento climático que significó el agotamiento de la ola de frío polar, los distintos corredores nocturnos de la ciudad se activaron como en pleno fin de semana.
Así, en el patio cervecero de San Lorenzo y Mitre, ya había cola de jóvenes antes de la apertura de sus puertas, una hora antes de lo habitual, y con “happy hour” extendido durante toda la noche.
La misma modalidad de promoción se vivió en las cervecerías artesanales de la zona de Güemes y sus calles cercanas, donde numerosos grupos de diversas edades eligieron celebrar.
En las inmediaciones de Alem y Playa Grande, los “copetines” comenzaron apenas cayó el sol y los grupos de “mayorcitos” eligieron parrillas para compartir las mesas y los brindis.