Especialistas y autoridades sanitarias desestiman versiones que niegan la merma de los contagios, sostenida hace un mes y medio. Advierten que es "técnicamente imposible" adulterar los datos. La cuestión estacional, una de las causas del alivio en el escenario epidemiológico.
La curva de casos de coronavirus en Mar del Plata se sostiene en baja hace más de un mes y medio Los reportes oficiales ratifican la merma del número de contagios y una descomprensión en la demanda de los centros de salud.
“Dicen que bajaron los casos pero es mentira, todo porque empieza la temporada”. ¿Quién no escuchó esta afirmación imperativa de boca de un marplatense en el último mes y medio? La teoría, signada por la desconfianza en los datos oficiales, se completa con otra afirmación incierta: “En febrero o marzo se viene el rebrote, la segunda ola”.
Comentarios de este tipo no solo abundan en redes sociales, sino en charlas y discusiones cotidianas a la hora de analizar el actual escenario epidemiológico de Mar del Plata, ya sea en un balance técnico o en la mesa familiar.
LA CAPITAL fue detrás de esta versión popular. Llamativamente o no, tanto las voces oficiales como la palabra de infectólogos, trabajadores del servicio de emergencias, autoridades de centros de salud públicos y privados, laboratorios e incluso de quienes procesan las muestras coinciden en lo contrario: los casos de Covid-19 en Mar del Plata bajaron, sin margen para las dudas.
Primero, algunos datos
En septiembre y octubre se reportaron en promedio 300 nuevos casos de diarios de coronavirus. En octubre llegó a haber 80 pacientes en unidades de terapia intensiva y unas 50 personas con asistencia mecánica respiratoria (ARM). En ese “pico”, hubo cerca de 3500 casos activos.
Noviembre trajo algo de alivio. El promedio diario de casos se redujo a 150. Desde el 22 de octubre la curva se sostiene en baja y en el inicio de diciembre volvieron a reportarse menos de cien nuevos casos. Hay menos de 1700 casos activos y apenas 11 pacientes en terapia intensiva.
Las fuentes consultadas coincidieron en que si los números se “dibujaran”, algo “técnicamente imposible”, la realidad en los hospitales marcaría inmediatamente otra realidad. “El mayor termómetro son siempre las camas”, indicaron fuentes del SAME, el INE y el HIGA.
Pero sobre todo resulta imposible fraguar los números por la cantidad de actores que interviene. El número de casos es reportado diariamente por la Secretaría de Salud municipal. Los datos, advierten, “no se pueden adulterar” porque cada hisopado es de denuncia obligatoria nacional.
Por cada test se confeccionan tres fichas y se elevan al Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA). Los laboratorios cargan los datos y el Instituto Nacional de Epidemiología (INE) procesa las muestras. “Todos deberían estar confabulados, es imposible”, advirtieron.
Ocupación de camas
En el predio del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde llegó a haber -junto con el Modular- cerca de 90 personas con coronavirus internadas en simultáneo, hoy hay solo 6 pacientes, tres de ellos en terapia intensiva. En el Materno Infantil directamente no hay casos de Covid. Ambos hospitales respaldaron la baja de casos.
En las clínicas privadas la disminución también es real. En el Hospital Privado de Comunidad hay 16 pacientes internados, mientras que en la Clínica Colón hay 18. En la Clínica Pueyrredon, apenas 10.
Además, se redujo la cantidad de camas destinadas a casos de Covid. La Clínica 25 de Mayo llegó a disponer unas 50 camas para personas infectadas con el virus. Hoy hay unas 30 para casos positivos, en gran parte desocupadas.
En simultáneo, disminuyeron las consultas. En el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA), la fila de personas que concurría a evaluarse en septiembre rozaba todos los días los 200 metros. Hoy la realidad es otra.
En septiembre, el SAME atendía unos 1200 llamados por día relacionados por Covid, número que se redujo a menos de 200 hace ya varias semanas. También bajaron los traslados y en los hoteles hoy quedan menos de 20 personas aisladas.
Una cuestión estacional
Ahora bien, ¿a qué se debe la baja en los casos? El clima parece ser un factor clave, según algunos especialistas. Así como es más frecuente contraer cualquier enfermedad respiratoria en los meses más fríos, lo mismo ocurre con el Covid-19.
La secretaria de Salud, Viviana Bernabei, respaldó esa posibilidad. “Al ser un virus respiratorio, la baja de los casos positivos está relacionada; la circulación en la temporada estival es baja, es una cuestión de estacionalidad”, dijo.
La funcionaria señaló también que en esta época “los ambientes están más ventilados, la gente circula más al aire libre en otro contexto y hay otro comportamiento social”.
No obstante advirtió que “era previsible que existiese esta baja de casos no solo en Mar del Plata, sino porque es la curva que ha seguido la infección en todo el mundo”.
Bernabei desestimó rotundamente la versión que niega una baja de los contagios y respaldó la veracidad de los datos oficiales. “Hemos bajado de las tres cifras en los casos confirmados. Hay una fuente de información inobjetable que es el SISA, donde se encuentra a todas las personas hisopadas, los casos descartados, todas las personas que han dado positivo, los sospechosos, los recuperados y los que han fallecido”.
“La realidad es comprobable”
Parte del relato popular construido en torno a la desconfianza de los datos oficiales implica también la apreciación, en parte cierta, sobre una mayor cantidad de casos positivos no denunciados.
“En Mar del Plata hemos asistido al mayor número de casos, el pico, en los meses de septiembre y octubre. A partir de noviembre se produjo un marcado descenso de estos”, introdujo la infectóloga Cristina Miglioranza.
La profesional advirtió que “es muy probable” que el registro actual de los casos, “notoriamente más bajo” que en los meses previos, “no refleje exactamente la realidad: seguro debe haber más casos de los notificados debido a menos consultas, a que ha disminuido el número de hisopados en general, a que los ciudadanos consultan quizás telefónicamente y no se hace un registro, una denuncia del caso, aunque se le indique el aislamiento”.
Tras esta aclaración, la infectóloga afirmó: “Lo definitivamente certero es que disminuyó el número de internaciones de casos moderados o graves en todos los centros asistenciales, así también el número de fallecimientos. Este es un dato real y absolutamente comprobable. En otros sitios del mundo han experimentado la misma cronología de los casos, con un descenso brusco después del pico”.
La posibilidad de una segunda ola y la clave para evitarla
Mar del Plata abrió sus puertas al turismo. Es una incógnita establecer hoy cómo será la situación epidemiológica al término del verano, cuando muchos especulan con la posibilidad de un rebrote importante de casos.
En varios países la segunda ola llegó luego de la temporada. Sin embargo, en Argentina hay una diferencia sustancial: la vacuna empezaría a estar disponible en pocas semanas.
“Puede existir el rebrote. Va a existir siempre y cuando no respetemos las medidas de prevención”, advirtió la secretaria de Salud, Viviana Bernabei.
Enseguida, subrayó la importancia de la vacuna. “La proximidad de la vacuna puede darnos un horizonte más favorable a mediano plazo”, dijo y si bien remarcó que primero se vacunará a los grupos de riesgo, reconoció que “en 60 o 90 días no estará toda la población vacunada” sino que el proceso demandará buena parte del 2021.
Foto: EFE | Cati Cladera.
“La posibilidad es real, pero depende mucho de todos. Las medidas de prevención deben seguir aplicándose para cuidarnos y así transitar esta etapa de la pandemia”, agregó.
Entre los infectólogos hay diferencias. Algunos dan por hecho una segunda ola, otros advierten que resulta difícil predecir el estado de la pandemia al término del verano.
La infectóloga Cristina Miglioranza señaló que cuando pase la temporada y comiencen las bajas temperaturas, “la vida vuelve a transcurrir intramuros, favoreciendo el encierro y la transmisión de persona a persona”.
La profesional remarcó que un estudio de seroprevalencia realizado en la Ciudad de Buenos Aires muestra un 10% en la población general y un 42% en los barrios populares: “Si este 42% fuera más extenso en otras áreas podría ser el ‘escudo’ que evitará una segunda ola“, dijo.
Por otro lado, remarcó la “enorme esperanza” de que la vacunación “pueda dar protección a los sectores más vulnerables”, aunque advirtió: “Esto va a requerir mucho tiempo. Es muy poco probable que logremos para fin del verano la inmunidad necesaria para evitar un rebrote”.
Por último, subrayó: “Lo que no podemos dejar de mencionar es que hoy sin la vacuna, o mañana aún con la vacuna, tenemos que seguir cuidándonos con las tres ‘vacunas’ que hasta ahora han demostrado ser eficaces en disminuir la transmisión: uso de tapabocas adecuadamente, distanciamiento social y el lavado de manos”.