La banda presenta "ADN", este viernes en el Radio City. "Todos los estilos que hemos hecho han pasado por nuestro filtro", afirmó Gustavo "Nito" Montecchia, uno de los fundadores de la banda ineludiblemente vinculada con momentos de celebración de varias generaciones.
A 36 de años de subirse por primera vez a un escenario barrial, con una historia marcada por su música inclasificable, por la armonía que transmiten desde el escenario y su “misión” de contagiar alegría, Los Auténticos Decadentes vuelven a los escenarios marplatenses. El show de este viernes 16 de septiembre a las 21, en el Teatro Radio City, se enmarca en la presentación de su trilogía “ADN”, en la que reversionan temas del cancionero popular latinoamericano que fueron claves en la conformación de su “genética musical”. Pasaron 36 años de ese “encuentro” que no tenía afán de perdurar en el tiempo. Sin embargo, la actualidad los sigue encontrando sobre el escenario, en los estudios de grabación, en las giras y en la vida, como un grupo consolidado y casi sin cambios de integrantes respecto de aquellos comienzos.
Además, los encuentra con la plena vigencia de algunas canciones que formaron parte de ese primer set list, como “Loco (tu forma de ser)”, que “nunca dejamos de tocar en los shows y sigue siendo de las más pedidas”, según confió Gustavo “Nito” Montecchia, uno de los fundadores de la banda, en una charla con LA CAPITAL, antes del reencuentro con el público marplatense. Este encuentro será el último en Argentina antes de emprender la etapa que los llevará a Estados Unidos, México y otros destinos de Latinoamérica.
“Preparamos este show con muchas ganas. Es una fiesta y las canciones de ‘ADN’ hacen una linda química con las del resto de nuestra historia”, sostuvo el guitarrista de esta numerosa formación, que está presente en los mejores recuerdos y festejos de varias generaciones.
– ¿Analizan entre ustedes cuál ha sido ‘el secreto’ de que se haya mantenido, casi sin cambios de integrantes, un grupo bastante numeroso?
– Sí, prácticamente somos los mismos del principio y un grupo grande, además. Siete u ocho del principio, después se fueron sumando otros y solo cambiaron baterista y saxofonista. Sí, es notable. No analizamos por qué sucedió, porque fuimos dando pasos, pero nunca nos planteamos una carrera a largo plazo. Siempre nuestros objetivos fueron a corto y mediano plazo. Pero sí está el hecho de mirar hacia atrás y ver todas las cosas que hemos hecho en el tiempo, eso sí.
– ¿Y qué ven? ¿Se sienten una familia?
– Funcionamos como tal. Somos una familia, una gran familia, algunos tenemos parentesco sanguíneo también, claro, pero además de eso nosotros somos una familia más allá del grupo musical. Somos muchas cosas, entre ellas, una familia. Somos una especie de usina creativa, una banda de locos que transmitimos alegría. Tenemos muchas facetas, pero básicamente lo que somos es una banda amigos que se llevan realmente bien.
– Nombraste esto de la usina creativa. A lo largo de la historia y de sus letras, son siempre los perdedores, los que les va mal, los antihéroes. ¿Juegan con eso? ¿Es un hilo conductor?
– Viste que nosotros cuando empezamos éramos bien adolescentes. Entonces, esa postura de ‘loser’ la tienen todos los adolescentes. Y a nosotros siempre nos gustó jugar con eso, con el hecho de ser los perdedores, los antihéroes. Llegamos a la gente también con muchos sentimientos que hemos sabido representar en canciones, que estaban ahí en el aire y nosotros lo hicimos canciones y se han hecho muy representativas.
– Ahora es más común, pero ustedes hace más de treinta años combinaban estilos, ritmos, que algunos podrían haber pensado que era un sacrilegio mezclar…
– Somos muy ávidos al escuchar rock y demás, pero no nos alcanzó. Nunca fuimos puristas de un género y si hacemos una cumbia, tampoco es exactamente como una cumbia, sino que pasa por nuestro filtro. Cualquier estilo que hacíamos o hacemos siempre pasó por nuestros filtros. Eso fue lo que me parece que hizo a la banda tener un tener su propio estilo, una especie de ensalada de frutas. Y también que tenemos gustos musicales muy variados, nos gustan muchos géneros y todos metemos mano en la parte musical.
– Otra cosa que tuvieron siempre es la reivindicación de la alegría, del disfrutar.
– Tenemos mucho de eso, sobre todo en los shows. La gente ya sabe la movida y nos está esperando para pasarla bien, divertirse y esa predisposición de la gente ya es para nosotros como un mandato. Sabemos que tenemos que ir por ese lado, tocar y nosotros también pasarla bien. Siempre los shows son una especie de química, cuando existe esa comunicación, esa comunión es cuando el show explota y es una red de retroalimentación.
– Como banda también las han pasado todas, ¿no? Épocas buenas, malas…
– Como todos en este país. Siempre tenemos idas y vueltas, momentos malos, momentos buenos, hemos aprendido a sortearlos. Tuvimos etapas de inestabilidad. Lo bueno es que nosotros pudimos irnos a tocar a otros países y tenemos varios lugares de Latinoamérica y Estados Unidos donde nos ha ido bien. En México no solo tocamos en las principales ciudades, sino que tocamos en todo el interior. De alguna manera, fuimos adoptados y bendecidos por el público y por la música mexicana y eso no se da de un día para otro. Fue construido en el tiempo y en épocas en las que no había redes sociales, cuando era muy difícil hacerse conocer y hacerse un lugar, eran viajes de promoción, prensa, llevar los discos…
– Un poco está en su “ADN” adaptarse.
– Somos argentinos, orgullosamente, desde esas cosas que a veces son dificultades y las manejás hasta todo lo bueno que significa. Y también tenemos en nuestro ADN la música latinoamericana. Hay muchas canciones y versiones de canciones de artistas que escuchamos hace mucho tiempo y que, de alguna manera, también nos formaron en nuestra carrera musical, de géneros y de artistas totalmente disímiles. Sin embargo, no desentonan. Pareciera que estuvimos haciendo un par de canciones más, nuestras, digamos, con cierta maduración. Y, además, como la gente conoce las canciones, acompaña y son canciones que están un poco en el ADN de todos.