Se trata de Ignacio Ocampo, de 26 años, quién ha escrito numerosas cartas a empresas nacionales y multinacionales con el objetivo de expresar quejas por ciertos productos. Ocampo publica sus irónicos escritos en las redes sociales y se hace llamar el "defensor del pueblo" ante estas compañías.
“Iti el hermoso”, así se hace llamar, escribió más de 50 reclamos a distintas compañías, tanto nacionales como multinacionales, de una forma irónica y divertida expresó las quejas sobre ciertos productos como una suerte de “defensor del pueblo”.
Ignacio Ocampo, músico, actor y realizador audiovisual de 26 años, comenzó a escribir estos comunicados tres años atrás. Algunas de sus cartas las publicó en sus redes sociales y otras pueden leerse en el libro que escribió llamado “El libro de la queja”.
Muchos consumidores descubren fallas o irregularidades en ciertos productos, situación que les permitiría comunicarse con la empresa y realizar una queja formal. Sin embargo, esto generalmente no ocurre. Iti deseó romper con eso y quejarse de todo aquello que le de lugar.
Algunos de los motivos de sus cartas fueron un alfajor con hongos, una botella de leche con moho, una lata de cerveza con la mitad del contenido prometido y un envase de profilácticos vacío. El atractivo de su proyecto reside en el modo en que expresa su indignación ante defectos que la mayoría dejaría pasar.
“Me disponía, como cualquier día de la semana de un apuesto argentino trabajador de clase media, a consumir junto a mi madre, una taza de su café La Virginia Capuccino Light. Este café, por si no lo deducen de su nombre, es LIGHT osea BAJO EN CALORÍAS, por lo que es el preferido de mi madre quien tiene una fijación ancestral con su peso.
Al derramar el amarronado liquido en nuestras bocas, las miradas se cruzaron buscando respuestas. Ninguno podía creer el horripilante, diabólico y abortivo sabor de su producto. Parecía que estaba bebiendo una taza rellena de sudor de hiper obeso, corrupción y vomito de niño de 13 años que bebe por primera vez con su hermano mayor “copado pero en verdad mala influencia” en una reunion familiar”, escribió el joven en una de las cartas dirigida a La Virginia.
La primera queja de Iti fue hace 10 años cuando escribió a una empresa de lácteos tras considerar que el queso que había comprado estaba rallado “de manera muy irregular”. Ocampo encontró el mail en 2013, al leerlo le causó tanta gracia que decidió reemprender la actividad.
Además, el joven actúa de “vengador” al servicio de la comunidad ya que otras personas pueden comunicarle su intención de realizar un reclamo por un producto defectuoso y él se compromete a reparar el daño generado.
Después de cada respuesta positiva, el autor sube una foto a su página de Facebook junto al producto repuesto con una máscara cubriendo su cara para “despersonalizar” el reclamo.