Lo hizo la Defensoría del Pueblo tras una inspección. Destacaron la "buena voluntad" de los trabajadores.
Ante los numerosos reclamos llegados a la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon, los defensores Luis Salomón y Daniel Barragán se presentaron en la sede de la delegación pero no pudieron reunirse con el funcionario a cargo.
No obstante, realizaron una inspección y destacaron la “enorme buena voluntad” de los trabajadores aunque constataron la falta de herramientas para dar respuestas a una ciudad de cincuenta mil habitantes cuyas demandas crecen día a día.
Los funcionarios también observaron “camiones que no andan, camionetas rotas, falta de personal para manejar las escasas máquinas que la delegación posee, imposibilidad de cortar los pastizales y de limpiar basurales a cielo abierto, falta de material para engranzado de calles, luminarias rotas que no se reparan, calles destruidas, la oficina de tránsito con una sola empleada y una falta de gestión marcada por la inexistencia de trabajo, conjunto con el resto del municipio”, enumeraron.
Asimismo, describieron a Batán como “una ciudad abandonada del municipio de General Pueyrredon. Cuenta con veinticuatro barrios que no son atendidos por la responsabilidad política de la delegación que no responde a los requerimientos que la defensoría le hace llegar por pedido de los habitantes”.
Finalmente, consideraron que “los batanenses no pueden ser los ciudadanos de segunda clase del municipio por la dejadez de sus funcionarios”.