Arte y Espectáculos

Debutó la obra de María Carreras “Los imposibles sueños posibles de Don Quijote”

Una obra colorida y dinámica en el estreno del ciclo "A desaburrir el invierno".

Con una puesta colorida y dinámica, estrenó la obra “Los imposibles sueños posibles de Don Quijote”, en el ciclo “A desaburrir el invierno”.

En el marco de los 400 años del fallecimiento de Cervantes Saavedra, autor y padre de Don Quijote, la compañía TMC! que dirige la actriz y gestora cultural María Carreras, presenta en vacaciones de invierno este musical infantil pensado para encontrarse con ese ingenioso y soñador personaje que ha marcado la literatura de todos los tiempos.

La propuesta se desarrolla en el marco del ciclo “A desaburrir el invierno” diariamente a las 15 en la sala Payró del Teatro Auditorium.

La iniciativa, es auspiciada por la embajada de España en Argentina, y se enmarca dentro de los espectáculos oficiales en homenaje a Cervantes.

El equipo que lleva adelante esta obra infantil está compuesto por Rodolfo Barone, Rodrigo Salinas, Josefina Cassanelli, Nathalia Zapata, Lara Colella, Magui Peral y Martín Paigé. En la escenografía, Martha Oses y Claudia Cipolla; en vestuario Vanessa Murro, en coreografía, Paula Lostra; en maquillaje Sandra Rodríguez y en la creación de juegos rítmicos, Martin Paigé.

“Cada proyecto me gusta que sea un desafío artístico para los que integramos la obra, eso demanda equipos de profesionales muy grandes y mucho ensayo, investigación, búsqueda. Para recrear a Don Quijote, y darle una mirada nuestra y contemporánea hay muchas horas de estudio, de ensayo, de intercambio, de juego?”, detalló María Carreras, quien encabeza y dirige este equipo interdisciplinario.

Una compañía de artistas callejeros llegan al escenario como si fueran los antiguos bululú, juglares medievales, a narrar la historia del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Pero se encuentran con un público imprevisto: “Mora” una chica inquieta e hiperactiva que quiere ser parte activa del relato. Don Alonso Quijano y sus peripecias cotidianas para lograr ser Don Quijote se mueven entre la realidad y la fantasía; y en un juego de escondidas para escapar al control del ama y al cuidado excesivo de su sobrina.

La obra se basa en los primeros capítulos de la novela cervantina que cuenta cómo el hidalgo se convirtió en Don Quijote. Se mantienen algunos textos originales que permiten conocer y valorar la riqueza del lenguaje cervantino y la forma expresiva del siglo XVII y dan pie a un divertido juego de contrapunto entre el Bululú y la niña Mora, y las palabras de uso actual entre los chicos argentinos.

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